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Deimer Morelos, un ejemplo de lucha, fe y recompensa

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Deimer Morelos sudaba frío el pasado martes 22 de noviembre cuando se subió a la ‘lomita de los sustos’  para lanzarle oficialmente a un bateador después de dos años de ausencia en el deporte de sus amores: el béisbol.

“Era el momento más esperado por mí, amo el béisbol, regresé fuerte y jugando para Fuerzas Armadas, que de una u otra forma representa a la Policía”, dijo el joven cartagenero, un talento del béisbol bolivarense que a los 17 años vio como se le esfumaba su sueño de ser otro lanzador del patio en las Grandes Ligas.

El viacrucis de Deimer se inició el 30 de junio de 2014. Ese día, un policía estuvo a punto de acabar con su vida al propinarle un balazo que le hizo perder parte de su pierna derecha. Él se sintió en un abismo del que no creyó salir.Pero el apoyo de su familia, en especial de su padre Luis Morelos,  sumado a su fortaleza mental, sirvieron como cimientos para volver a reconstruir su vida. Arrancó desde cero.

No fue fácil. En ese entonces su papá manejaba un taxi que no era de su propiedad y su mamá (Ketty) vendía fritos. No había plata, no tenía cómo conseguir la prótesis deportiva, que tenía un valor cercano a los 80 millones de pesos.

Al principio, la Policía prometió regalársela para compensar en parte el daño que le causó, pero eso nunca pasó. El uniformado que disparó está pagando con cárcel, pero del resto todo quedó igual.  A él le tocó remar bien fuerte para llegar a la orilla y así poder salvarse de morir de la pena. 

Agradecido“Hoy me levanto y doy gracias a ti Padre Celestial por  la prótesis deportiva que tú me regalaste mi Dios. Debo reconocer que la prótesis es mía, que la fortaleza es mía, pero el motivo de todo esto eres Tú. Una vez más estoy demostrando de qué estoy hecho, lleno de fe, en victoria. Soy un luchador, un guerrero y gracias a ti todo  se puede”, comentó  Deimer por las redes sociales hace exactamente un año cuando la empresa Big Cola, gracias a una gestión de Real Cartagena, le dio la prótesis deportiva que le permitió volver a lanzar.

De nuevo al montículoEn el Torneo Nacional de Béisbol Sub-23, que realiza la Gobernación de Bolívar, a través del Iderbol, en los diferentes municipios, el joven tuvo la gran oportunidad que estaba esperando. 

Después de una buena recuperación y adaptación de la prótesis deportiva por fin regresó en firme a jugar campeonatos competitivos.

“Me siento bien, estoy lanzando 87 millas, me recuperé de todo tipo de lesión, estoy en lo mío, me siento feliz”, dice Deimer, quien regresó al montículo, con las graderías llenas,  en el estadio de béisbol de Malagana.

Le dieron la bola para que le lanzara nada menos que a Bolívar, el rey de reyes de la ‘pelota caliente’. Lanzó cuatro entradas y recibió dos carreras sucias en la primera, pero luego sacó el cero en los otros tres episodios.

Fuerzas Armadas perdió finalmente 4-1, pero el joven hizo un buen trabajo. “La misma barra de Bolívar me aplaudía, fue un momento muy lindo, todos se imaginaban que estaría un solo inning y  gracias a Dios tuve la fortaleza para lanzar cuatro”, comenta Morelos, quien asegura que comenzó a acomodarse bien en la loma desde que enfrentó al segundo bateador.

“Le demostré a Bolívar, que aún así con mi discapacidad, yo soy útil para el béisbol. Estoy contento y agradecido con el Gobernador de Bolívar por haber apoyado un torneo como este. Nunca olvidaré que aquí en Malagana volví a la vida haciendo lo que más me gusta”, puntualiza.

Deimer sigue pa´lante, con fe y mucha dedicación.  Hace  unos 12 meses dijo: “seré el primer pitcher con discapacidad en representar a Colombia y en jugar béisbol profesional. Demostraré de qué estoy hecho”.

El joven ya empezó en pleno su búsqueda por el sueño. Tiene 19 años y ahora le apunta a jugar béisbol profesional y vestirse con los colores de la tricolor.  

El joven ya empezó en pleno su búsqueda por el sueño. Tiene 19 años y ahora le apunta a jugar béisbol profesional y vestirse con los colores de la tricolor. Julio Castaño/ El Universal
El joven ya empezó en pleno su búsqueda por el sueño. Tiene 19 años y ahora le apunta a jugar béisbol profesional y vestirse con los colores de la tricolor. Julio Castaño/ El Universal
Julio Castaño/ El Universal
Julio Castaño/ El Universal
Julio Castaño/ El Universal
Julio Castaño/ El Universal
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