Postrado en la cama, soñando con aquellas gestas que hizo en la selección Bolívar y de Colombia.
El béisbol de Colombia le debe todo a él. En la época de oro del béisbol colombiano él era el rey ponchando. Le puede interesar: La historia de la primera niña que fue convocada a una selección masculina
Alcibíades Jaramillo, 76 años, se siente olvidado y frustrado. Todavía recuerda aquella jauría de periodistas que lo rodeaban cuando él con su potentes lanzamientos sacaba out tras out y llevaba a Bolívar a la cima del béisbol nacional.
Todos los recuerdan. Fue un brillante lanzador que le dio gloria al béisbol de Bolívar y de Colombia en los años 60, 70. Sus gestas eran plasmadas en los principales diarios del país. Le puede interesar: Video: El lujo que no se podría dar Kylian Mbappé a pesar de su sueldo
Era portada frecuente de las revistas y periódicos de entonces. Titulares como ‘El mejor pitcher de Colombia’, ‘Alcibíades, el hombre récord’ y ‘Un beisbolista de exportación’, acompañaban sus fotos en Vea Deportes, El Espectador, El Heraldo, El Tiempo y por supuesto El Universal.
Hoy vive en la pobreza absoluta, no tiene pensión y es olvidado por los entes deportivos, Ider e Iderbol. Está recluido en la Clínica del Mar peleando por salir de varios problemas de salud. Él dice que está “en la física olla” y que nadie se acuerda de todo lo que hizo por el deporte.
Su hermana Edith Jaramillo dijo que tiene la hemoglobina bajita, “no tenemos para comprar algunos medicamentos. Eso es doloroso, tanto que mi hermano hizo por el deporte en Colombia”.
Su compañero de la selección Bolívar y Colombia, Jaime Ayola, asegura que “el Gobierno valora al deportista cuando gana y es famoso, se toman fotos con uno, somos portada en los diferentes periódicos, pero después nos olvidan. Fíjate cómo está mi llave, una gloria del béisbol, un pitcher con huevas, que nunca se arrugó”.
Ayola dice con cierto dejo de desemperanza que “cómo nos olvidan, no es posible que Alcibíades no tenga el apoyo del Gobierno”.
Las lágrimas inundan el rostro de su hermana, de Ayola y de todos los familiares recordando sus gestas en los diferentes estadios del mundo.
En los anales del béisbol yace su récord con ganas de levantarse y protestar por lo golpeado que está el mejor lanzador de Bolívar de los 60.
Y ese récord está vigente: 122 innings (casi 14 partidos) sin permitir una carrera.
En la clínica su presencia pasa desapercibida.
Pero él sigue, como el coronel de García Márquez, esperando la ayuda del Gobierno y también se aferra a Dios, el único que lo puede levantar de esa cama.