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Deportes

La niña golfista que se gana a los grandes

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Valeria tiene 13 años. Mas, cuando habla, parece una mujer de 25.

Es una niña insólitamente madura. No sólo los términos que utiliza son de alguien mayor, también sus gestos y ademanes.

Vive en el barrio Manga, junto a sus padres y su hermano menor. Pero se la pasa en la casa de su abuelo, quien, más que su segundo padre, es su cómplice y el único que entiende su pasión por el golf.

Vale, como cariñosamente la llaman, se parece muchísimo al deporte que practica: es serena, audaz y, sobre todo, muy asertiva. La primera vez que sostuvo un palo de gol fue hace dos años. Recuerda como si fuera ayer ese abril de 2013.

Su abuelito la llevó al Club Campestre y le insistió en que probara, a ver si le gustaba. Valeria, por complacerlo, comenzó a asistir a la escuela cada vez que tenía oportunidad. No sabe en qué momento le comenzó a gustar tanto que hasta la fecha se ha ganado cualquier cantidad de torneos, los que recuerda:

“Me di cuenta que era muy buena cuando me gané el Torneo Picapiedras. Después, uno que se llama Mata Moros. Luego, otro que no me acuerdo el nombre, el de la Escuela de Golf Leonardo Contreras, y ahorita la Copa Comfenalco. Esa última fue con mi amiguito, Andrés Felipe Jiménez”.

La única que está interesada en el gol en su salón de clases es ella. Sus demás compañeros no entienden por qué la obsesión con ese deporte que da la impresión de no ser tan divertido. Y menos, para alguien de su edad.

Sin embargo, es justo eso lo que le gusta a Valeria: “Me encanta el golf, porque es tranquilo. En cambio, en los otros deportes uno se agita más. Aquí se necesita concentración para poder ser preciso en la jugada”.

No está muy segura de la carrera que desea estudiar, una vez finalice el colegio.

“Tiene que ser algo muy fácil, porque me tengo que dedicar de lleno al golf”, expresa abiertamente. A lo que a su abuelito, quien está al lado escuchando la entrevista, replica:

-Mira, Valeria, que sea la última vez que vuelves a decir algo así. Los mejores deportistas son grandes profesionales-.¡Entrena de lunes a lunes!

Como ganó el año escolar, su abuelo la premió llevándola todos los días al Club Campestre.

Todos pensaban que quizá así la niña le bajaría a la intensidad, y hasta se aburriría un poco.

Pero ha pasado todo lo contrario: Valeria no ha faltado un solo día al club, y ahora más que nunca está segura de que quiere ser una golfista profesional.

-Vale, ¿no te da flojera ir todos los días?-pregunto.

-Nooo, tengo que aprovechar. Porque ahora que entre a clases, mi abuelito sólo me llevará tres veces a la semana. Ah, y los sábados y domingos.

Su abuelo la despierta a las 6 de la mañana. Medio le toca la pierna y sale de una al baño. Nunca se queja por lo temprano que sea. A las 7 de la mañana ya está en el club estirando. Luego, para calentar, le pega a 100 bolitas antes de jugar. Después, juega los tradicionales 18 hoyos.

Valeria está completamente bronceada. Lo único que tiene claros son los pies. El contraste es superchistoso. Quiere seguirle los pasos a la bellísima golfista Paula Creamer, más conocida como “La pantera rosa”.

“Ella es la mejor. Me gusta porque en uno de los grandes torneos en que participó metió la bola desde lejos. Y era bien difícil ese tiro”.

Vale tiene suerte. Es de esas estrellas que descubrieron su talento siendo niños. Tiene claro que, haga lo que haga, nada la alejará de su pasión: el golf.

“Oye, no me puedo aburrir de entrenar, porque quiero ser una profesional del golf. Y si quiero eso, tengo que trabajar duro”, dice enérgica.

Cortesía.
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