Los sueños de muchos deportistas, la mayoría de ellos de estratos bajos y que viven en la pobreza, son los mismos: triunfar en la disciplina de su gusto para sacar adelante a su familia.
Lisbeth Paola Valencia Romero también vive con esa ilusión. Tiene 12 años y nació Achí, un municipio del sur de Bolívar, en donde la mayoría de sus habitantes viven de la agricultura.
La menor participa desde ayer en Cartagena en la Final Regional de los Juegos Supérate, que organiza Coldeportes y respalda la Gobernación de Bolívar a través de Iderbol.
Los ganadores en su categoría tendrán la posibilidad de ir a la finalísima que tendrá como sede a Bogotá en el mes de octubre.
Lisbeth lo intentó, hizo su mayor esfuerzo, pero no pudo. Eso la tiene triste, pero no se entrega, desea salir adelante en el denominado deporte base.
En el Parque Campo Elías Gutiérrez, la jovencita se sintió incómoda. Tal vez saltar en esta pista, que tiene todas las normas para atender torneos de carácter internacional, no le ayudó mucho. Ella tiene como sitio de entrenamiento las polvorientas calles de Achí.
“Hice marca de 4, 61 en salto largo y me quedé con el segundo lugar. Ganó una muchachita de Sucre, que es mayor que yo (tiene 14 años) e hizo 4,96. En los 80 metros planos fui tercera”, comenta con cierta tristeza.
Cursa primero de bachillerato en la Institución Educativa de Gallego. Tiene talento en el atletismo y ganas de ser figura en el mañana. “Vivo con mi tía, mi papá falleció y mi mamá se encuentra enferma en Santa Marta y está al cuidado de mi abuela. Yo quiero triunfar para ayudar a mi familia”, agrega.
Admira a Caterine Ibargüen, insignia del atletismo colombiano. “Tiene una gran técnica para saltar y es muy alegre, al menos eso parece por televisión”.
Quiere ser una gran atleta, sueña con eso, seguirá trabajando para estar cerca de sus metas y ayudar así a su familia.
