Se hacía necesario que alguien viniera a contar las historias que nadie conoce, o que quizás sí, pero no lo suficiente para ser escuchadas. Historias como las de La Suprema, la vereda del municipio de Marialabaja, Bolívar; que se ha dado a conocer a través del maravilloso guion de Felipe Holguín.
Hace unos días, se anunció que el filme colombiano ‘La Suprema’ sería el elegido para presentarse ante los reconocidos premios internacionales Óscar y Goya 2025, es por esto que hoy vale la pena destacar su desarrollo y creación, con lo cual lograron plasmar 14 años de trabajo y, aún más, de lucha por los derechos de esta comunidad. Lea: ‘La Suprema’ representará a Colombia en los Premios Óscar 2025
Todo comenzó en 2010, cuando a Holguín, entre las ruidosas calles de Los Ángeles, Estados Unidos, le presentaron lo que apenas era un bosquejo de la historia que se convertiría en ‘La Suprema’, bajo el nombre ‘En directo vía satélite’. A Felipe lo atrapó tanto esta historia que decidió tomarla entre sus manos y comenzar a moldearla a su manera.

La historia podría resumirse así: “En un pueblo borrado de los mapas donde ni siquiera hay electricidad, una adolescente sueña con ser boxeadora. Cuando se entera que su tío peleará por el título mundial y el evento será transmitido en vivo por televisión, ella y la comunidad harán hasta lo imposible para ver la pelea, mientras luchan contra el olvido”.
En 2015, Felipe pausó porque “las historias hay que dejarlas respirar también”, y vaya que tenía razón. Cinco años después, con más noción y experiencia, logró recrear el guion con el que cautivó al Fondo de Desarrollo Cinematográfico, tanto que le otorgaron el premio a la mejor producción de largometraje nacional, haciendo posible dar el primer paso para la producción de la película que hoy ha llegado a las pantallas de instituciones tan importantes como la Academia De Las Artes y Las Ciencias Cinematográficas colombianas.
Y así, tras año y medio, y más de ocho diferentes guiones, el director se embarcó en un viaje con el objetivo de difundir aquella fábula, viaje que resultó siendo una analogía de lo que vive su protagonista en la película.
1° Parada: El casting
Para los directores de cine, el reparto es uno de los pasos más cruciales y en el caso de Felipe, no fue la excepción. Los talentos fueron apareciendo y sin cerrar su mente a nuevas ideas, consiguió a los intérpretes que hicieron que el elenco fuera una mezcla de varios mundos y talentos en diferentes lugares de Colombia y especialmente en Bolívar.

En Cartagena, por ejemplo, encontró a Elizabeth Martínez, Moisés Ramírez, Juan José Jiménez y Antonio Jiménez, mientras que la comunidad de Marialabaja conformó el resto del elenco; en especial, Pabla Flórez, cantadora nativa de La Suprema. Lea: Cinco datos para no perderte la película ‘La Suprema’ en cines
2° Parada: La locación
El filme que se imaginaba Felipe tenía un detalle particular que debía cumplir: que el lugar no tuviera ni un poste o cable de luz a la vista, pues la premisa del guion era una comunidad sin electricidad.

Así fue como el último día de su excursión por Bolívar, llegó a la vereda que le complació esta condición y algunas más, con sus casas de bahareque, el canal de agua, y, sobre todo, con su puente oxidado que hacía sincronía con la idea del guion inicial.
“Entramos y sencillamente fue mágico, enseguida nos dimos cuenta de que este era el lugar que estábamos buscando, el nombre surgió instantáneamente, me cayó la moneda y dije: ¡Wow, sí, me gusta el nombre!”, contó Holguín.
3° Parada: La comunidad
La prioridad del equipo al trabajar con una comunidad como La Suprema era no llegar a imponer o a invadir a sus habitantes, sino involucrarlos lo más posible en contar la crónica que al fin y al cabo era propia de ellos.
Cuando contamos esta historia a la comunidad como ficción, una niña levantó la mano: ‘Felipe tú me estás hablando de ficción, pero esto para nosotros no es ninguna ficción, es nuestra realidad’, y le respondí: ‘Danelys, precisamente por eso tenemos que hacer la película acá y contar esta historia’”.
Felipe Holguín.
Entre La Suprema y Cumbia Films, productora de la película, se logró trabajar bajo unos compromisos y un objetivo en común: darle visibilidad a La Suprema y a sus necesidades; que en la cinta se tocan, pero, en la vida real la lista es mucho más larga y, de hecho, carecen del recurso más valioso: el agua potable. Lea: ¿Dónde ver la película La Suprema en Cartagena? Lugares, fechas y horas

Esta invitación se convirtió en un equipo de más de 200 locales que colaboraron en el proyecto directa e indirectamente, frente a la cámara y detrás de ella.
4° Parada: La producción
La producción, del mismo modo que otros pasos, debía tener coherencia con la misión del proyecto y esto implicaba no ser excéntrica ni contener equipos gigantescos, incluso se contempló realizarlo en dispositivos móviles. “Si esto se puede grabar con un celular y va a quedar bien, así lo hacemos”, afirmó Holguín.

Afortunadamente, sin sacrificar los visuales ni incomodar a la población, lograron aliarse con una pequeña pero poderosa cámara Sony Fx6, que los ayudaría a llevar su arte a los corazones de los colombianos y los cines internacionales.
5° Parada: La cosecha de los frutos
La película se estrenó en mayo de este año durante el Festival Internacional de Cine de Cartagena de Indias, Ficci, y al día siguiente se proyectó en la plaza de La Suprema.

“Fue bonito ver sus reacciones. Reían, lloraban y les daba pena; pero, sobre todo, se sintieron muy bien representados y eso, para mí, es uno de los mayores logros”, relata el director.
Para todo el equipo la recompensa más grande fue haber creado una familia a la cual han podido ayudar, utilizando el cine como una herramienta educativa que dio a conocer su realidad y ha trascendido más allá de cualquier galardón: “Independientemente de lo que pase, somos ganadores, el impacto no es solo una película terminada en una pantalla o un teatro, sino la manera en la que se hace el cine y la forma como se produce”, añade. Lea: Elizabeth Martínez, una voz suprema en favor de Bolívar
Cumbia Films logró al igual que Laureana, la protagonista de la historia, transmitir su mensaje a las personas e instituciones correctas para hacer de La Suprema un lugar mejor y que Bolívar no solo sea un set de grabación, sino que se fortalezca como una industria propia y un destino fílmico capaz de contar sus propias historias.