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Cultural

Fotógrafo colombiano inspira obra de ballet en festival de España

Ruven Afanador, fotógrafo de moda, inspira a través de sus trabajos en nuevo capítulo del Ballet Nacional de España.

Fotógrafo colombiano inspira obra de ballet en festival de España

Ruven Afanador es un reconocido fotógrafo de moda. //Foto Premio Gabo.

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El Ballet Nacional de España estrena en el Teatro Real de Madrid ‘Afanador’, un nuevo espectáculo con coreografía de Marcos Morau, inspirada en los libros ‘Ángel Gitano’ y ‘Mil Besos’, que el fotógrafo colombiano Ruven Afanador dedicó al flamenco, sus personajes y su entorno.

El propio director del Ballet Nacional de España (BNE), Rubén Olmo (Sevilla, 1980), fue retratado en uno de ellos, también los bailaores Israel Galván, Matilde Coral o Eva Yerbabuena. Lea aquí: Premios Goya 2024: Las abejas de Urresola frente a la sociedad de Bayona

“Quería sacar al Ballet Nacional de su zona de confort, arriesgar”, explica Olmo durante la presentación este miércoles en el Teatro Real que albergará cuatro funciones del 9 al 11 de febrero.

Su deseo era conocer hacia dónde podría ir la danza española, el flamenco, con la idea de trabajar con Marcos Morau y con La Veronal -su compañía de danza contemporánea- sin que se perdiera la impronta del BNE.

Una propuesta en la que señala que se juntaron dos mundos y cuyo resultado calificó de “un equilibro perfecto”.

Conocido sobre todo por sus trabajos en el mundo de la moda y como retratista de grandes personalidades, Ruven Afanador (Colombia, 1959) sintió siempre pasión por el flamenco tal y como reflejan sus libros.

Premio Nacional de Danza 2013 en el apartado de coreografía, Morau (Valencia, 1982) explica que hacía tiempo que conocía el trabajo de Afanador por su formación como fotógrafo. “Es uno de los mejores del mundo vinculando el cine y las vanguardias”. Lea aquí: Francisco Lequerica: “Ser artista en Cartagena es insostenible”

El fotógrafo, afincado en Estados Unidos, “se entregó en cuerpo y alma para ser el motor inspirador de este trabajo”, indica Morau, lo que demuestra su “generosidad, al fin y al cabo estoy trabajando con un legado, aunque me he sentido muy libre a la hora de interpretarlo”.

“He entrado en un lugar que desconozco -continúa-, tengo un gran conocimiento teórico, pero ninguna experiencia en el flamenco”, una razón por la que no ha querido hacer un espectáculo de danza contemporánea al uso, pero tampoco de flamenco al uso.

“Me he acercado al flamenco sin miedo, pero con respeto”, remarca.

Un espectáculo coral, con un vestuario en negro, atrevido, que amplía la mirada sobre el flamenco, con el que se proyectan imágenes y una estética transgresoras para el Ballet Nacional.

La coreografía trata de dar movimiento, “como en una secuencia”, a la fotografía, un elemento estático al que los bailarines dan vida, “una mirada humilde al flamenco -dice Morau-, un mundo que nos fascina y nos cuesta definir”. Lea aquí: ¿Antioquía o Antioquia? Esto dice la RAE

El director de La Veronal detalla que se ha inventado una sesión fotográfica, su dinámica, “nos metemos en una realidad-ficción y poco a poco los personajes cobran vida hasta que se crea una conexión y cuando se cierra el telón hemos presenciado una fascinación alegórica al universo de Afanador”.

Olmo concluye señalando que se trata de un espectáculo que va a tener mucho recorrido dentro del Ballet Nacional, que dio un nuevo giro a la profesión y en el que “Marcos se convierte en el objetivo de la cámara”.

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