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Cultural

Ricardo Duque hablará en Cartagena sobre el arte de hacer una película

Cartagena de Indias vivirá una charla imperdible con Ricardo Duque, el director de arte de La vendedora de rosas, en la X Semana de la Comunicación.

Ricardo Duque hablará en Cartagena sobre el arte de hacer una película

Escena de La vendedora de rosas. Crédito: Eduardo Carvajal “La Rata”. Derechos reservados.

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Un director de arte se encarga, esencialmente, de construir y ambientar el mundo que vemos en las películas, involucrando la utilería; el diseño de imagen, maquillaje, vestuario, ambientaciones, escenografías y efectos especiales, así como también de seleccionar objetos, colores y texturas que le otorgan una atmósfera única a cada obra cinematográfica.

Ricardo Duque ha sido, en esa disciplina, una figura trascendental en la industria audiovisual de Colombia y un personaje sumamente importante para la historia del cine del país. Su nombre está acreditado en proyectos de gran impacto como La vendedora de rosas, de Víctor Gaviria, y en varios títulos de otros directores como Luis Ospina y Carlos Mayolo.

Aunque no tenga la misma presencia mediática que otros, Duque sigue siendo uno de los grandes referentes del cine colombiano. Su trabajo ha dejado un sólida marca en todo aquel que haya visto alguna pieza de su filmografía, incluso sin conocer quién crea aquello que se observa en pantalla.

Ahora, los cartageneros tendrán la oportunidad de conocerlo y conversar con él sobre su trayectoria, su vida, y su trabajo, el próximo miércoles 22 de octubre en un taller que dirigirá en el Claustro San Agustín.

¿Cómo será su participación en La Semana de la Comunicación/ Días de la palabra de la Universidad de Cartagena?

-Voy a preparar una clase magistral sobre La vendedora de rosas, que es una película, para mí, muy importante por la trascendencia que ha tenido como historia, como cine, como estilo. Todavía, después de 30 años, sigue siendo una película de primer orden, que ha sido tomada como ejemplo para muchísimos efectos, no solamente para la gente de cine, [también] para los sociólogos, los psicólogos, los criminólogos, la gente que hace trabajo social… Bueno, una cantidad de cosas.

Les recomendaría a las personas que están interesadas en ir a este taller que vean la película. Haré una sesión en la que van a primar las preguntas del público. No solamente sobre La vendedora de rosas, sino sobre el cine y sobre la dirección de arte, en especial. Sobre películas que también hice como Rodrigo D., series como Azúcar que fue de gran éxito, entre otras.

¿Cómo se realizó el trabajo de arte en una producción tan importante como La vendedora de rosas?

-La vendedora de rosas es una película completamente cinematográfica. Ahí no hay cosas naturales aparte de los actores. Todo es diseñado para la película. Logramos crear una imagen construida con todos los recursos de la cinematografía, gracias a los recursos económicos, porque esa es una película que tuvo toda la plata que se necesitó. Al ser una obra tan estudiada de parte del director, de parte mía y de parte del director de fotografía, nos lanzamos con muchísima seguridad a crear estos conceptos de cine, de cosas falsas, pero que dejan una sensación de verosimilitud, de credibilidad.

La gente que ve La vendedora de rosas cree que eso era así, pero los pelados estaban maquilladísimos, la ropa era carísima. En el cine hay una cosa muy importante, es que los materiales de alta calidad producen un registro de altísima calidad, se ven muy lindos. Un propósito con el director era que la película pareciera iluminada por las luces navideñas, porque en toda la película hay luces navideñas, como ocurre en Navidad.

Y el barrio es intervenido, pintábamos hasta la calle, porque el asfaltado no nos servía; o sea, me cortaba con todos los demás colores de la película, se veía feo y se veían las huellas de los carros, porque para entrar a ese barrio los carros entraban por unas partes que tenían barro, entonces nosotros lavábamos cuando íbamos a filmar, igual no filmamos tanto en las calles, pero le dábamos una capa de pintura de un gris que me conviniera a mí para lo que yo quería.

Escena de La vendedora de rosas. Crédito: Eduardo Carvajal “La Rata”. Derechos reservados.
Escena de La vendedora de rosas. Crédito: Eduardo Carvajal “La Rata”. Derechos reservados.

¿Cómo cree que esta película ha impactado en el trabajo de arte del cine colombiano actual y en la cultura popular?

-Cada rato me encuentro con directores de arte jóvenes y otros no tan jóvenes que me dicen que son fans, como se dice ahora, de La vendedora de rosas porque esa película fue definitiva para ellos con respecto al concepto y a la idea que ellos tenían de la dirección de arte en el cine.

El impacto social ha sido muy grande. No solo porque la gente aprendió sobre una problemática que ignoraba, sino que a nivel de la comunidad paisa, la gente de los barrios de Medellín siente que esa es una película hecha sobre los barrios de Medellín y sobre los niños de esos barrios. En Antioquia hay mucha devoción por la Navidad, por la Virgen y por la mamá y esta es una película que hace una alegoría muy hermosa sobre esos elementos.

¿En qué momento de su vida y carrera se encuentra actualmente?

-Estoy tratando de hacer, digámoslo así, una especie de crónica sobre mi trabajo, no solamente en el teatro y en las otras áreas artísticas en que he trabajado, sino de cómo se ha desarrollado el cine en los últimos tiempos, los cambios que ha habido. Es un trabajo de escritura que afortunadamente he podido hacer bastante bien aquí, porque como aquí no hay niños, no hay perros, no hay gatos, somos mi hermana y yo. Entonces yo me puedo sentar muchísimas horas a escribir y a leer. También organizando cosas que tengo escritas desde hace mucho tiempo. Me interesa mucho dejar todo este proceso creativo bien registrado, digamos que sea otro aporte que pueda hacer a las generaciones que vienen. Estoy poniendo mucha atención en todos los cambios que ha habido en el cine porque, por ejemplo, las nuevas tecnologías han impactado en mi trabajo de una manera definitiva.

Ricardo Duque. Autorretrato, 2020.
Ricardo Duque. Autorretrato, 2020.

Esto es lo que piensa Ricardo Duque sobre la inteligencia artificial

Pues todos los avances que han aparecido, para mí han sido sorprendentes porque yo no esperaba que me fuera a tocar tanto. Y desde niño siempre esperé a que aparecieran máquinas que iban a reemplazar a los hombres. Pero me interesa muchísimo la inteligencia artificial y ahora estoy esperando que me llegue un computador para inmediatamente ponerme en el plan de aprender.

Es que a mí la mera aparición de los computadores, como máquinas de escribir, me cambió la vida completamente, porque yo [antes] tenía que hacer unos desgloses muy largos de los guiones, y fuera de eso, ahora no, pero antes tenía que hacer unas listas y unas tablillas de tareas larguísimas, imprimirlas, distribuirlas.

Por ejemplo, en ‘Los pecados de Inés de Hinojosa’ que era una obra muy extensa, con muchísimas locaciones y elementos, muchos personajes, en fin, fue muy provechoso que yo pudiera tener una secretaria de RTI, que fue la empresa con que lo hicimos esa producción, porque yo le iba dictando las escenas y mis necesidades y eso fue una ayuda tremenda, porque en el cine uno tiene que crear todo, cada detalle para que el espectador crea que es real, auténtico y hasta verdadero.

Aquí puedes ver ‘La vendedora de rosas’

Con este enlace se puede ver la película en YouTube.

*Equipo de Cubrimientos, UdeC.

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