Reconocido como la Persona del Año por la Academia de los Latin Grammy, Carlos Vives no solo es un icono de la música a nivel global sino un representante de la cultura Caribe en el mundo. Desde su aparición en las telenovelas hasta su último álbum “Escalona nunca se había grabado así”, el cantante ha mantenido su esencia como amante de la cultura y guardián de las raíces.
En conversación con Andrés Mompontes, Carlos Vives hizo un recorrido a través de los sonidos del pasado, y cómo los primeros ritmos nos conectan con los primeros habitantes del planeta. “Con el vamos a tener un viaje al pasado, a los sonidos musicales que lo marcaron. Una peregrinación hablada que también tiene que ver con nosotros”, expresó Mompontes.

“El cine nos ha dicho que la música prehispánica es muy triste (…) no, nos equivocamos. La música era completamente espiritual no existían tonos menores, no existía música triste”, expresó el cantautor samario resaltando las cualidades espirituales de los grupos indígenas que habitaban América. Lea también: Carlos Vives y La Provincia: la historia de unos músicos icónicos
Nosotros no fusionamos nada con vallenato. Lo que nosotros hacemos es aplicar patrones cumbieros en nuestros instrumentos eléctricos”.
Carlos Vives.
Con el cabello largo, pantalones cortos y un collar en el cuello, Carlos Vives dio sus primeros pasos en la música ante la mirada desconfiada de quienes tomaban sus canciones como una falta de respeto hacia el folclor. Treinta años después Vives se defiende con la idea de que el folclor existe mucho antes de que existieras los micrófonos y las cabinas. “El folclor era la conexión con la naturaleza, lo que nació de nuestro mestizaje. Por eso existía antes de que se grabara música en un estudio”.
El cantante y compositor de 63 años sostiene que muchos creen que sus álbumes son el resultado de la mezcla del rock, el vallenato y la cumbia, sin embargo “nosotros no fusionamos nada con vallenato. Lo que nosotros hacemos es aplicar patrones cumbieros en nuestros instrumentos eléctricos”.
Esto ya lo había hecho un cartagenero que fue bajista de Los Corraleros de Majagual, “él fue el primero que puso un bajo eléctrico en un vallenato, el se pilló el golpe de la caja”, recordó el samario. Lea también: Egidio Cuadrado y los otros tres músicos de La Provincia fallecidos

Carlos Vives es consciente de que sus canciones han llegado a muchos rincones del mundo y que, a pesar de que al inicio fue criticado, era un simple joven que quería conquistar el mundo con música colombiana. “La industria me desahuciaba cada minuto pero yo decía ‘voy pa’ lante’, comentó entre risas.
Parte de su éxito, afirmó, viene de “la genética del vallenato” que “al igual que la de la cumbia es cumbiera porque es chimila, es indígena”.
Explicó que el tambor, que se pensaba había llegado a América con los negros esclavizados que los españoles trajeron desde África ya estaba, ya se usaba en las músicas indígenas.
“En la cultura prehispánica la música era completamente espiritual. Imagínense, no existían ni armonías ni tonos menores. No existía la música triste. Toda la música prehispánica, lo que hacían los chimilas, los muiscas o los taínos, eran areítos muy espirituales: unos fúnebres, otros para celebrar la vida en el nacimiento de un hijo”, explicó.
Su conferencia terminó con cantos interpretados por niños de escuelas de vallenato de Cartagena de Indias.