Decisiones creativas, antología del Taller Cuento y Crónica, adscrito a la Red Relata del Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes, fue ganadora de la Tercera convocatoria de la Universidad de Cartagena para la publicación de libros académicos y creación artística, colección Candelario Obeso. Este proyecto fue concebido por el periodista y docente David Lara Ramos, además director del taller.
La antología será presentada el próximo viernes 16 de agosto en el Claustro de la Merced a las 5:30 p.m. Habrá música, lecturas de textos, reflexiones sobre la escritura y preguntas del público asistente.
Reúne las voces de diecinueve escritores y escritoras, en una macroestructura que engloba narrativa y poesía. Esta antología contiene tres crónicas del encierro de la pandemia, doce cuentos que retratan las distintas formas de existencias avinagradas en el vaivén monótono de esta urbe, dos de ellos finalistas del Premio Nacional de Cuento de la Fundación La Cueva (Los oficios de Dios y Desertar del juego); tres exploraciones sobre el diálogo; ocho criaturas imaginarias que conforman un encantador bestiario; cinco nanocrónicas, cuatro microrrelatos y una selección de poemas. Lea aquí: Niños de Palenque vivieron la magia del cine: así fue la experiencia
Destaco la noción de nanocrónica, define la percepción del cronista que narra desde la perspectiva de un observador detallista. Es un extracto de cosas ordinarias, narrado de manera extraordinaria. A la nanocrónica le interesa el ladrido del perro, la soledad del parque, el aceite requemado de la fritanguera, el vendedor de cocos, los zapatos colgando de los cables eléctricos, y toda criatura urbana escondida detrás de la gran postal de una ciudad que nunca termina de contarse.
El hilo transparente que conecta Decisiones creativas empieza con el compromiso que estos escritores y escritoras asumieron desde el momento de la génesis creativa: no se puede asumir la escritura como un momento epifánico, porque se escribirían dos o tres cuentos en la vida. Hay mucho trabajo, imaginación e inteligencia detrás de cada uno de estos textos. Un cuento debe perpetuarse en el papel, para arrugarlo, palparlo, mojarlo, doblarlo, leerlo; para hacerle una herida. De lo contrario, será como una imagen en el pensamiento, a la que hay que “exprimirle, ―como diría el poeta Rubén Martínez Villena,―la gota de hiel de la palabra”. Lea aquí: Harán tributo al escritor momposino Dagoberto Rodríguez Alemán en Mompox
La palabra ‘escribir’ proviene de la raíz indoeuropea ‘sker-’ y esta se asociaba a las ideas de ‘cortar’, ‘separar’ y ‘rascar’. La palabra evolucionó a ‘scar’ y pasó a significar ‘cicatriz’, término que también hace parte del inglés de hoy. Lo más curioso fue que cuando estos pueblos adquirieron la escritura se formó el vocablo ‘skribh’, que dio lugar a ‘marcar sobre una corteza’. Estas raíces dieron paso al término latín ‘scribere’ que también significa ‘marcar sobre una corteza’, hasta que estos significados derivaron en ‘escribir’ (Elcastellano.org, 2014). En el fondo, en lo más puro de su semántica, ‘escribir’ lleva el significado de ‘marcar’, hacerle una brecha a una corteza, herir el papel. Este libro, fruto no solo del trabajo y la imaginación, sino de la inteligencia, ha sufrido muchas heridas. Sin embargo, esas heridas primero se la han hecho cada uno de estos autores, porque asumir la escritura como un oficio es una tarea de dolor.
La escritura como oficio, requiere del manejo y la destreza de algo que llamaré, sin ninguna pretensión intelectual, habilidad narrativa. Con esto no estoy reduciendo a la escritura a una serie de ‘pautas’, hablo de una disposición del espíritu, la mente y el cuerpo ante las impresiones de la experiencia. A fin de cuentas, un escritor tiene que ser una persona que vive la realidad.
Decisiones creativas es una oportunidad para reflexionar sobre el papel que cumplimos como creadores en una sociedad sumergida en la inmanencia, pero ¿dónde está la forma sustantiva de la creación? Sartre decía que uno de los principales motivos de la creación artística es, indudablemente, la necesidad de sentirnos esenciales en relación con el mundo. Por eso la idea creativa está en constante ebullición dentro del hombre creador, porque es una frustración primordial. El ser humano quiere jugar a ser dios, quiere crear de la nada, pero no puede, por eso encuentra su génesis literario en la percepción y la realidad, he allí la matriz mediata del creador: ese constructo inefable al que llamamos realidad. Lea aquí: Se cumplen 80 años del natalicio del artista cartagenero Darío Morales
“La escritura como oficio, requiere del manejo y la destreza de algo que llamaré, sin ninguna pretensión intelectual, habilidad narrativa”
Vincent Taborda
La experiencia creativa se manifiesta esencialmente desde la percepción. No como cualquier constatación sensorial, sino como una que busca despertar el otro lado de las cosas: el detalle imperceptible, la fisura eterna, la manía recurrente, cada vez, tomando al lenguaje como elemento principal de esta alquimia del ser humano.
El taller Cuento y Crónica es un laboratorio de creación, cuyo objeto de estudio es el hombre en escena, quizá en esa ciudad que se pierde en sus encantos efímeros y que se atavía para el espectáculo. Nos interesa esa ciudad que está más allá de los edificios y las plazas, de las aceras y los monumentos de granito, nos interesa la ciudad que está hecha de historias y relatos.
La creación literaria en Decisiones creativas es un reflejo del anhelo humano por trascender. Este libro, fruto de una labor ardua y apasionada, no solo marca una brecha en la superficie del papel, sino que deja una cicatriz en la corteza de esta ciudad distraída, embriagada en una porción de su belleza céntrica. Esta selección de textos se erige como un testimonio de la habilidad narrativa y la capacidad de transformar la experiencia en arte, reafirma la necesidad de sentirnos esenciales a través de la palabra escrita, en un mundo cada vez más metido en su propia estupidez, debatiéndose, inútilmente, en los tentáculos de la tecnología, mientras afuera aguarda una realidad que merece ser escrita.