comscore
Cultural

La metamorfosis de Daniela Ledesma, una cartagenera que trabaja por las mujeres

La joven de 23 años le apuesta al cambio y cree fielmente que las transformaciones son posibles cuando crees y trabajas por ellas.

La metamorfosis de Daniela Ledesma, una cartagenera que trabaja por las mujeres

Daniela Ledesma, fundadora de 'Mujeres Mariposas. //Foto: Cortesía.

Compartir

Daniela Ledesma es una cartagenera de 23 años, nacida y criada en un barrio popular, que trabaja incansablemente por las mujeres de su ciudad y Colombia, en especial, por aquellas que piensan que no hay propósito alguno en sus vidas, que su realidad ha sido distorsionada y que su identidad fue fracturada.

Su trabajo con ‘Mujeres Mariposas’ es el resultado de aquel pasaje en la Biblia que dice “de gracia recibisteis, dad de gracia”. Para ella, ayudar a las mujeres es una forma de agradecer por aquella metamorfosis que vivió y que le permitió dar un vuelco de 360 grados a su vida. Lea aquí: Él es Marion.Ve, el inspirador artista tras los grafitis de Sonríe

En septiembre de 2023 decidió trabajar de lleno en servicio de los demás y en el camino ha conseguido el apoyo de personas dispuestas a trabajar, que creen en las segundas oportunidades y que el pasado no tiene importancia cuando de transformaciones positivas se trata.

Cansada de ver, en su amada Olaya Herrera, tantas mujeres creciendo como ella, sin guía, normalizando todo tipo de violencia y convirtiéndose en accesorios de los vicios protagonistas de esta sociedad, la joven decidió apostar por un proyecto en el que deposita todas sus energías. Lea aquí: Los guardabosques de Olaya que quieren reforestar la ciénaga de La Virgen

Mostrar nuestras heridas nos ayuda a crear comunidad, empatizamos con nuestro prójimo que ha vivido algo similar”.

 Daniela Ledesma.

Daniela Ledesma no ha querido categorizar su ayuda, pero ha descubierto un vacío en la juventud, que como ella, vive en una evolución constante. Si bien apenas tiene 23, a los 13 años pisó hasta el fondo el acelerador, sin tener consciencia de las consecuencias de sus decisiones.

“Probé la calle. Tomaba alcohol como si mi vida dependiera de ella. No me importaba nada ni nadie. Mi madre sufría con eso, pero nada no me detuvo”, cuenta con tanta naturalidad que es imposible creer que todo aquello le haya acontecido a tan corta edad. Lea aquí: Yorlandis y el valor de salvar vidas en las playas de Cartagena

“Aun en mi ignorancia pensaba en mi futuro y a los 15 años me interné en una hogar del gobierno”. Pensando en ella, inició su proceso de restauración. El comienzo de su metamorfosis.

La pregunta que taladraba en su mente solo tenía cuatro palabras con tanto poder que hasta pensó en su inexistencia: ¿hay propósito en mi? Lea aquí: Cuando el plástico se convierte en un sueño en Cartagena

“En redes sociales recibimos tantos mensajes que no hay certeza de lo real. Nadie se muestra vulnerable, porque se piensa que estas concediendo el poder sobre tu vida y es todo lo contrario, mostrar nuestras heridas nos ayuda a crear comunidad, empatizamos con nuestro prójimo que ha vivido algo similar”, dice.

La transformación

Una transformación es un proceso de cambio que se puede hacer desde diferentes esferas. Daniela lo puso en marcha con ‘Mujeres Mariposas’, una comunidad en la que trabaja por impactar la vida de muchas mujeres desde el área emocional, espiritual, social y desde la educación. Su visión es crear una red de mujeres por todo el país capaces de extenderse la mano y crecer como seres humanos.

Ledesma vivió un proceso de transformación a la ‘fuerza’. Cuando tenía 19 años y, a través de su expareja, conoció que sí tenía una vida con propósito y que podía soñar y extender sus alas para construir la vida que deseaba. Lea aquí: Una vida entre ollas y fogones: cocinando historia cartagenera desde los 13 años

Recuerda que en medio de una fiesta vio pasar su vida ante sus ojos. El alcoholismo la conducía directo a la autodestrucción. Desde aquella noche, envuelta en los brazos de su madre y con las palabras de su expareja retumbando en su mente, tomó la decisión de ser una mariposa, sin miedo a volar y a cumplir el sueño que desde niña había tenido, ser periodista.

Quien deja de soñar, deja de vivir”.

 Lorna Cepeda.

Hoy reconoce que ella puede y que lo único que necesita el ser humano para cambiar es voluntad y fe. Las circunstancias no definen quien eres y mucho menos el contexto en que haz crecido, si bien tienen gran influencia, este caminar se basa en decisiones que se convierten en acciones. Lea aquí: Huella social que impulsa progreso en Cartagena

“Al final del día, eso que viví no definen mi identidad. Hoy conozco cuál es mi propósito y cómo puedo utilizar mis talentos al servicio no solo de mi comunidad sino de las mujeres. Eso llena mi vida de paz, saber que puedo ser ese abrazo que muchas necesitan”, dice emocionada.

Para muchos este discurso suena idílico, pero como dijo la actriz cartagenera, Lorna Cepeda en una entrevista, “quien deja de soñar, deja de vivir”. Lea aquí: El Pozón, cuna de esta próspera empresa cartagenera

Esta joven toca las puertas de diferentes hogares que necesitan un abrazo, una voz de aliento, un alimento para el alma. Sueña con tener un espacio físico, una segunda casa para muchas mujeres que, como ella, han sido víctimas de la violencia machista, sexual, y psicológica.

Las lágrimas que ha derramado a lo largo de su vida no son de tristeza o decepción, son lágrimas de resiliencia, de amor y de querer que otras vivan la metamorfosis que ella experimentó.

Únete a nuestro canal de WhatsApp
Reciba noticias de EU en Google News