Cartagena celebró por todo lo alto la Vigilia Arquidiocesana de Pentecostés, un evento espiritual que este año tuvo un significado especial al coincidir con el Jubileo de Oro de la Renovación Carismática Católica en la ciudad.
Bajo el lema bíblico “El Señor me unge para proclamar el año de gracia” (Lc 4,18), más de mil fieles se congregaron desde la noche del viernes 6 de junio hasta la madrugada del sábado 7 en la Casa de Oración María de Nazareth, en el barrio Providencia. Fue una experiencia transformadora, llena de momentos intensos de adoración, música, predicación, oración y la celebración de la Eucaristía.
La misa fue presidida por el arzobispo de Cartagena, monseñor Francisco Javier Múnera Correa, y contó con la participación especial del padre Javier Riveros, asesor nacional de la Renovación Carismática Católica en Colombia. Lea también: Parroquia de Martínez Martelo revive tras años en ruinas
La vigilia de Pentecostés es una de las celebraciones más importantes del calendario litúrgico católico. Marca el final del tiempo pascual y conmemora la venida del Espíritu Santo sobre los apóstoles y la Virgen María, hecho que dio origen a la Iglesia Católica.

En este contexto, el encuentro fue también una oportunidad para renovar el compromiso espiritual de los fieles y conmemorar los 50 años de servicio del movimiento carismático en la Arquidiócesis de Cartagena.
Durante la jornada, el padre Iván Ruiz Vidal, asesor local del movimiento, expresó ante la comunidad: “Queridos hermanos, este fue un motivo muy especial para celebrar juntos estos 50 años de servicio. Deseamos que este Jubileo haya sido también una celebración de esperanza, renovando nuestro Bautismo en el Espíritu. Nuestra casa, María de Nazareth, es también casa de ustedes. ¡Gracias por acompañarnos! Lea también: ¡Qué orgullo! Cartagena ingresa a la Red Mundial de Destinos Turísticos Religiosos
El ingreso al evento fue libre hasta completar aforo, y la organización reportó una noche cargada de bendiciones, sanación, liberación y alegría. Los asistentes vivieron una profunda renovación espiritual bajo la guía del Espíritu Santo.