En medio de una realidad que pareciera incontrastable para ciertas expresiones de la cultura, la poesía de Juan Vicente Medina Cuentas es la retribución de su cercanía con las historias de los actores del conflicto armado en el Caribe y en Colombia, a través de su vida laboral.
Influenciada por las aguas tempestuosas de esa legendaria conflictividad nacional y la comprensión de su propia realidad humana, la poesía de Medina ha puesto su nombre en las marquesinas del Caribe.
‘Dicha del musgaño’ fue su primer libro, publicado en el 2006, el cual recibió premio al primer puesto compartido del Concurso de Poesía Terceros Juegos Florales, de Sincelejo. (Lea: Buscan reeditar ‘Celia se pudre’, de Héctor Rojas Herazo).
En 2018, Medina Cuentas publicó su segundo libro, ‘Para otro ojo conservo esta luz’ (Editorial Terrear).
En 2024 este poeta, de profesión abogado, presentó ante el Fondo Mixto de Cultura de Sucre su tercer poemario: ‘Alumbrar por dentro la derrota’ (Editorial Corazón de Mango), que salió premiado en el Programa de Estímulos para Escritores del Departamento de Sucre. Una segunda edición de esta obra vio la luz de las letras recientemente este año 2025.
Cimientos literarios
Para crear su poética, su fuente o ambiente de inspiración se deriva caudalosamente de su mundo laboral en ejercicio del Derecho: “Me gustan los terrenos difíciles, y siempre me interesaron los derechos Humanos y el Derecho Internacional Humanitario (DIH)”, cátedra de la que fue profesor universitario en Sincelejo, para luego llegar a la coordinación del Centro Nacional de Memoria Histórica en Santa Marta. (Lea: Encuentro de Escritores en Sucre dejó gran satisfacción a amantes de las letras).

Hizo parte de la Comisión de la Verdad para el informe final de memoria nacional presentado el 28 de junio del 2022, y hace 4 años es investigador de la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD), de forma tal que todas esas historias de combatientes y víctimas del conflicto armado en el Caribe y en Colombia, que Medina Cuentas ha absorbido, permearon su atención, “muy ligada a mi pasión por la poesía”.
Orígenes
Nacido en Santiago de Tolú (Sucre) en 1982, la infancia y adolescencia de Juan Vicente Medina, transcurre ahí, en ese puerto turístico, y como él bien lo dice, “ese privilegio para un hombre caribe tiene mucha simbología, frente al mar, junto a mi familia”, y fueron esos primeros tiempos, con la influyente cercanía a su abuela, lo que quizás le ayudó a galvanizar su formación, “porque ella era muy adelantada para su época, mi abuela leía poesía, estaba al tanto de las noticias, era muy culta y con muy buena memoria”, relata Juan Vicente. (Lea: Años sesenta, cultura en Cartagena).
Graduado en Derecho en la Universidad de San Buenaventura, en Cartagena, la pregunta que me surge entonces es..., ¿cómo un abogado es también poeta?
Y esto dice: “En Cartagena ocurrieron dos cosas importantes para esa afición por la poesía: venía con la vena de mi papá Ramiro Medina, que es filosofo y también escribe, y mi mamá es licenciada en Literatura, así que en mi casa la pasión por la lectura fue muy importante; pero además en Cartagena empecé a ir al Taller de Poesía Siembra, que aún coordina Martín Salas, y en la Universidad formaron un grupo literario, de manera que fui alternando la lectura y la escritura de poesías mientras estudiaba Derecho”.
En la poesía de Juan Vicente, el leyente de pronto va a encontrarse en una conversación con poetas que lo han influenciado, como el cubano Virgilio Piñera, o el francés Michel Houellebecq, o con su compatriota toludeño Héctor Rojas Herazo. (Lea: Lanzan Premio de Novela Héctor Rojas Herazo en Sincelejo).
He aquí su propia interpretación: “Más allá de inspiración, el ejercicio poético es de comprensión de tu misma realidad y de intentar, a través de la imagen poética, rescatar asociaciones entre lo que sucede en la vida real y lo que ya ha parido la literatura, dando fe de lo que pasa en mi tiempo. Me gusta la frase de Albert Camus, ‘La única obligación del intelectual es con su propio tiempo’”.