Neider Lozano, uno de los mejores takwondistas de Bolívar, se refirió a la forma como lo golpeó psicológicamente el hecho de no poder entrenar y competir por el COVID-19.
“El choque mental que tuve fue bravo, yo estoy acostumbrado a entrenarme bien, a exigirme. Las primeras tres o cuatro semanas del confinamiento cuando empecé a experimentar esa soledad fue muy difícil”, aseguró.
Y es que como deportista de alto rendimiento está más acostumbrado de pasar más tiempo con sus compañeros en entrenos, concentraciones y competiciones que con la misma familia. “Es duro porque con mis compañeros tengo jornadas diarias de 5 y 6 horas y pasar a entrenar en cuarto solo o en la sala de tu casa que se convierte en universidad, trabajo, lugar de entrenamiento y muchas otras cosas más. Todo esa carga a un espacio tan reducido creo que en todos jugó un papel muy negativo. Reconozco que hubo días en los que no deseaba entrenar, pero enseguida pensé que el taekwondo es mi vida y me metí en el cuento, adaptándome, entendiendo y aceptando la situación actual”.
Espere mañana en la edición impresa y en la web nota más amplia con Lozano hablando de este tema, lo que hace actualmente y sus sueños.