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Cultural

Sebastián Ospina filma en Cartagena su nueva película ‘Georgina’

Sebastián Ospina rodó en Cartagena Georgina, un homenaje a su madre y su linaje, tras ser jurado en el Festival de Cine de Palenque.

Sebastián Ospina filma en Cartagena su nueva película ‘Georgina’

Sebastián Ospina, actor, guionista y director caleño, vuelve al cine con una mirada íntima y cargada de memoria. //Foto: Fabián Álvarez.

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Lo primero que podría decirse, sin reparos, de Sebastián Ospina es que es un gran actor. La realidad de tal afirmación es compleja. El asunto sobrepasa la idea del talento, para indagar en las profundidades de un ser trascendental. Más allá de su pasado glorioso, de glamures y alfombras de todos los colores, está el hombre (79 años) que construye sus futuros; proyectos que hacen que se levante en la madrugada para afinar las líneas de un libreto; concebir una nueva escena, crear otro personaje o simplemente pensar y pensar en otras formas de ser él mismo.

Sebastián Ospina está lleno de voces, de ideas de otros actores o de otras fuerzas que lo definen como una compañía de teatro andante, un performance vivo que recorre las calles de Cartagena de Indias, que salta entre las troneras de una muralla como un ejercicio de sincronía corporal. Puede hablar con serenidad de su experiencia en un rodaje reciente, recordar su juventud en Nueva York y Boston, describir una escena de la película Tiempo de morir (1985), renovar la expresión de su rostro, levantar la voz para romper la magia del instante y exclamar: «Estoy lleno de fantasmas, David Lara, puedo recordar cada segundo de la batalla pero después de la bala en la cabeza no recuerdo nada, es como si no hubiera estado vivo. Pasé meses inconsciente tendido en un colchón en Barichara, soñando lo mismo siempre. Un hombre se acerca para matarme y yo lo recibo con la bayoneta».

Deja pasar medio segundo, y suelta una carcajada que atraviesa magnos umbrales. Como si su vida estuviera llena de capas que actúan por él, sin que él se dé cuenta. «Pienso -dice- que mientras uno más actúa se va reconociendo a sí mismo, es decir, uno como actor está en la búsqueda de uno mismo ante cada situación dramática. Soy de esa corriente de la actuación en que no estoy encartado con los personajes. Los personajes están encartados con Sebastián Ospina, porque Sebastián Ospina no puede dejar de ser Sebastián Ospina. Marlon Brando decía: siempre soy yo mismo, luego, ¿quién eres? Es la pregunta con la que me he levantado todos los días de mi vida».

Sebastián Ospina nació en Cali y, al lado de su hermano Luis, conformó, como lo asegura el director de cine Marino Aguado, «El movimiento de la gente dura del cine de Cali, de Colombia».

En los años 70, con las ideas progresistas y rebeldes de creadores como Andrés Caicedo, Carlos Mayolo, Ramiro Arbeláez, Sandro Romero, Hernando Guerrero, entre otros, el cine de Cali comenzó a proyectarse con una mirada crítica, con estéticas inspiradas en las grandes corrientes del cine Europeo, en contravía con los melodramas locales y los reiterados clichés del cine de Estados Unidos.

Sebastián Ospina ha sido un seguidor de las teorías de actuación del ruso Konstantín Stanislavski. «Lo que ha sucedido es esto -aclara- Stanislavski no funcionó en el teatro, porque en aquel entonces no existían condiciones para mostrar lo que exigían las obras de Anton Chejov, por ejemplo, que era el proceso interior de los personajes. Eso apareció con el cine. Los personajes en un primer plano podían mostrar lo que sucedía dentro de ellos. En el teatro nunca se puede acercar al rostro del actor, en cambio en el cine sí, esa es la maravilla de Stanislavski».

Sebastián Ospina estudió en la escuela de Lee Strasberg, conocida como el Actors Studio, en la que se formaron actores y actrices como Marlon Brando, Paul Newman, Robert de Niro, Al Pacino, Jane Fonda, Marilyn Monroe, entre muchos otros. Para Sebastián Ospina hay elementos claves en la actuación que pueden ser todo en una escena: «La perfección y economía de los movimientos -explica-, menos es siempre más; la claridad de la expresión en el rostro, la relajación de los músculos faciales; la apertura del cuerpo para que broten las energías necesarias y, lo más trascendental: la intención de la mirada. En ocasiones, un leve parpadeo, un leve pestañeo, lo arruina todo, eso sobrepasa el texto, si no hay mirada hay que repetirlo todo».

Los detalles de la película Blacamán, el resucitador

Sebastián Ospina se presenta con su obra Blacamán, el hombre que derrotó a la muerte, en la Alianza Colombo Francesa el próximo martes 22 de abril a las 7:00 p.m. Una mezcla de ficción y realidad sobre el mítico hombre de circo calabrés que hace de su vida un juego permanente con la muerte. «Estamos ante un espacio escénico convertido en una sala de cine, eso es la apuesta de Blacamán… Es como si el público se sentara a ver una película, estoy yo y la música en vivo de la violinista Marta Suárez, eso se transforma en un concierto teatral único. La obra está conectada con un texto de Gabo, la vida de este ser mítico, Blacamán. La base de la puesta en escena, al tiempo que ruedan imágenes cinematográficas de Luis Buñuel, una hibridez estética fantástica».

Sebastián Ospina, actor, guionista y director caleño, vuelve al cine con una mirada íntima y cargada de memoria. //Foto: Fabián Álvarez.
Sebastián Ospina, actor, guionista y director caleño, vuelve al cine con una mirada íntima y cargada de memoria. //Foto: Fabián Álvarez.

Para la actriz española Teresa Montes: «Blacamán es un espectáculo multimedia con una brillante interpretación de Sebastián Ospina, una música precisa y dramática con el violín de Marta Suárez. Aquí se exploran temas como el poder político y las formas de ejercer la autoridad. La obra es una atmósfera enigmática, la dualidad entre el bien y el mal y la búsqueda de la inmortalidad a través de la magia o las diversas formas del engaño, una obra para gozar y pensar el buen teatro».

La película de Sebastián Ospina que se rodó en Cartagena

En noviembre de 2024, Sebastián Ospina estuvo de Jurado en el Festival de Cine de Palenque. Al pasar por Cartagena, no solo pensó en hacer una gira por el Caribe con su obra Blacamán, sino instalarse por unos meses y rodar un película que le palpitaba en su todo su ser: «Lo que sucede es que yo soy un ser iluminado, no lo digo con pretensión, lo digo porque desde que era un infante sabía que estaba destinado a escribir esta historia, Georgina. Que había venido al mundo con ese propósito. Es un homenaje a mi madre. A los Ospina, que pueda que sean los fundadores del partido conservador y alguna gente los mire con odio, porque el partido conservador ha sido la representación del feudalismo en la historia de Colombia. Pero las cosas no son blanco y negro. Los Ospina fueron precursores del cultivo del café, fueron los ingenieros que hicieron los ferrocarriles, gente que tuvo que ver con la educación, fundaron colegios, universidades, no solo en Colombia, sino en Guatemala cuando les tocó exilarse porque fueron perseguidos por Mosquera que los quería fusilar».

Georgina culminó su rodaje el pasado lunes 14 de abril en las playas de Bocachica. Una trama llena de fatalidades en escenarios de Cartagena. «Georgina toma sus personajes de fuentes familiares. Mi familia ha puesto tres presidentes. Mi bisabuelo fue el general Mariano Ospina Chaparro, un general conservador en el régimen del terror de José Manuel Marroquín, una de las etapas más oscuras de Colombia, con máquinas de tortura como en los tiempos de La Inquisición».

Para Sebastián Ospina el talento que encontró en Cartagena es “sublime” en sus palabras. «Hemos trabajado con tan pocos recursos y hemos logrado una gran película, inmensa. Viene ahora el montaje y pronto estaremos en nuestro estreno. Georgina estará en el próximo Festival de Cine de Cartagena y en otros festivales del mundo, por supuesto».

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