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Cultural

Consuelo García Galeano, la guía de turismo más antigua de Cartagena

Consuelo García tiene medio siglo de estar guiando a los turistas dentro del Castillo de San Felipe. Crónica de su travesía con la historia de Cartagena de Indias.

Consuelo García Galeano, la guía de turismo más antigua de Cartagena

Consuelo García Galeano, guía de turismo. //Foto: Julio Castaño- EU.

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Ha pasado más tiempo de su vida dentro del Castillo de San Felipe de Barajas que en cualquier lugar de Cartagena de Indias o del mundo. Es Carmen Consuelo García Galeano (Más Consuelo que Carmen, dice ella, porque todos la llaman Consuelo), una mujer delgada, de cabello plateado y ojos verdosos, nacida en Cereté, Córdoba, quien celebra en este 2024 medio siglo de ser la más antigua y vigente guía de turismo de la ciudad.

Ella estudió en el Liceo Nacional Soledad Acosta de Samper y en el Liceo de la Costa, en Cartagena, y preside hace veinte años una de las dos asociaciones de guías del Castillo de San Felipe de Barajas. Su experiencia se inició en 1974, cuando el castillo tenía el más grande espectáculo de luz y sonido, en el que se recreaba el ataque de Vernon en 1741, y se escuchaban estruendos de cañones y fusiles, el resonar de cascos de caballos irrumpiendo entre los pantanos y las piedras, la voz enérgica de Blas de Lezo defendiendo a Cartagena, y los alaridos en inglés de Vernon dando por anticipado que ganaría la batalla. Aquel espectáculo escénico y audiovisual, el más adelantado para su tiempo, fue donado, al igual que el exótico Reloj Floral, por los holandeses, los mismos que donaron años más tarde el trabajo colosal de La Bocana. Lea: Más de 11 mil personas celebraron los 491 años de Cartagena en el Castillo San Felipe

Pioneros del turismo

En junio de 1974, el director de la Promotora de Turismo de Cartagena, Leopoldo Angulo, esposo de Teresa Pizarro, reglamentó decretos para organizar el trabajo de los guías de turismo en la ciudad. Los estudiantes de último grado de bachillerato hacían cursos de guianza turística. Eran 40 de diversos colegios de Cartagena. Uno de los guías veteranos era Moisés Jiménez Urriola, “ranqueado en el conocimiento de la historia cartagenera”, dice Consuelo. Los cursos se dictaban en la Escuela Mercedes Ábrego, donde hoy está la Escuela Taller de Cartagena de Indias (Etcar). Lea: TBT: La oscura época en la que vendieron un arruinado Castillo San Felipe

A cada guía se le entregó al final del curso, el 26 de junio, un carnet que le permitía prestar el servicio de guianza. Luego, en 1978, esos cursos se fortalecieron con la presencia del Sena, se crearon nuevas reglamentaciones. Si en 1974 eran 40 guías, hoy, en 2024, hay 450. Y los actuales poseen una tarjeta profesional que les otorga la Ley 300, que los integra al Registro Nacional de Turismo. “Los guías de Cartagena somos pioneros del turismo en la ciudad, pero no hemos tenido el reconocimiento del impacto de nuestra misión. Es un sector muy olvidado. Somos gestores y anfitriones de la historia de Cartagena que enseñamos a los turistas”.

Preguntas de turistas

La majestuosidad del Castillo de San Felipe de Barajas enmudece a los viajeros que intentan abarcar sus formas geométricas, un diseño militar concebido con rigor para la defensa y el ataque.

Son diversas las preguntas que le han hecho a Consuelo García Galeano en los últimos cincuenta años sobre el Castillo de San Felipe de Barajas. Algunas de esas preguntas frecuentes que salen de la comisura de los labios de los niños, los jóvenes y los adultos: ¿Y este castillo cuándo se construyó? ¿Cuántos años duraron haciéndolo? El castillo se erige sobre el Cerro de San Lázaro, a 41 metros sobre el nivel del mar. El nombre de San Lázaro proviene del nombre del primer hospital de leprosos que estaba frente al castillo.

Y el nombre del castillo, forjado piedra a piedra en 1657, con estructura triangular, blanco de ataques de piratas franceses e ingleses, estratégica y monumental defensa militar en tierra firme, con cuatro puestos de centinelas y ocho cañones con veinte soldados, es un homenaje al rey Felipe IV y a su padre, el último Conde de Barajas. La otra pregunta que le hacen a Consuelo es que si en esa construcción, al igual que el de la muralla, hubo mucha sangre de indígenas y africanos. Y ella responde que murieron tanto indígenas y africanos en esas construcciones, pero también prisioneros de guerra procesados por la Inquisición.

La curiosidad fantástica de los viajeros es saber si alguno de los túneles del Castillo de San Felipe de Barajas conduce al mar, y ella aclara que la tradición oral ha fantaseado mucho sobre ello, pero los únicos túneles que dan al mar son los túneles de la Batería del Ángel San Rafael del Castillo de Bocachica. Lea: ¿Cómo se construyó el Castillo de San Felipe de Barajas?, aquí unos hallazgos

El pueblo de Bocachica está montado sobre un túnel de aproximadamente 620 metros. Los turistas deliran al recorrer los 3 mil metros del San Felipe, sus rampas empinadas, sus bóvedas, su circuito defensivo, su acústica y su resonancia que parece atravesar las piedras. Uno de los viajeros que Consuelo guió en sus inicios fue el célebre actor mexicano Mario Moreno “Cantinflas”, quien recorrió el túnel principal. También al científico Manuel Elkin Patarroyo eligió a Consuelo. Cuando el actor se despidió de ella, alguien que lo veía le preguntó a Consuelo si sabía a quién había guiado. Y exclamó: ¡El gran actor Cantinflas! Y el actor, extrañado, dijo con humildad que al ser guiado por Consuelo era solo Mario Moreno, no el personaje de Cantinflas el que había entrado de su mano al laberinto del castillo. El actor le agradeció a Consuelo con una sonrisa de gratitud.

Por qué el Castillo no está en la Popa

Fue la pregunta fuera de serie que se le ocurrió al presidente Fidel Castro a su paso a Cartagena, y se la hizo a Moisés Álvarez Marín. Al preguntársela a Consuelo, ella no ha dudado en responder: es que los Agustinos Recoletos ya estaban establecidos allí en La Popa, cuyo cerro parece un galeón invertido, y su monasterio se erige sobre esa cadena de cerros. Y en cuanto a lo defensivo, desde la Popa se ve toda Cartagena, pero no es lo mismo el ataque defensivo desde la Popa que desde San Felipe. Quien se tomaba el cerro o el castillo, se tomaba a Cartagena. Porque esa era la entrada a la ciudad.

A Consuelo le parece valioso y necesario para la ciudadanía cartagenera y colombiana que el último domingo de cada mes la entrada a este monumento sea gratuita. Ella, al igual que el resto de guías, no descansa. Se turnan en dos sesiones en la mañana y en la tarde. Los cartageneros y colombianos mayores se 62 años tienen entrada gratuita, mostrando la cédula de ciudadanía. Los niños menores de 5 años no pagan, y los estudiantes pagan la mitad de la entrada oficial.

Miles de personas visitaron este 30 de junio el Castillo de San Felipe. // Foto: Cortesía
Miles de personas visitaron este 30 de junio el Castillo de San Felipe. // Foto: Cortesía

Secretos del castillo

Vernon quiso destruir la ciudad en 1741 comandando una tropa de 27 mil soldados, 186 buques y 2.000 cañones, pero perdió la batalla ante Blas de Lezo, al que le faltaba un brazo, una pierna y un ojo. Y lo derrotó con 3.600 hombres y seis buques. Las diecisiete monedas que mandó a acuñar Vernon antes de iniciar el ataque a Cartagena, mostraban a Blas de Lezo arrodillado a sus pies. Cuando Vernon fue derrotado, las monedas de 1741 tuvieron que recogerse como vergüenza histórica de una derrota, capítulo que los ingleses han querido borrar de su memoria.

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