Paloma Sánchez ha encontrado tesoros guardados de su padre David Sánchez Juliao (Lorica, Córdoba- Bogotá, 1945-2011). Se ha embarcado en varios desafíos para preservar el legado de su padre, celebrar los 80 años de su natalicio que se cumplen el 24 de noviembre, solicitar al Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes, declarar el 2026 El Año de David Sánchez Juliao, y culminar un documental que lleva el nombre de uno de sus cuentos: “Nadie es profeta en Lorica”.

Hace poco se rindió homenaje póstumo al escritor en el festival Río de Libros en Montería. El Universal tuvo la oportunidad de conversar con Paloma Sánchez:
Entrevista a la hija de David Sánchez Juliao
¿En qué fase está su documental Nadie es profeta en Lorica?
El documental titulado “Nadie es profeta en Lorica”, está en una etapa avanzada de desarrollo. Es una pieza construida completamente a partir de material de archivo, que busca recorrer la vida y la obra de mi papá desde su propia voz. En 2024 nos ganamos un incentivo del Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes, y gracias a ese apoyo pudimos iniciar el proceso. El documental es dirigido por Rafael Loyza Sánchez, y yo estoy a cargo de la producción ejecutiva.
Ha sido un trabajo profundo de revisión de archivos, rescate de material inédito y curaduría audiovisual, con el propósito de construir un relato fiel, sensible y contemporáneo. Por tiempos y temas de financiación no alcanzaremos a estrenarlo este año, pero seguimos gestionando los recursos para completarlo. Estoy segura de que, cuando esté listo, será una obra que honrará su legado y permitirá redescubrir a mi padre desde una mirada actual.
¿Cómo fue el proceso para que el Banco de la República adquiriera el archivo de su padre?
Como familia, fuimos nosotros quienes iniciamos la gestión y presentamos una propuesta formal al Banco de la República. En 2017 el Banco decidió que el archivo de mi padre era de interés nacional y se inició todo el proceso de selección, catalogación y clasificación primaria para su entrega. En ese archivo se entregaron más de 2.000 libros de su biblioteca personal, junto con un conjunto de materiales de enorme valor para la memoria cultural del país: los originales mecanografiados de “Danza de Redención”, los paquetes de investigación y construcción de “Pero sigo siendo el rey”, archivos fotográficos, correspondencia con figuras como Rubén Blades, Eduardo Galeano, Juan Gossaín, entre muchos otros. Incluso entregamos una de sus máquinas de escribir, que hoy forma parte de ese valioso patrimonio que preserva el Banco.
¿Qué se está haciendo en la región y el país para celebrar los 80 años de David Sánchez Juliao?
En Lorica, su tierra natal, recientemente se instaló una escultura en el malecón donde mi padre está representado junto a Delia Zapata Olivella y Elías Bechara Zainúm, tres figuras loriqueras de relevancia nacional. Además, allí se está gestando un evento muy bello para marcar el hito de la celebración y apoyar la difusión de su obra en el corregimiento. Este año, después de 15 años, se publicó un libro inédito con Editorial Norma, titulado “Camino al bosque”, una historia que refleja la ternura y el amor de mi padre por la naturaleza.
Tenemos varios procesos en marcha que no alcanzarán a concretarse para noviembre, pero que siguen avanzando. Nuestro gran propósito es que en 2026 su obra vuelva a circular y que podamos rendirle el mejor homenaje posible: volverlo a leer.

¿Cómo avanza la propuesta de declarar el 2026 como el Año David Sánchez Juliao?
Ya se hizo la solicitud formal al Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes para que el 2026 sea declarado oficialmente el Año David Sánchez Juliao. Sin embargo, hasta el momento no hemos recibido respuesta. Mi padre merece un reconocimiento de esa envergadura porque su obra no solo marcó un antes y un después en la narrativa colombiana, sino que también abrió caminos para visibilizar la identidad del Caribe, el valor de la oralidad y la riqueza cultural de nuestra región. Fue un escritor que llevó las historias de la gente común a la literatura, a la radio y a la televisión, logrando que el país entero se viera reflejado en ellas.
¿Cómo era él como padre?
Era un papá amoroso y divertido, lleno de rituales y pequeñas tradiciones que daban sentido a lo cotidiano. Siempre muy exigente y muy disciplinado, buscaba sembrar en nosotros ese mismo compromiso con la vida.
Me enseñó a querer el Sinú, su gente, su comida, sus animales y su música. Le fascinaban el cine y la música: siempre estaba descubriendo sonidos, melodías y películas para compartir. Era un soñador empedernido, vivía lleno de ideas y proyectos. Quizá algo que pocos saben es que también fue un excelente cocinero, digno hijo de la Niña Nohora Juliao; sus tostadas francesas y su pollo a la Monteriana tenían fama mundial.
¿Cuál cree Paloma que es la joya del legado de David Sánchez Juliao?
Es difícil escoger solo una, porque su obra es diversa y multiformato. Fue escritor, narrador oral, diplomático, periodista y guionista, y en cada faceta dejó una huella distinta. Pero si tuviera que elegir, diría que su gran legado es haberle dado voz al Caribe colombiano y haber demostrado que nuestras historias, con su humor, su ritmo y su sabiduría popular, también son literatura.
Logró que el país entero se viera reflejado en sus personajes, y eso para mí es una forma de inmortalidad. Atrevidamente podría decir que la joya de su legado son los cuentos grabados con su propia voz, como “El Flecha”, “El Pachanga”, “Abraham al humor” o “Fosforito”. Con ellos logró llevar el Caribe a las reuniones familiares a través de la tradición oral y darle voz a los personajes del común, reales o ficticios, enalteciendo sus historias y volviéndolas parte de la memoria colectiva. Ahí es donde creo que su legado sigue vivo y su voz no se apaga nunca.

