Su historia en el fútbol de salón como jugador fue muy importante, dejó una huella imborrable y es considerado por muchos como el mejor jugador que ha tenido este deporte en Cartagena y Bolívar en todos los tiempos.
A sus 39 años, Álvaro Chico Meléndez le dice adiós al futsalón como jugador después de haberle dado todo a este departamento durante más de 25 años.
Integró las selecciones Bolívar desde los 11 años, representó a Colombia en reiteradas ocasiones, en la cancha siempre sudó la camiseta al máximo, mostrando un gran despliegue físico, buena técnica, goles y mucho liderazgo.
Durante los últimos 15 años fue el capitán de Bolívar en cada uno de los campeonatos nacionales.
En los Juegos Nacionales de 2019, Chico fue pieza importante en la consecución de la medalla de plata. Su aporte fue vital para el bronce en las justas nacionales de 2008.
También jugó futsalón profesional en Heroicos, Rinocerontes y Bolívar Sí Avanza durante varios años, siendo la principal figura de estos representativos.
Siempre fue un jugador polifuncional en Bolívar y en la mayoría de torneos jugaba de lateral, poste o pivot. En las tres rendía y de qué manera.
“Llegó el momento de retirarme del futsalón activo para dedicarme, ojalá, a ser entrenador de las categorías menores en este deporte en mi departamento. Tengo la experiencia y los conocimientos. Espero contar con el respaldo del Iderbol o Ider, sé que puedo aportar mucho en el desarrollo del futsalón desde la base, que es muy importante para que nuestro rendimiento a futuro sea mejor”, dice Álvaro, quien ha sido el espejo de muchos jugadores de futsalón en Cartagena y Bolívar.
Siempre ha luchado en la vida y el futsalón lo ha ayudado para subsistir en este mundo.
Nació y se crió en Ceballos, un populoso barrio de Cartagena, donde no es fácil salir adelante.
El profesor Jairo Castillo fue quien descubrió el talento de Chico y se lo llevó muy niño a jugar al equipo de futsalón Deportivo Cali de Cartagena. Ahí empezó todo.
“Siempre he amado jugar al futsalón, incluso en el fútbol pasé la prueba en Junior de Barranquilla, pero en aquel tiempo no tenía un lugar dónde quedarme allá. No tuve apoyo de nadie, mis padres no tenían cómo ayudarme, pero yo soy un agradecido con el deporte porque a través de él he disfrutado de la vida”, comenta Chico, quien en el futsalón se ganaba por partido entre 20 o 30 mil pesos que le servían para ayudar a su familia.
“Los fines de semana jugaba entre 4 y 7 partidos. Terminaba reventado físicamente”, recalca.
Ignacio Chico (q.e.p.d.) su padre, se desempeñaba como vigilante y en oficios varios y Rosa Marcelina, su madre, siempre ha vendiendo fritos y lavado ropa para ganarse unos pesitos y ayudar a sus 7 hijos.
Álvaro llegó hasta tercero de bachillerato, pues tuvo que ayudar a su familia y salió a buscar empleo. Trabajó como cotero en la Sociedad Portuaria, durante muchos años se ganó la vida como peluquero y todo esto lo hizo sin dejar de lado el futsalón, el deporte de sus amores.
Ahora quiere una oportunidad como entrenador de selecciones Bolívar para iniciar una nueva fase, esta vez desde la raya, dando lo mejor de sí para también dejar huella en este nuevo campo y ayudar a salir adelante a sus tres hijos.
Nombres: Álvaro Ignacio.
Apellidos: Chico Meléndez.
Lugar de nacimiento: Cartagena.
Fecha de nacimiento: 5 de octubre de 1981.
Estatura: Un metro con 78 centímetros.
Peso: 78 kilogramos.
Calza: 40.