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Cultural

El nacimiento de la Universidad en Cartagena: una historia bicentenaria

El 6 de octubre de 1827 se firmó el decreto de creación de la Universidad de Cartagena. Este domingo celebra su aniversario 197.

El nacimiento de la Universidad en Cartagena: una historia bicentenaria

Universidad de Cartagena en el Centro, Claustro San Agustín. La UdeC cumple 197 años de fundación. //Foto: Julio Castaño Beltrán - El Universal.

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El 6 de octubre de 1827, se fundó la primera universidad pública en la Costa norte colombiana. En ese momento en la ciudad de Cartagena, capital del departamento del Magdalena, donde existía el Colegio San Carlos Barromeo desde 1773 -anexado al Colegio de Cartagena de Colombia a finales de 1824-, no había sido posible conceder grados universitarios. Esto obedecía al hecho de que la única institución autorizada para entregar títulos era la Universidad de Santo Tomás, con residencia en la lejana ciudad de Santafé de Bogotá.

Sin embargo, después de las declaratorias de independencia frente a la metrópolis española en la segunda década del siglo XIX, declaratorias en las que se reclamaba en los textos constitucionales el derecho a la igualdad en cuanto al acceso a la educación, la descentralización de la educación superior empezó no solo a ser una posibilidad, sino una realidad. Lea: El rol de la comunicación estratégica: debate en universidades de Cartagena

Claustro de San Agustín, sede de la Universidad de Cartagena. // Foto: tomada de Internet.
Claustro de San Agustín, sede de la Universidad de Cartagena. // Foto: tomada de Internet.

En 1826, el general Francisco de Paula Santander publicaba la Ley de 18 de marzo sobre la organización y arreglo de la instrucción pública, en la cual revocaba todas las disposiciones educativas que habían regido en el antiguo Virreinato de la Nueva Granada en el siglo XVIII. Adicionalmente, mandaba a establecer universidades en las capitales departamentales de Cundinamarca, Venezuela y Ecuador, pertenecientes ahora a la Gran Colombia. Pero la paulatina desintegración de esa unidad política conllevó a que muy pronto tanto los colegios de Popayán (24 de abril de 1827) y de Cartagena (6 de octubre de 1827) fueran elevados al rango de universidades y poseyeran así, por primera vez, las facultades para conceder títulos.

El decreto de 1827 estableció que la cátedra de gramática latina combinada con la castellana recibiría una dotación de cuatrocientos ochenta pesos para su apertura, siendo esa la más costosa.

El decreto de 1827

En la edición No. 314 de la Gaceta de Cartagena de Colombia, del domingo 6 de abril de 1828, se transcribió y publicó el decreto del 6 de octubre de 1827 que creó a la Universidad Departamental del Magdalena, primer nombre de la actual Universidad de Cartagena. Obviamente, como lo indicaba su nombre, con el nacimiento de esa universidad, a la cual se anexó el Colegio Nacional y Seminario de San Carlos de Cartagena, se sembró la expectativa de difundir la educación superior para los habitantes de las provincias de Cartagena, Mompox, Santa Marta y Riohacha, que integraban al departamento del Magdalena, y del mismo modo de las provincias de Panamá y Veraguas, adscritas al departamento del Istmo. Lea: Universidad de Cartagena: un patrimonio histórico y cultural

La vocación territorial y departamental o, si se quiere, “regional”, que acompañó a la universidad en sus orígenes delineó el camino de una inédita experiencia de difusión de los conocimientos, a través de la organización de cátedras, que ahora no se reducían solo a la formación del sacerdocio, sino que se abrió nuevas posibilidades de enseñanza que incluían la metafísica, la lógica, la moral, el derecho natural, la medicina legal y la pública higiene, la física general y la historia natural, la legislación universal, el derecho público, político, constitucional y principios de economía política, entre otras cátedras que venían a retar la centralidad que había tenido los estudios eclesiásticos en la sociedad colonial.

Universidad de Cartagena. //Foto: tomadas de Internet.
Universidad de Cartagena. //Foto: tomadas de Internet.

Vale recordar que el decreto de 1827 estableció que la cátedra de gramática latina combinada con la castellana, en las que se debían dar lecciones de retórica y humanidades, recibirían una dotación de cuatrocientos ochenta pesos para su apertura, siendo esa la más costosa y poniendo en evidencia así la importancia de los contenidos y el carácter transformador de las humanidades para la sociedad de la posindependencia, que tenía la enorme tarea de edificar las instituciones y los valores del nuevo Estado republicano, libre y soberano. Lea: UdeC celebra el Mes del Patrimonio con una agenda académica: prográmate

La apertura

Un total de 10 artículos posee el decreto del 6 de octubre de 1827, firmado por el libertador presidente Simón Bolívar y su secretario José Manuel Restrepo, en los cuales quedaron claramente establecido los sueldos del rector, el vicerrector, el secretario, los catedráticos, el bedel y el portero, así como también las rentas de la universidad procedentes de los conventos suprimidos y las capellanías, entre otros temas, como por ejemplo el lugar donde debía funcionar la primera universidad de la Costa norte colombiana: “El convento extinguido de San Agustín, luego que lo desocupe el gobierno, y entre tanto se pondrá en el edificio que normalmente sirve para el Colegio de San Carlos”. Así, la inédita universidad establecida en Cartagena, además de representar un extenso territorio y la diversidad de conocimientos que esperaba ofertar, se preparaba para afrontar su primera disputa política en torno al espacio donde le correspondía funcionar y que, desde luego, debía desocupar aquella orden religiosa. Lea: Muestra Internacional de Cine Universitario del Caribe 2024

Tal vez las disputas por ese espacio retrasaron la apertura de la Universidad del Magdalena e Istmo, la cual abrió sus puertas el 11 de noviembre de 1828, exactamente un año después de la Universidad del Cauca (el 11 de noviembre de 1827). Ese día, aparte de conmemorarse el aniversario décimo séptimo de la independencia de Cartagena, en el antiguo convento de los Agustinos calzados, el abogado Eusebio María Canabal -miembro de la Subdirección Departamental de Instrucción Pública-, en compañía de varios ciudadanos y de autoridades tanto eclesiásticas como civiles y militares, leyó el decreto de 1827 y posesionó al canónico penitenciario José Joaquín Gómez como primer rector de la nueva universidad literaria. Desde entonces se empezó a instaurar la memoria y se ha ido escribiendo la historia de la universidad, hoy casi bicentenaria, que se espera seguir contando en próximas ediciones.

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