En Chapinero, donde la ciudad nunca se apaga del todo, hay un espacio que vibra distinto, se llama Disruptivo Creativo, un colectivo bogotano que desde 2011 transforma la energía dispersa de los artistas en proyectos reales y viables.
Bajo la dirección de Adriana Mendoza, este refugio cultural reúne tres productoras —Adriana Mendoza Producciones, Haca Producciones de la mano de Hasbleydi y Carolina Rodríguez y Yukanito Films con Yulieth Sánchez— que decidieron tejer una red junto a 6 profesionales más para que el arte no muera por falta de recursos ni por soledad.
“No fue casualidad, fue Dios que decidió encontrarnos”, cuenta Adriana. “Veníamos de un colectivo llamado Las Tres Marías, y desde entonces sentimos la necesidad de estructurar esa colectividad que crecía a nuestro alrededor. Así nació Disruptivo Creativo, desde la autogestión, la fe y la terquedad de no dejar morir las ideas”. Lea: Este jueves se inaugura la exposición Cartagena Resiliente: los detalles

Así es como Disruptivo Creativo ayuda a artistas emergentes a hacer sus proyectos más viables
El colectivo nació de una pregunta sencilla pero poderosa: ¿por qué es tan difícil para un artista hacer que su idea se vuelva realidad? De esa inquietud, tres gestoras —todas maestras en artes escénicas y gestión cultural— decidieron unir fuerzas para crear un espacio donde la colaboración sea ley y el talento, capital.
“Como artistas, sabemos lo complicado que es materializar una idea”, dice Adriana Mendoza. “Por eso quisimos crear un lugar donde un proyecto pueda encontrar no solo asesoría o acompañamiento, sino también inversión, espacio y comunidad”.
Disruptivo Creativo funciona como un laboratorio de creación colectiva. Allí convergen directores, productores, actores, bailarines, escritores, cineastas y diseñadores. Desde talleres de clown, danza y performance hasta exploraciones audiovisuales, moda o literatura, todo proyecto artístico tiene cabida.
“Aquí no hay filtros”, enfatiza Jazz. “En nuestro gremio ya hay demasiadas puertas cerradas, demasiados requisitos. Queremos cortar esas brechas. Si tu idea es artística, aquí tiene viabilidad”.
Más allá de producir o exhibir obras, Disruptivo Creativo forma a los artistas en gestión y financiación cultural, enseñándoles cómo acceder a convocatorias, formalizarse como colectivos o aplicar a la Ley del Cine. Ese acompañamiento personalizado es una de las razones por las que se ha convertido en un punto de encuentro clave en el ecosistema artístico bogotano.
“Sabemos dónde están los mecanismos de financiación públicos y privados, cómo se presenta un proyecto, cómo se construye una propuesta sólida”, explica Adriana. “Esa es nuestra fortaleza: unimos el conocimiento técnico con la sensibilidad del artista”.
Para sus directoras, el secreto de su permanencia está en la constancia y el tejido humano que han construido en más de una década de trabajo. En un contexto donde la competencia por los recursos es feroz, ellas han demostrado que la colectividad es una estrategia tan artística como política.

“Hemos aprendido que el reto no es llegar, sino permanecer”, dice Jazz. “Ser constante, tejer redes, no rendirse cuando una convocatoria no sale o un proyecto se cae. Creemos en la conectividad: individualmente es muy complejo, pero juntos, se puede”.
Disruptivo Creativo hoy se sostiene entre talleres, alianzas, proyectos autogestionados y la fuerza de quienes creen que la cultura puede sostenerse desde la cooperación, no desde la competencia. Es, en esencia, una casa del arte bogotano: un punto de encuentro donde las ideas se vuelven obras, los artistas se vuelven gestores y los sueños se formalizan en proyectos que dialogan con la ciudad. Lea: Museo San Pedro Claver abre exposición colectiva sobre su cúpula
“Somos un espacio para que el arte fluya, se transforme y construya memoria colectiva.”— Adriana Mendoza, directora de Disruptivo Creativo.