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Debate viral: arte Vs. inteligencia artificial: ¿enemigas o aliadas?

La inteligencia artificial irrumpe en el arte: ¿enemiga o aliada? Artistas y curadores comparten su opinión en medio de un debate que va para largo.

Debate viral: arte Vs. inteligencia artificial: ¿enemigas o aliadas?

Esta imagen es una ilustración digital de una pintura al óleo hecha con Inteligencia artificial.

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Desde que el hombre pintó bisontes en las cuevas de Altamira (Cantabria, España), el arte ha sido una extensión de la humanidad: un gesto, una voz, una puente que cuenta historias. Hoy, miles de años después, una nueva pregunta sacude sin aviso previo al mundo artístico: ¿qué pasa cuando no es una mano, ni un cerebro; sino un algoritmo quien pinta, escribe o compone? Y parece que aún no estamos listos para responderla.

La inteligencia artificial ha dejado de ser un experimento de laboratorio informático para convertirse en una realidad, una herramienta cotidiana.

Plataformas como Midjourney generan imágenes hiperrealistas en segundos, ChatGPT redacta guiones y poemas en un abrir y cerrar de ojos, y apps como Suno son capaces de componer canciones completas, con voz incluida, a partir de un simple texto o audio. Todo esto, a un costo ínfimo y con una velocidad imposible de igualar por los humanos.

Pero la pregunta es más compleja que un simple ¿desplazará o no a los artistas? Es también un dilema cultural de la sociedad en la que vivimos: “Queremos todo rápido, sin esperas, sin trabajo, sin esfuerzo y, claro, de la mejor calidad posible, mejor aún de lo que pedimos”, dice un artista que me compartió su opinión.

“Quizás la IA está alimentando el capricho de nuestro ego al darnos textos resumidos, al darnos con quién hablar en lugar de salir a conversar con alguien, al negarnos la posibilidad de pensar e incomodarnos, pues ahí es donde se resume parte de la existencia y nace el arte, con la necesidad de resolver problemas”, afirma otro.

La historia del arte ha vivido revoluciones similares. Cuando apareció la fotografía, en el siglo XIX, muchos pintores temieron que su oficio desapareciera. ¿Quién iba a encargar un retrato si ahora se podía capturar una imagen real en segundos? Sin embargo, lejos de morir, la pintura se reinventó: nacieron el impresionismo, el cubismo y el expresionismo, corrientes que dejaron de perseguir la perfección técnica para explorar el concepto, la emoción y la subjetividad humana, ¿ahora qué pasará? Lea: Vogue presentó a modelo creada con inteligencia artificial y generó polémica

La cubana Niurka Natividad Rignack, gestora cultural, curadora y creadora de experiencias artísticas, es categórica: “Llamaría más bien a la IA como un aliado de cuidado. Es fundamental aprender a dominarla y darle un uso ético y responsable. Aunque para muchos creadores puede parecer una enemiga, yo la veo como un reto, una oportunidad que exige preparación y anticipación. La inteligencia artificial no debe sustituir al artista, sino potenciar sus capacidades”.

Arte con inteligencia artificial: fácil, ¿a qué precio?

Para algunos artistas, la inteligencia artificial pone en riesgo la esencia de la creación. “La inteligencia artificial puede alcanzar niveles técnicos y de destreza difíciles de lograr para una persona… pero hace arte sin alma, sin concepto, sin experiencias. El valor del arte no debe estar en la precisión técnica, sino en el discurso detrás de ella y en las pequeñas diferencias y errores que la hacen humana”, reflexiona uno de ellos.

Otros ven en esta tecnología como un simple espejo de nuestra época: “En resumidas cuentas, sí, nos afecta, porque es rápido, más barato y sencillo… Pero es ahora cuando debemos apreciar más la producción artística de los humanos, porque es con sentido, alma y trabajo. Sí, es más costosa, pero es nuestro deber como personas. Gracias a la IA, lo humano ahora debería ser más valioso”.

Niurka coincide en que la clave no es demonizar la herramienta, sino aprender a usarla: “No creo que sea el fin del arte ni del oficio del artista. La historia del arte está marcada por transformaciones profundas, y esta es una más. La IA es una herramienta poderosa, pero requiere cuidado y formación. Estamos ávidos de autenticidad y belleza genuina. Simplemente es esencial reconocer el valor insustituible del ser humano en los procesos creativos”.

Niurka Natividad Rignack Asencio, gestora cultural, curadora de arte y creadora de experiencias artísticas. //Foto: cortesía.
Niurka Natividad Rignack Asencio, gestora cultural, curadora de arte y creadora de experiencias artísticas. //Foto: cortesía.

La humanidad en el arte es irremplazable

Varios creadores insisten en que la IA afecta más a quienes produzcan arte solo por motivos comerciales: “Los que hacemos arte de verdad siempre estaremos un paso por delante, porque en la imperfección del ser humano está la belleza, en equivocarnos y repararnos, en expresarnos desde nuestra alma rota… para quienes valoran lo humano, la IA nunca podrá ser una opción”.

Y otros advierten que esta herramienta también requiere de una gran madurez: “Un empleado que ve la IA como un reemplazo no está listo para usarla; un empleador que cree que puede reemplazar su personal por IA, tampoco. Una empresa que dota a su equipo con IA tiene mayores garantías de producción y menos margen de error que una con solo talento humano o solo con IA… Sí afecta, pero depende del pensamiento personal si la afección es negativa o positiva”.

Niurka, quien ha usado la IA con experticia para planificar exposiciones y analizar obras, lo resume con equilibrio: “La clave está en la educación en nuevas herramientas. Muchos artistas ya usan la IA para bocetar, facilitar la composición y analizar sus obras, pero nunca reemplaza las ideas ni el espíritu creativo. La IA provee recursos para la toma de decisiones y la exploración, pero no sustituye la esencia humana”.

Para ella, el reto es doble: “Es urgente establecer regulaciones claras, políticas de derechos de autor y mecanismos de protección al artista… Debemos educarnos para valorar lo humano, entender que la belleza también está en la asimetría, en la imperfección y en lo que nos vincula con nuestras historias y emociones… Como diría Nietzsche: ‘Somos humanos, demasiado humanos’”.

En medio de este debate, la historia del arte vuelve a recordarnos que las máquinas seguirán evolucionando, podrán imitar la destreza, pero jamás el temblor de una mano ni la emoción de una voz que se quiebra, solo... debemos evolucionar con ellas. Lea: Tralalero, Tung Sahur y Ballerina: ¿Qué hay detrás de estos personajes de IA?

La inteligencia artificial puede ser útil e incluso inspiradora. El debate sobre su papel en el arte seguirá abierto, pero si hay algo innegable es que el verdadero pulso creativo sigue latiendo donde habita lo humano, en la contradicción, en esa chispa irrepetible que cada creador lleva dentro. En esta nueva era digital, lo esencial será aprender a aceptarla, convivir con ella y encontrar un punto de armonía donde no se convierta en una enemiga sino que logremos convertirla en una auténtica aliada.

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