Tras su triunfo en los premios Óscar como mejor documental, “No Other Land” se ha convertido en un foco de controversia en Israel. La película, que expone la violencia ejercida por el ejército israelí contra palestinos en Masafer Yatta, en Cisjordania ocupada, ha sido rechazada por las autoridades, que han instado a las salas de cine a no proyectarla.
En respuesta a esta situación, el movimiento activista palestino-israelí Standing Together ha organizado proyecciones en distintas ciudades, incluyendo Tel Aviv y Jerusalén. Estas exhibiciones, realizadas en espacios comunitarios conocidos como “casas moradas”, han tenido gran acogida y continuarán durante todo el mes.
Muhammad Jabareen, activista de Standing Together, señala que la iniciativa busca contrarrestar el silenciamiento impulsado por el gobierno y los medios de comunicación. “Es una victoria que representa un llamado a la paz, la convivencia y la igualdad”, afirmó en declaraciones a EFE. Lea también: Flow, ganadora del Óscar: un mensaje de unión para todas las edades
Nuestro enemigo es el sistema, no las personas. Para lograr justicia y paz, debemos trabajar juntos”.
Originario de Palestina.
Dado que ninguna cadena de cines ha accedido a proyectar la película, estas funciones organizadas por activistas se han convertido en la única alternativa para verla en comunidad.
El rechazo oficial a “No Other Land” ha sido impulsado por el ministro de Cultura, Miki Zohar, quien instó a las salas y entidades culturales a evitar su exhibición. Según sus declaraciones recogidas por medios locales, el documental “sirve a los enemigos del Estado”.
Para Jabareen, esta postura contradice la idea de Israel como una democracia. “Uno de los principios fundamentales de un sistema democrático es el arte crítico”, sostiene, y considera la censura como una forma de “fascismo”.
Impacto de ‘No other land’
Las proyecciones han atraído mayoritariamente a ciudadanos judíos israelíes, muchos de los cuales desconocían la realidad retratada en el filme. “La reacción ha sido mucho mejor de lo esperado”, afirmó Jabareen sobre la reciente exhibición en Tel Aviv, que se realizó ante una sala repleta y obligó a programar una segunda función.
Algunos asistentes, como Silvie, una profesora universitaria, ven en estas reuniones una fuente de esperanza. “Estar con otras personas que buscan informarse me hace sentir más optimista”, comentó. Lea también: Premios Óscar 2025: Estos fueron los mejores memes de la noche
Jabareen, originario de una aldea palestina cercana a Yenín, admite que le entristecen las críticas de algunos sectores de la diáspora palestina, quienes consideran que la coproducción con israelíes “normaliza” la ocupación. Sin embargo, él defiende la colaboración como una vía para lograr cambios significativos.
“Invito a la gente a visitar Masafer Yatta y ver la realidad por sí misma. Lo que los palestinos quieren es paz”, enfatiza.
A su juicio, el premio Óscar es un logro para todos los palestinos, un sentimiento que comparte la comunidad de Al Tuwani, el pueblo retratado en el documental. “Nuestro enemigo es el sistema, no las personas. Para lograr justicia y paz, debemos trabajar juntos”, concluye.