El sueño de ser escritores se nos ha atravesado a más de uno por la cabeza, pero el vivir de las letras es un oficio que lo truncan desde épocas antiguas: “No seas escritor que te vas a morir de hambre”, dicen por las calles, pero lo maravilloso es que muchas veces preferimos ser sordos y vivir de la pasión, de la satisfacción que da el texto terminado.
En medio de la conversación con Pilar Quintana se acercó un francés que habita la tierra de Dios durante la mitad del año. Se acercó con temor y capturó la atención de la escritora para expresarle la admiración que ha despertado haberla escuchado en el Hay Festival en Mompox y las ganas que tiene por leer su obra. Se sentó y le dijo que escribió un libro: “No hay satisfacción cómo escribir un libro”, a lo que Pilar, salta y contraataca con delicadeza: “como haber escrito un libro” y enfatiza el verbo haber. Lea aquí: El Hay Festival fue protagonista en Mompox, una Semana Santa diferente
A orillas del río Magdalena conversamos con William Ospina y Pilar Quintana sobre el oficio de escribir en Colombia. Ospina es un ensayista, poeta y novelista que se ha caracterizado por exponer en su trabajo una mirada clara y una crítica contundente a la realidad de nuestro país; es considerado, además, como una de las voces más importantes de las últimas generaciones.
Por su parte, Pilar Quintana es una caleña con carácter, que aunque estudió Comunicación Social y Periodismo, supo que a eso no se quería dedicar, ella ama la libertad de la ficción y reflejar su realidad desde posturas claras. Así se ha convertido en una de las voces femeninas más respetadas del mundo de la literatura. Lea aquí: La magia del FICCI se vivió en la Plaza Santa Bárbara de Mompox
¿Qué significa ser escritor en un país tan complejo como el nuestro? $>
Para responder esta pregunta, Quintana me cuenta que es editora de un proyecto del Ministerio de Cultura que se llama La biblioteca de escritoras colombianas, y que en la primera fase editó 18 obras de 18 escritoras destacadas a las que no se les había dado relevancia. Ahora están en la segunda parte y son 101 escritoras.
Pilar Quintana: “Entonces muchas veces me han preguntado, bueno, de qué escriben las escritoras en Colombia y la respuesta que yo siempre doy es: pues, de lo mismo que los hombres, de todo. De verdad no hay un tema que sea evidentemente femenino, pero sí nos diferenciamos en la forma, porque nosotras escribimos dando teta”. Lea aquí: Son San Music: el grupo musical que deja en alto el nombre de San Pablo Norte
Lo que necesita Pilar para escribir es una habitación propia, un lugar en el que las ideas sean libres, aun en la marginalidad de la labor, porque no puedes simplemente vivir de la escritura, sino que sustentas tu hogar con trabajos secundarios que se generan cuando escribes.
William Ospina: “Para mí ha sido una fortuna”. Cuenta que el estudiar, investigar, conocer y viajar son un proyecto personal de vida, a través del interés que le genera el país, el continente, la naturaleza, hasta esta época, que aunque no le gusta ni se siente a gusto, le despierta la curiosidad de alimentar al escritor. Lea aquí: Pablo Muñoz, el español que habla de racismo en el baloncesto
“Mis poemas, ensayos y novelas son como el sitio natural donde desembocan todos mis viajes, reflexiones, conversaciones, todas mis inquietudes, sueños, fantasías”, y se alimenta de una sociedad como la colombiana que no carece de temas ni de posibilidades de crear algo de su realidad. “Si me pusieran a escoger, yo no escogería otro país para vivir”.
Él solo necesita de tres cosas para ser escritor: Una, Colombia; dos, América Latina; tres, “necesito esta época. Me parece un desafío apasionante, tratar de descifrar y tratar de interpretar lo positivo”. Lea aquí: Tsitsi Dangarembga y Gloria Susana Esquivel hablan de (Des)igualdad en el Hay Festival
¿Se vale escribir sobre el país desde una postura política definida? $>
Hay quienes lo tildan de crítico tibio, pero para William, lo importante es escribir el país desde el compromiso, no a un partido o una ideología, sino a unos principios profundos de justicia, equilibrio, dignidad y respeto.
William Ospina: “En lo que yo escribo no hay compromisos con partidos ni con movimientos, ni con personas, pero sí con el principio de la justicia, de lucidez con el esfuerzo porque el país sea mejor y haya un espacio en el mundo para la libertad personal, para la imaginación, para la creación y para la iniciativa”. Lea aquí: Bertha Arnedo, la mujer que se atreve a escribir sobre béisbol
Pilar Quintana: “La objetividad no existe. Yo escribo ficción y esta te da la libertad para hacer literalmente lo que quieras, es el único lugar en el que realmente uno puede ser libre. Tengo una posición política”. Pero su yo político, su identidad como feminista, la ejerce diariamente educando un niño dentro de una sociedad patriarcal, tratando de denunciarla, más, “la literatura retrata lo que veo y creo en la sociedad, eso ya es una posición política y eso es una literatura comprometida”.
Pilar Quintana
¿Es difícil cautivar a los colombianos? $>
La historia de Colombia nos cuenta que no hay muchos lectores, de los que leen de verdad, y tal vez sea una ilusión poner a toda la humanidad a leer y opinar y debatir sobre ella.
William plantea que hay que tratar de ampliar el círculo de lectores: “Con que haya un lector ya la humanidad está ganando un montón de cosas porque es el diálogo entre un autor y un lector. Cristo tenía razón, basta hablar con 12 personas verdaderamente comprometidas y tu mensaje puede llegar 20 siglos después”. Lea aquí: En medio del cáncer, el amor prevaleció: la historia de Diego Guauque
A Pilar no le preocupa cautivar, sino que se ciñe a escribir sobre lo que necesita decir y contar la historia del mejor modo posible. “Pero, escribo pensando en un lector y en que para mí la escritura es poner mis ideas, que son unas cosas abstractas que vienen en mi cabeza, sacarlas y meterlas en la cabeza a otros para que pueda verlas como yo las veo. Entonces, en ese sentido, pienso en el lector, pero no estoy pensando en cómo cautivar, sino cómo hacer que el lector entienda, vea y sienta eso que yo quiero transmitir”.
¿Qué debemos hacer para enamorar a las nuevas generaciones y que descubran el mundo de la literatura? $>
Pilar Quintana: “La lectura es una actividad absolutamente placentera, pero muchas personas piensan que no lo es. Lo que necesitamos son buenos guías, que sean capaces de decirle a cada persona: mire, este libro le va a gustar a usted”. Lea aquí: Catalina Gómez Ángel: con esperanza narra el Oriente Medio
William Ospina: “Afortunadamente, la pasión por los libros, por los relatos y la poesía es una pasión contagiosa. Entonces basta que un buen lector se lo cuente a otro, para despertar la adicción, tal vez la única adicción verdaderamente positiva que hay, para poner a trabajar la capacidad de contagio que despierta el entusiasmo por la literatura. Es la mejor manera de crear nuevos lectores, personas interesadas en la cultura, en las ideas y en la fascinación por esas historias”.
Los autores concuerdan en que si la lectura no le resulta placentera ni contagiosa, si le parece una obligación y si le cuesta, no la haga, pero busque a alguien que lo guíe, que lo contagie y le enseñe el maravilloso mundo de las letras, que nace gracias al oficio de escribir. Lea aquí: Niurka Rignack, la cubana que custodia el arte en Cartagena de Indias
Gracias, William y Pilar, por no dejar de escribir.