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Rafael Núñez: su biografía intelectual aún no ha sido escrita

El 18 de septiembre se inició la conmemoración del Bicentenario de Rafael Núñez, insigne cartagenero al que aún se debe su biografía intelectual.

Rafael Núñez: su biografía intelectual aún no ha sido escrita

Rafael Núñez, cartagenero y expresidente de Colombia. //Foto: Colprensa.

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El más insigne de los cartageneros, Rafael Núñez (1825-1894), fue, ante todo, un intelectual y con esa condición ejerció una profunda influencia en la vida nacional durante la segunda mitad del siglo XIX, armado con la magia de su pluma y el esplendor de su inteligencia. A pesar de que no son pocas las biografías políticas de Núñez, los estudios sobre su pensamiento económico y las críticas literarias sobre su poesía romántica y filosófica, falta una biografía intelectual sobre el egregio pensador de El Cabrero, cuya incansable y atormentada búsqueda de la verdad y su curiosidad científica en relación con las múltiples disciplinas sociales, incluso acerca de materias esotéricas como el espiritismo y el mesmerismo, constituyen un admirable ideario e itinerario espiritual.

Rafael Núñez y la Constitución Política de 1886

Esa obra intelectual tuvo su contrapartida en la praxis, pues el ilustre cartagenero que fue cuatro veces presidente de la República realizó la más importante transformación constitucional de nuestra historia republicana en virtud la Constitución Política de 1886, la cual, con sus múltiples reformas, fue el pacto de unión por más de cien años de los colombianos. Su pensamiento jurídico y administrativo lo sintetizó magistralmente Núñez en el siguiente breve y sentencioso principio, el cual mantiene su vigencia: Centralización política y descentralización administrativa. Lea también: ¿Por qué Cartagena no puede dejar de hablar de Rafael Núñez?

Rafael Nuñez ex-presidente de Colombia en la cuidad de Cartagena.//Foto: tomada de internet.
Rafael Nuñez ex-presidente de Colombia en la cuidad de Cartagena.//Foto: tomada de internet.

Núñez se ausentó del país en 1864 y residió durante siete meses en los Estados Unidos, donde ejerció el periodismo y escribió, entre otros artículos, una crónica sobre el magnicidio del presidente Lincoln. Posteriormente, vivió en Europa durante más de diez años como cónsul de Colombia en Liverpool y en El Havre, en Francia, un largo período que aprovechó para estudiar y analizar los hechos políticos, los principales temas económicos divulgados por los economistas de la escuela clásica en Inglaterra, y para leer centenares de autores cuyas teorías y doctrinas sometió al filtro de la realidad colombiana.

No han faltado los escritores que consideran que Núñez se limitó en sus lecturas a Montaigne y Spencer, y desconocen las miles de páginas que componen los volúmenes de la Reforma Política y del sustantivo libro Ensayos de Crítica Social, en los cuales el reformador y pensador cita, analiza y comenta a centenares de autores, como Pascal, Litré, los educadores Pestalozzi y Lancaster, el filósofo positivista Augusto Comte, J. S. Mill, los clásicos españoles, los principales escritores de lengua inglesa y francesa. Lea también: Corte Constitucional rindió homenaje a Rafael Núñez en Cartagena

Cuando Núñez retorna al país en 1874, su personalidad e ideas suscitan el entusiasmo de la juventud universitaria, sin duda, porque el estadista e intelectual cartagenero representó entonces un notable contraste modernizante ante la obsolescencia y caducidad del régimen federalista del cenáculo radical.

En la abundante bibliografía sobre Núñez se encuentran también los escritos, panfletos, caricaturas, calumnias e injurias de sus malquerientes y envidiosos, quienes, cegados por la fulgurante inteligencia del cartagenero, optaron por agredirlo por sus éxitos venusinos e incluso por el digno matrimonio civil elevado posteriormente a la categoría de sacramento católico que Núñez había contraído con la extraordinaria dama cartagenera doña Soledad Román y Polanco. Tales escritos configuran la leyenda negra que el historiador, escritor y autorizado nuñólogo Eduardo Lemaitre refutó con su documentada y afilada pluma. Lea también: Ensuncho De La Bárcena presenta su tercer libro en Cartagena

La trayectoria vital de Núñez hacia el poder no fue nada fácil y hasta tuvo que enfrentar un duelo con pistolas para defender su honra. Otros escritores se equivocan al juzgar el pensamiento filosófico de Núñez, y se complacen en subrayar su escepticismo de buena ley y hasta lo acusan de anticlericalismo. Desconocen que Núñez, el intelectual, al igual que Unamuno y otros pensadores, buscaba descifrar los misterios del más allá; e ignoran que escribió sobre la importancia del elemento conservador en las naciones, sobre el sentimiento religioso que observó en la ascendente democracia de Estados Unidos y sobre la moral cristiana como factores de orden y progreso social.

Uno de sus poemas más célebres, “Que sais je?”, ha sido considerado por cierta crítica como una expresión de escepticismo o un reflejo del pensamiento de Montaigne; sin embargo, el propio Núñez aclara que sus verdaderas fuentes de inspiración fueron el Eclesiastés, atribuido a Salomón, los Salmos y la joya de la espiritualidad cristiana, la Imitación de Cristo, de Tomás Kempis.

Si se quiere indagar en la filosofía de Núñez -entendida como amor a la sabiduría- a través de su poesía, es imprescindible leer los siguientes poemas, recomendados por el escritor Fernando De la Vega: “Que sais je”, “Moisés”, “Dulce Ignorancia” y “Lo Invisible”.

Por todo lo anterior, sugiero que la Academia de Historia de Cartagena, presidida dignamente por el historiador y apreciado amigo Haroldo Calvo, convoque, con motivo del bicentenario del natalicio del insigne cartagenero, un concurso que premie la mejor biografía intelectual de Núñez. Estoy convencido de que la empresa privada regional respaldaría esta iniciativa con su aporte económico, haciendo posible la realización de tan necesario certamen.

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