Hace más de una década, Italia quedó conmocionada por un escándalo de prostitución de menores que involucró a políticos y empresarios en Parioli, un exclusivo barrio de Roma. El caso, conocido como Baby Squillo (“prostitutas infantiles”), reveló una impactante doble vida de dos adolescentes que ofrecían servicios sexuales a cambio de dinero para costear lujos y tecnología de alta gama.
Ahora, esta historia ha servido de inspiración para Baby, una serie de Netflix que, con dos temporadas de ocho episodios, recrea los eventos desde la perspectiva de las jóvenes involucradas. Lea también: “Adolescencia” y los incels: el peligroso movimiento que odia a las mujeres
La verdad salió a la luz cuando la madre de una de las adolescentes denunció ante la policía el extraño estilo de vida de su hija, marcado por gastos excesivos y consumo de drogas. La investigación policial reveló que, tras asistir al instituto en la mañana, las menores se trasladaban a un apartamento en Parioli, donde intercambiaban sexo por dinero.
Cómo se destapó el escándalo de Baby squillo
Las interceptaciones telefónicas evidenciaron la participación de importantes empresarios y políticos. Entre los detenidos se encontró la propia madre de una de las jóvenes, quien fue condenada a seis años de prisión.
Uno de los implicados clave fue Mirko Ieni, un desempleado que actuaba como intermediario, proporcionando un apartamento y concertando citas a cambio de una comisión. “Estas dos me hacen ganar 600 euros al día (casi $3 millones colombianos)”, afirmó en una llamada interceptada por la policía.




Muchos clientes alegaron desconocer la edad real de las adolescentes, argumentando que su apariencia y actitud los llevaron a creer que eran mayores de edad. Sin embargo, los anuncios en la web dejaban pocas dudas, con nombres sugerentes como “Lolita” y frases como “mamá no está en casa”. Lea también: ‘Coco 2′ es una realidad; ¿qué se sabe de la fecha de estreno?
Uno de los nombres más polémicos del listado de clientes fue Mauro Floriani, esposo de Alessandra Mussolini, nieta del dictador Benito Mussolini. La revelación provocó un escándalo mediático, ya que Alessandra era una férrea defensora de los valores familiares y había condenado en múltiples ocasiones la prostitución de menores. Aunque inicialmente lo expulsó de casa tras el escándalo, años después se reconciliaron.
Aunque durante unos años, los nombres de las dos implicadas fueron protegidos, Marianna Agnese, una de ellas, recuperó el rumbo de su vida después de pasar cinco años en una comunidad de recuperación, siguiendo un curso de psicoterapia. Acostumbrada a la soledad y lejos de su familia, se graduó con 90% de notas en el instituto de publicidad y diseño gráfico.
Polémica con la serie de Netflix
Uno de los aspectos más llamativos de Baby. es la representación de la juventud privilegiada en Italia. Ludo y Chiara, las protagonistas, pertenecen a familias acomodadas, asisten a un exclusivo colegio privado y tienen acceso a una vida de lujos. Sin embargo, lejos de la estabilidad que se esperaría en ese contexto, la serie exponen un vacío existencial y una crisis de valores que las lleva a desafiar los límites de la moralidad.
Una diferencia del caso real en el que se inspira la serie, donde las menores actuaban bajo la influencia de una proxeneta, en Baby se presenta la prostitución como una elección consciente de las adolescentes. Esta decisión responde a una necesidad de independencia y control sobre sus propias vidas, pero también a un deseo de experimentar emociones fuertes en un entorno donde todo parece monótono y predecible.

El sociólogo Zygmunt Bauman, en su concepto de modernidad líquida , explica cómo en sociedades posmodernas las relaciones y los valores son efímeros, lo que puede llevar a los individuos a tomar decisiones impulsivas para darle sentido a su existencia. En el caso de Baby , la prostitución se convierte en una forma de “resistencia” contra un mundo que las oprime, pero que, paradójicamente, solo las sumerge en una nueva forma de dominación.
La adaptación de este caso por parte de Netflix no estuvo exenta de críticas. El Centro Nacional sobre Explotación Sexual de EE.UU. (NCOSE) acusó a la plataforma de “romantizar” la prostitución infantil, comparando su postura con el despido de Kevin Spacey por escándalos de abuso.
“No hay niñas prostitutas, solo chicas explotadas”, argumentó un portavoz de NCOSE, cuestionando el enfoque de la serie. A pesar de la controversia, Baby ofrece una mirada cruda a una realidad que sacudió a Italia y dejó en evidencia la complicidad de figuras influyentes en un oscuro mercado de explotación de menores.