Alexandra Benedetti escribe para sanar. Lo descubrió hace cuatro años cuando comenzó a investigar con rigurosidad los contextos históricos de su nueva novela, Milagro, una historia de realismo mágico que viaja entre los recuerdos personales, la dictadura en Colombia y un pueblo ficticio llamado Barapés, a más de 300 kilómetros de Macondo.
Inspirada desde joven por la obra de Gabriel García Márquez, a quien considera uno de sus mentores, y por el estilo narrativo de Isabel Allende, Benedetti se ha forjado un camino como escritora desde afuera. Vive en Estados Unidos, donde combina la escritura con la investigación histórica y literaria. En ese proceso encontró que su herida más profunda podía convertirse en literatura. Lea también: ¡Qué orgullo! Rosmery A.H. lleva la voz palenquera a Dominicana
“Mi papá tuvo 16 mujeres. Somos 25 hijos. Esta novela nace de esa herida”, confesó a propósito del lanzamiento de Milagro en la Feria Latinoamericana del Libro Cartagena de Indias, evento en el que estuvo acompañada por la periodista y escritora María Fernanda Piñeres.
¿De qué trata ‘Milagro’?
En Milagro, la protagonista es Rita Milagro, una joven heroína marcada por su historia familiar. El otro personaje central es un anciano lleno de relatos, representa —aunque no de forma literal— a su padre y a todos esos hombres que procrean sin mirar atrás. Barapés, el pueblo donde ocurre la historia, es una creación ficticia inspirada en su natal San Marcos, Sucre, y es el escenario donde se teje esta narrativa llena de memoria, dolor y redención.
La novela está ambientada en los años 50, durante la dictadura en Colombia, pero también se expande a escenarios como Nueva York, donde uno de los personajes vive un giro decisivo para la trama. Aunque la historia no es autobiográfica, Benedetti asegura que está llena de “pinceladas” de su vida y de su verdad emocional. Lea también: Cuando Umberto Eco estuvo en Cartagena: así fue el encuentro
Antes de Milagro, Alexandra había publicado Bendita, su primer libro, y ya se había acercado al mundo del arte desde la actuación, audicionando para distintas obras teatrales. Pero fue en la escritura donde encontró la manera más poderosa de hacer catarsis.