Gustavo Nieto Roa (Tunja, 1942) se metió en la selva colombiana con un equipo humano y técnico de veintiséis personas y filmó en nueve meses, en las selvas de Caquetá y Guaviare, su película ‘40 días perdidos en la selva’ (2024), que reconstruye el drama de cuatro niños indígenas que sobrevivieron cuarenta días después que la avioneta en que viajaban con su madre se estrellara en la selva.
Los niños vieron entre los escombros el cadáver de la madre, y sobrevivieron comiendo plantas, hormigas, frutas selváticas, uvas de la selva, y dejándose llevar por las voces de los espíritus ancestrales de su tribu. La misma comunidad indígena le dijo al cineasta que fueron los espíritus de la selva los que protegieron a los cuatro niños, y los guiaron para encontrar el camino de salida en la oscura y densa espesura de la manigua.
Gustavo Nieto Roa, quien jamás había ido a la selva, fue a encontrarse con niños cercanos a los niños sobrevivientes, porque hoy, por razones de protección, nadie sabe dónde están esos cuatro niños. Filmó en los mismos escenarios de la tragedia. La historia real fue recreada con niños y niñas de la selva. El guion fue realizado por Idania Velásquez Luna, bajo la producción de Laura Fernández. La película se estrenó en Cartagena en el FesticineKids. En donde el consagrado director, guionista y productor, con 21 películas filmadas en su vastísima trayectoria, conversó con Gerardo Nieto, director del festival, y compartió la experiencia de filmar, ante niños y jóvenes de Cartagena de Indias. Lea también: La película “40 Días Perdidos en la Selva” con afiche y fecha de estreno
Los niños vieron entre los escombros el cadáver de la madre, y sobrevivieron comiendo plantas, hormigas, frutas selváticas, uvas de la selva, y dejándose llevar por las voces de los espíritus ancestrales de su tribu.
El cineasta nos contó secretos de su película y de su vida en una intensa entrevista que nos concedió en El Universal. Nos dijo que este filme conjuga la ficción, el documental y la animación, y cree que el filme les enseña a los mismos niños colombianos cómo sobrevivir en la selva. Un recurso de la ficción fue integrar el espíritu de la madre muerta, que sale del cuerpo tendido en la selva y se convierte en una voz.
No fue fácil filmar en la selva, cuenta Nieto Roa. Al principio, la misma comunidad preguntaba quiénes eran ellos y qué iban a hacer con esas cámaras, y el cineasta contó que se trataba de reconstruir la tragedia de los cuatro niños. Y la misma comunidad de la selva, que ha sufrido el triple cruce conflictivo entre guerrilleros, paramilitares y narcotraficantes, colaboró en los nueve meses de filmación. “No tenía la menor idea cómo podía ser la selva. En ese recorrido, no había trochas, solo una inmensa vegetación de toda clase de plantas, muy tupida, en la que no se veía sino la sombra de los árboles que no dejaban ver el cielo. Me impresionó muchísimo conocer la selva. La selva de la película es la selva de verdad, y la metimos en la película, con su vegetación, su fauna y flora. Es muy inspiradora la selva en sí misma, pero me duele la amenaza que se vive en la selva, las talas y los incendios”, reflexiona. Lea también: Prime Video lanza documental de niños indígenas que sobrevivieron 40 días en el Amazonas
El filme de Nieto Roa fue estrenado en el Guaviare ante una comunidad que asistía por primera vez a una sala de cine. Ver la selva en la película y reencontrarse con paisajes y personas del entorno los estremeció hasta las lágrimas.
“A lo largo de mi vida he realizado distintos géneros de historias en mis películas, desde aventuras, comedias, dramas políticos, erotismo, he incursionado en todos los géneros, y esta película ‘40 días perdidos en la selva’ es una combinación de toda mi experiencia, entre la ficción, el documental y la animación”.
Confiesa que sus directores predilectos son el sueco Ingmar Bergman, el director francés François Truffaut, el de ‘Los 400 golpes’, para citar dos de ellos. Contó que filmó en Cartagena en 1978 su película ‘Amor ciego’. Con su filme ‘Caín’, basado en la novela de Eduardo Caballero Calderón, ganó en el Festival de Cine de Cartagena en 1984.
Un sueño por filmar
Nieto Roa vive en Sao Paulo, Brasil, y es el fundador de Centauro Comunicaciones, una multinacional colombiana consagrada al doblaje y traducción de películas, del inglés al español, multinacional que genera 350 empleos directos y tiene un equipo laboral de 1.200 personas.
Tiene oficinas en Brasil, Miami, México, Portugal, entre otras. A sus 82 años, Gustavo Nieto Roa luce con una vitalidad y una juventud creadora, y dice que se debe a que hace ejercicios cada día y le da órdenes a su cuerpo para mantenerse joven. “El cuerpo obedece a esas órdenes y te responde, mientras no le des contra órdenes”, anota. Lea también: Bajo custodia del ICBF: así están los niños rescatados de la selva hace un año
Extraña a dos amigos cómplices de diez de sus aventuras fílmicas: Carlos Muñoz y Carlos “El Gordo” Benjumea.
Desea seguir filmando películas cuyos protagonistas sean niños o niñas. Y confía en que el ritual de ir a cine se mantenga y las salas de cine no desaparezcan. Confiesa que desde hace años ha deseado filmar la película ‘Amor fuera de tiempo’, la historia de una estudiante universitaria muy joven que se enamora de su profesor muy viejo, quien le expresa que la muerte se puede programar en su día exacto, tal como lo cree una tribu en Australia. Esa idea surgió filmando un documental sobre aborígenes en Australia, y la ha decantado en sus viajes por el mundo, al conocer las diversas culturas, la egipcia, la china. El profesor se pelea con sus nietos cuando se enteran de esta relación fuera de tiempo, en la que la joven queda seducida por la filosofía de vida del anciano, y está dispuesta a esperar el día exacto que el profesor le ha revelado.
Cuando llega ese día, están disfrutando a plenitud y al llegar la hora, se muere en sus brazos. Ella le dice que ha aprendido a amarlo. Y muere con él. Nieto Roa me dice que le ha tocado vivir esta historia.