El ‘Niño’ llegó a los Marlins todavía con aquella timidez. Y quien no ante tantas estrellas a su alrededor.
Pero é, Édgar Rentería, con 21 años, dejaba esa timidez cuando llegaba al terreno de juego. Entonces era el capital del equipo.
Con ese fuego que tenía en el corazón y sueños de grandeza se adueñó del campocorto de los Marlins para ser el titular y llevar al equipo de Miami a ganar el banderín de la Liga Nacional y avanzar por primera vez en la historia a la Serie Mundial.
Hoy se cumplen 23 años cuando un ‘Niño’ llamado Édgar Rentería hizo llorar de la emoción a todo un país con ese hits por encima de la segunda base que le dio el título a los Marlins, un 26 de octubre de 1997.
Colombia lloró de la emoción y la Costa Caribe se pavoneaba, más Barranquilla por haber parido, en ese popular barrio Montecristo al héroe de la Serie Mundial.
En la retina de los aficionados está el recuerdo de ese domingo cuando Rentería se convirtió en el héroe de los Marlins, en el séptimo y decisivo partido ante los Indios de Cleveland.
En la undécima entrada, el ‘Niño’ de Barranquilla conectó el hit de oro por encima de la segunda base a un lanzamiento del pitcher Charles Nagy para fletar al plato a Craig Counsell y dejar tendidos en el campo 3 carreras por 2 a los Indios para darle el primer trofeo del ‘Clásico de Otoño de la historia a Miami.
El dominicano Tony ‘Mosquito’ Fernández y el veterano Omar Vizquel se zambulleron para tratar de detener la bola que se iba alegre, rauda hacia el jardín central, pero los dos, a decir verdad, terminaron haciéndole una calle de honor a ese histórico batazo.
Rentería, tenía 21 años y cumplía su segunda temporada en las Grandes Ligas. Y con esa edad, escribió la más hermosa de las páginas de oro del béisbol latinoamericano.
El veterano Gary Sheffield alzó a Rentería en hombros y lo paseo como el gran héroe en todo el estadio Pro Player de Miami, atestado con 67.000 fanáticos.
Ese momento Rentería se adentró en el corazón de Colombia. Había hecho un pacto con la gloria y Dios nunca le fallaría para exaltarlo como el gran valuarte del deporte.
Sí, porque 13 años después fue otra el héroe, que con un bambinazo de tres carreras al zurdo Cliff Lee permitió a los Gigantes de San Francisco derrotar a los Rangers de Texas para ganar el título de la Serie Mundial en el 2010. Aquello fue indescriptible para un país golpeado por la violencia y masacres de grupos al margen de la ley. Ese pacto con la gloria siguió vigente y se esparció en toda Colombia, que vibraba de la felicidad al ver a su héroe, con la gorra hacía tras, recibir el trofeo MVP, como el Pelotero Más Valioso de la Serie Mundial, un hecho sin precedentes, ya que muchos peloteros llamados al Salón de la Fama, nunca han ganado esta estatuilla.
“La verdad, son momentos únicos, inolvidables en mi vida, que seguiré recordando. Tenía apenas 21 años”, dijo Rentería, el primer pelotero colombiano que jugó y ganó para Marlins la primera Serie Mundial de la historia.
Rentería hoy, 23 años después, sigue siendo el héroe de todos.
