Una escena que parecía sacada de una película de acción se convirtió en una preocupante realidad en California. Un vehículo particular circuló a gran velocidad por una pista activa del Aeropuerto John Wayne, en Santa Ana, poniendo en riesgo aviones, personal aeroportuario y operaciones aéreas completas.
El incidente ocurrió cuando un guardia de seguridad de la misma terminal ingresó sin autorización a una zona restringida y comenzó a desplazarse de forma temeraria por la taxiway, cruzándose con aeronaves que realizaban maniobras de rodaje. Videos grabados por testigos muestran al auto desplazándose rápidamente frente a aviones comerciales, generando pánico y una inmediata respuesta de seguridad.
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Hasta el momento, las autoridades no han confirmado una velocidad exacta a la que se desplazaba el vehículo. Los reportes oficiales y medios de comunicación coinciden únicamente en describir el hecho como una conducción “a alta velocidad”, sin precisar cifras en millas o kilómetros por hora.
Según información preliminar, el conductor presentaba un comportamiento errático, por lo que fue detenido en la pista y posteriormente trasladado a un hospital para una evaluación médica, ante la posibilidad de que estuviera atravesando una emergencia de salud.
A pesar de que no se reportaron personas heridas ni daños a las aeronaves, expertos en seguridad aérea advierten que el hecho pudo haber causado un incidente de grandes magnitudes.
Una colisión, una reacción tardía o un error mínimo habrían puesto en peligro cientos de vidas.
Las operaciones del aeropuerto fueron brevemente afectadas mientras se activaban los protocolos de emergencia y se aseguraba el área. El caso continúa bajo investigación para determinar responsabilidades y revisar los controles internos de acceso y seguridad.
Esta vez no hubo víctimas. Pero la advertencia quedó clara: lo que ocurrió en la pista no fue ficción, y el desenlace pudo haber sido trágico.