Luego de retener el título mundial de boxeo, Liliana ‘la tigresa’ Palmera quiere ahora ‘dar la pelea’ por una casa que le prometieron las autoridades y que se convertiría en uno de sus máximos logros, además de tener el fajín en el peso súper gallo de la Asociación Mundial de Boxeo.
Señala la púgil cordobesa que fue difícil vencer en el ring a la venezolana Alys Sánchez en el coliseo Mario León Guzmán de Cereté, pero que ha sido más difícil aún lograr que las autoridades le cumplan la promesa que le han venido haciendo de tiempo atrás para regalarle una casa como compensación por las alegrías que ha hecho vivir a los aficionados del deporte de las narices chatas y a los cordobeses en general por el primer título mundial ganado y luego por la defensa de este, que no estuvo nada sencilla, pues los jueces estuvieron divididos.
Palmera, quien reside en el barrio El Bosque de Montería, en una humilde vivienda, recibió la primera promesa el pasado 24 de octubre cuando derrotó por decisión unánime a la también venezolana Ana Lozano, en una dura pelea que se realizó en el coliseo de la Universidad del Norte en Barranquilla.
La pugilista dijo que el primero en asumir el compromiso fue el gobernador de Córdoba, Alejandro Lyons Muskus, y luego lo hizo el alcalde de Cereté, Francisco Padilla Petro. Sin embargo, aún no se ha consolidado ese hecho.
Mientras en el ring la cordobesa persigue a sus contendoras para golpearlas, en su vida cotidiana ha tratado de perseguir a los gobernantes para que le regalen su casa. Sin embargo, no ha encontrado aún una respuesta que la haga seguir conservando sus esperanzas.
“Yo les prometí que el titulo se quedaba en casa y ahora quiero que se quede también en mi casa, en mi propia casa”, dijo la pugilista, señalando que los deportistas deberían recibir ese tipo de estímulos para poder seguir compitiendo con todo el fervor.
Ella considera que allí hace sus primeras prácticas para mantenerse en forma. Se levanta muy temprano, en la madrugada, hace los oficios del hogar, prepara el desayuno de sus dos hijos y luego se va a entrenar. Su hogar es pequeño y lleno de limitaciones, las mismas que ha venido padeciendo durante largos años de su vida cuando intentó en ocho oportunidades ganarse la corona fuera del país.
La pegadora colombiana, quien tiene pocos días de estar disfrutando nuevamente las mieles del cetro orbital, quiere ahora dar la mejor pelea, conseguir una casa propia para su familia.
