Antes de comenzar esta pelea todo era incierto. Había muchos pronósticos de los expertos, pero la mayoría no fueron acertados porque el desenlace fue inesperado.
El luchador estadounidense Dustin Poirier inscribió su nombre en la historia de la UFC al vencer el domingo en la madrugada al irlandés Conor McGregor en el UFC257 de Abu Dabi, Emiratos Árabes Unidos.
Poirier, previo al combate, promedio dar batalla y vaya que lo hizo. El irlandés comenzó dominando, pero Poirier le dio la vuelta a la contienda con un nocaut en el segundo asalto. El estadounidense sorprendió a todos y se tomó su revancha. McGregor pagó caro el tiempo de inactividad.
Tras el intercambio inicial de golpes, Poirier fue capaz de llevar a ras de lona a su rival, quien se sobrepuso para terminar en el agarre de pie y conectando esos llamativos golpes de hombro con los que asombró en su última pelea al estadounidense Donald Cerrone.
“Simplemente no estaba tan cómodo como tenía que estar. Es la inactividad”, dijo McGregor, en una entrevista publicada en Twitter.
Pero prometió seguir luchando este año.
“Tengo que quitarme el polvo y volver y eso es todo. Eso es lo que haré”, y añadió que estaba “destrozado” por la derrota. McGregor conectó varias manos poderosas, pero no fue suficiente para quebrar a su rival. ‘The Notorious’ siguió presionando al comienzo del segundo asalto y dominó. El estadounidense aguantó y cuando tuvo su oportunidad la aprovechó.
En un abrir y cerrar de ojos puso al excampeón contra la jaula y tras aumentar su volumen de golpeo tronó su guante en la mandíbula del irlandés. McGregor, visiblemente dolido del tobillo por un pateo del estadounidense, acabó estupefacto.