¿Quiénes somos? ¿A dónde pertenecemos? ¿Deberíamos seguir nuestro corazón o dejarnos llevar por el miedo? Si alguien se ha planteado estas preguntas, ‘Robot Salvaje’, la nueva película animada de Dreamworks, el estudio detrás de filmes icónicos como ‘Shrek’ y ‘Cómo entrenar a tu dragón”, captará su interés y lo invitará a reflexionar sobre ellas.

Bucear con papá (o con quien vino en su lugar)
JUAN SEBASTIÁN RAMOSLa película, a simple vista podría parecer una historia de evolución personal, pero en el fondo está compuesta por personajes que le brindan profundidad y varios puntos que analizar como el autodescubrimiento, el apoyo en los demás, la maternidad y la decisión de convertirse en héroes de nuestro propio entorno. También te podría interesar: La sustancia: ¿qué harías por alcanzar tu “mejor versión”?

“Hello. Bonjour. Guten tag. Hujambo. Hola”
Resumir la película en un párrafo es más sencillo si se utiliza el estilo de un cuento o fábula, porque daría algo como esto:
“Había una vez una robot llamado ‘Roz’, que cayó por error en una selva muy salvaje donde el círculo de la vida regía sin piedad. En ese terreno inhóspito, ‘Roz’ tuvo un accidente y, sin querer, destruyó el nido de un ganso, dejando a uno de sus polluelos desamparado. Desde ese momento, y en compañía de un zorro, una zarigüeya, un castor y otros animales del bosque, ‘Roz’ deberá cuidar al pequeño polluelo y lograr que sobreviva, mientras descubre su propio lugar en el mundo”.
Con esto dicho, es necesario mencionar que ‘Robot Salvaje’ es una de esas películas que tiene alma propia y que, en el futuro, se convertirá en todo un clásico del cine animado, no solo por su preciosa animación inspirada en el impresionismo de Claude Monet, sino por el mensaje que deja en sus audiencias.
Y no es en vano hablar en plural, pues, aunque es una película animada y su público objetivo son los niños, ‘Robot Salvaje’ toca temas que solo los adultos pueden entender a cabalidad con solo mirarla una vez, y uno de ellos es la maternidad.
Pero, ¿Cómo ‘Roz’, una robot, puede ser o representar a una madre?; la respuesta aparece cuando ella debe tomar la responsabilidad del polluelo, a quién llama Brightbill, y convertir, como dice la película, “las tragedias de la vida en algo que los salve”.
‘Roz’, al ser un robot, está programada para no tener sentimientos, sino para analizar su entorno y aprender sobre la marcha lo que debe hacer, cosa que fácilmente se puede comparar con las tareas de una mamá, quienes desarrollan su instinto materno con el clásico ‘prueba y error’.
La película es tierna e inspiradora. Muestra que el papel de una madre va más allá del hecho de engendrar en un vientre, y se basa en brindar compañía, crianza, paciencia, amor, cuidado y, sobre todo, en ayudar a esa persona que tiene a su cargo, aún si eso significa resistir lo impensable, e incluso, sacrificar sus propios sueños y su propia vida.

“Vuela como tú, no como los demás”
La sensibilidad en ‘Robot Salvaje’ recuerda que el cine, como un arte, aún puede generar sentimientos verdaderos y profundos en su audiencia, llevando a la película a convertirse en la viva muestra de uno de sus puntos principales: el autodescubrimiento de la identidad.
Cuando ‘Roz’ llegó a la selva, su único objetivo era servir a todo ser que se encontrara. Sin embargo, ante lo salvaje no tuvo más opción que aprender de lo desconocido, un hecho que la hizo sentir perdida en un mundo diferente al suyo.
Lo mismo sucede con Brightbill que al crecer y encontrarse con otros animales de su especie, es rechazado por comportarse de manera extraña.
Ambos personajes representan a cualquier persona medianamente distinta en una sociedad que le teme a lo desconocido y la lucha que cada uno de ellos tiene en su interior para encajar y encontrar el propósito que tienen sus vidas.
Lo más increíble es que la película presenta a personajes que están tan perdidos como quienes la ven, esos que muchas veces no saben de dónde vienen, pero tienen claro a dónde quieren ir.
Ese es el foco en el que se centra ‘Robot Salvaje’, en mostrar que la vida no es negociable, que hay que hacer todo lo posible para encontrar el lugar al que cada uno pertenece, y que, para salir adelante, solo se debe abrazar la identidad, porque el corazón es más grande y fuerte que lo que se ve en el exterior.

“Tu lugar es seguro, pero al quedarte no llegarás muy lejos”
La vida, al igual que esta película, transcurre paso a paso. Primero se nace, luego se crece y finalmente se sale al mundo a buscar un hogar. El último paso es el más difícil, pues, comúnmente, consiste en abandonar todo a lo que se está acostumbrado, dejar de lado la naturaleza o programación con la que se nace y caminar hacia lo desconocido.
La película refleja esto en la maternidad de ‘Roz’ que, como todas las demás, consiste en dejar ir; también en la migración de Brightbill, quién a pesar de todo, entendió que dejarse llevar por sus miedos y permanecer en su lugar seguro solo lo llevaría a estancarse y perder las oportunidades de crecimiento que encontró con los otros de su especie.
Y es que, aunque muchos quieran creer que sobrevivir se puede hacer en soledad, realmente la verdad es muy distante, pues todos necesitan a alguien que los apoye, que los escuche y los acompañe en los caminos que recorren, de hecho, a veces ese alguien, para los demás, somos nosotros.
Al final, ser humano y estar vivo también significa convertirnos en algo más de lo que fuimos “programados” para ser, convertirnos en héroes de nuestros entornos, para, cuando llegue el momento de nuestra migración, poder hacerlo con orgullo y, desde la distancia, ver las maravillas que creamos y entender que ese es nuestro legado.
‘Robot Salvaje’ ya está disponible en cines y es una película ideal para reflexionar sobre la condición que nos hace humanos, mientras disfrutamos en familia de las aventuras de una robot en el bosque. Aunque la naturaleza y las nuevas tecnologías parezcan distantes, ambas nos representan; al fin y al cabo, de una venimos y hacia la otra nos dirigimos. Lee también: ‘¡Ay, Carmela!’, qué terrible es la guerra