Luisa Carolina Machacón Romero (Cartagena, 1983) presentó recientemente su ópera prima, el poemario ‘No guardamos las semillas’ (Escarabajo, 2023), en el Festival Cartagena Sílaba de Agua 2023. Contó en El Universal que empezó a escribir fábulas desde sus 7 años. Y desde sus 15 años empezó a firmarse como Luisa Santiaga, mucho antes de que se revelara ese segundo nombre de la madre del Premio Nobel García Márquez. Sus grandes pasiones han sido la fotografía y la escritura. Lea: Hay Festival Cartagena 2024: novedades de esta edición que está por arrancar
En su libro reúne 39 poemas que gravitan sobre la resiliencia de la naturaleza, entrelazados con el tejido de los recuerdos personales y el conflicto colombiano. Al mismo tiempo que se sumerge en reflexiones introspectivas sobre el arte de escribir, añadiendo un nivel de metacognición a la poesía.
Luisa Machacón es fotógrafa, investigadora egresada de la Maestría en Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Ámsterdam (Holanda), ex-community manager del periódico El Universal. Combina su profundo conocimiento sobre el conflicto colombiano con su pasión por contar historias y hacer retratos. Lea: Alfonso Múnera Cavadía presentará libro sobre historia de Cartagena
Luisa utiliza la fotografía como un instrumento para definir, debatir y comprender la sociedad de una manera visual. Durante su trabajo de campo para la investigación académica sobre ‘La participación de la sociedad civil en la transformación del conflicto colombiano’, Luisa tuvo la oportunidad de visitar el punto transicional ‘Pondores’, localizado en La Guajira.
Durante su visita logró captar los retratos que componen la exposición fotográfica.
El verde en la memoria
El verde está en su memoria y en su vivencia cotidiana entre Cartagena y Holanda, donde reside hace 10 años. Evoca su casa grande del barrio El Bosque, la tortuga devorando la verdolaga y la hierba tierna del coquito. Al regresar a su ciudad natal, se le encogió el corazón al ver que ya no están muchos árboles que dejó sembrados y otros que resisten al paso del tiempo, como esos mangles que parecen aferrarse al aire y la tierra. “¿Qué haremos ahora que nos dejaron las abejas?”, se pregunta en el poema ‘Cuando el mangle deje de caminar’.
¿Pero si la verdolaga y el llantén desaparecen/ nos abandonarán también los pájaros de la tierra? Más allá de la vieja muralla, los manglares dejarán de avanzar”. Su poemario está dedicado a las mujeres que le enseñaron a sembrar, a la memoria de Luisa Escamilla y Beatriz Mahacón, y a su madre Evangelina Romero.
“Así los poemas de Luisa: Un jardín que mira al interior de una ventana”, dice Emiro Santos García.