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Cultural

Diana Agámez, la poeta colombo-venezolana premiada en España

La escritora Diana Agámez ganó el Premio Internacional de Poesía Vicente Ibáñez, en España, 2024, con su libro ‘Mi madre encendió un volcán ella sola’.

Diana Agámez, la poeta colombo-venezolana premiada en España

Diana Agámez gana el XXIV Premio Vicente Núñez en Córdoba por su obra ‘Mi madre encendió un volcán ella sola’, destacándose entre numerosos concursantes. //Foto: Cortesía - Cristian Agámez.

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Diana Agámez Pájaro (1979) es poeta e investigadora. Su vida ha transcurrido entre Cartagena y Roma, donde reside desde hace trece años. Posee una sensibilidad que ha forjado un lenguaje en torno a la solidaridad, el sufrimiento y la esperanza humana. Trabaja como mediadora intercultural y profesora de español e italiano (L2). Es Licenciada de la Facultad de Lingüística y Literatura de la Universidad de Cartagena (Colombia) y Máster en Educación Intercultural de la UNED (España).

En 2016 publicó el poemario ‘El tiempo me deslíe como un caramelo’. En el año 2021 realizó para Anagrama (España) la traducción del italiano al español de ‘Lo que estábamos buscando’, de Alessandro Baricco. En 2022 ganó el premio literario nacional ‘Lingua Madre’, en Turín, Italia. Actualmente es doctoranda en educación intercultural en la UNED, Universidad Nacional a Distancia de Madrid, trabaja en la difusión de su proyecto fotográfico y poético ‘We care’ -exhibido en la Universidad de Amsterdam y en Italia- que indaga el tema de la narración del cuerpo femenino en la tercera edad y en la escritura de su primera novela. Con su poemario ‘Mi madre encendió un volcán ella sola’, ganó en 2024 el Premio Internacional de Poesía Vicente Núñez, en Córdoba, España. Con ella conversamos en Facetas de El Universal:

¿Cuál es la génesis humana o las imágenes vividas que gestaron su libro premiado?

- Hay algo de autobiográfico en ‘Mi madre encendió un volcán ella sola’. Seguramente la fuerza de mi tribu familiar femenina ha originado este libro, pero también lo han originado mi experiencia y mis observaciones sobre cómo a veces no funciona el sistema público de salud en Colombia y en Italia, en relación al delicado tema de la salud mental. A menudo es un tabú o una condición que permanece invisible. Una condición que genera vergüenza y rechazo. De eso me interesa hablar y escribir.

Otra parte de la génesis se origina en la imagen de las madres buscadoras en Colombia y en México. En la imagen de los incontables feminicidios que parecieran no poder detenerse de ninguna manera. Todo esto alimenta lo que escribo. Lea: Diana Agámez, escritora cartagenera, gana Premio de Poesía en España

Diana Agámez Pájaro ganó el prestigioso XXIV Premio de Poesía Vicente Núñez. //Fotos: Cortesía.
Diana Agámez Pájaro ganó el prestigioso XXIV Premio de Poesía Vicente Núñez. //Fotos: Cortesía.

¿A qué libros y poetas regresa como a un río de incesante deslumbramiento?

- Regreso siempre a Pedro Páramo de Juan Rulfo, al poeta chino Li Po, a la poeta polaca Zuzanna Ginczanka (la cual invito a leer vivamente), a Aurelio Arturo, Octavio Paz, a la bella tristeza de los ojos de Marilyn Monroe, a la profundidad abismal de la voz de Cheo Feliciano, a la triste historia de la cándida Eréndira y su abuela desalmada, de Gabo, a las enciclopedias, a los diccionarios, a los documentales sobre animales salvajes y a las conversaciones ajenas que hago mías en espacios urbanos y cotidianos como el bus, un bar, una peluquería…

¿Cuál fue la experiencia humana más compleja de nombrar en su nuevo poemario?

- No es una experiencia. Son dos: la impotencia y la fuerza que viajan de la mano y hacen parte de un mismo gesto: cuando darías tu vida o haces todo lo humanamente posible por y para ayudar/cuidar a alguien que sufre un trastorno mental o una condición como la depresión y sus derivados y ves como no es suficiente; entiendes como ante condiciones de salud tan complejas se requiere la intervención de una red afectiva y de servicios clínicos adecuados (estos últimos a veces no existen), cuando pasas toda la vida buscando una hija desaparecida y no hay resultados, ni respuestas, ni nada. Esa impotencia y esa fuerza atraviesan ‘Mi madre encendió un volcán ella sola’ y, en general, mi trabajo poético y literario actual.

La poesía es una maravillosa y dolorosa experiencia humana”.

 Diana Agámez.

¿Cómo es su proceso creativo. En qué ambientes y en qué momentos del día o la noche prefiere escribir?

-Mi proceso creativo se instaura en la cotidianidad de la vida, de allí nace; después me ocupo de leer o buscar referentes literarios o artísticos que me permitan establecer un diálogo más profundo y variado con el tema o con las historias que escribo. Naturalmente leer mucho y leer un poco de todo es mi base primordial. Lea: Diana Agámez gana premio de poesía en Italia

El premio que lleva el nombre de Vicente Núñez rinde homenaje a este destacado poeta español.
El premio que lleva el nombre de Vicente Núñez rinde homenaje a este destacado poeta español.

¿Cómo fue su experiencia como traductora de Alessandro Baricco?

-Traducir el ensayo ‘Lo que estábamos buscando’, de Alessandro Baricco, fue una experiencia muy interesante primero que todo desde el punto de vista personal: la idea del mito y la pandemia. El punto de encuentro que Baricco logra sostener en su libro me pareció una especie de bálsamo en medio de todo lo que significó y significa vivir una pandemia. Los seres humanos son capaces de construir mitos sobre los que se edifican enteras existencias y también son capaces de derrumbar esos mitos, a veces generando mucho dolor. No sé, en ese momento ese pequeño ensayo para mí, personalmente, fue muy revelador. Después un día hablando con Alessandro, me dijo: “Quiero que leas algo que escribí. Te lo mando”. Recibí la versión en italiano de “Quello che stavamo cercando” y al terminar de leerlo no pude sino decirle que lo quería traducir. Hicimos las pruebas de traducción y los editores de Anagrama, la editorial española que publicó el libro, aceptaron mi traducción sin hacer muchas correcciones. En fin fue una experiencia humana y profesional muy importante. Alessandro no desperdicia palabras, tiene una escritura muy transparente y concreta, frases breves y una tonalidad literaria muy cálida y a la vez, a veces muy distante. Parece que te abraza pero después te deja solo o sola con la historia, un poco como lo hace Turín, su ciudad, cuando la conoces por primera vez.

Eso me pareció lo más difícil de lograr, pero bueno parece que lo logré en mi traducción. Fue un reto maravilloso poder traducir a un escritor como Alessandro y le agradezco la confianza que depositó en mí, aun cuando yo no era una traductora literaria con amplia experiencia.

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