La música quedó resonando más allá del concierto. Fui hace poco a Neiva y me dejé atrapar por la música de una joven banda de rock en esa capital, dirigida por una estrella líder del grupo cuyo nombre artístico es Venus Blues. Al culminar el concierto, le propuse conversar sobre el origen de sus canciones que me parecen de una belleza vibrante y poética. La conversación se fue haciendo más allá del concierto y luego de seguir sus pasos en otros conciertos. Le pregunté a Gabriel, mi hijo músico rockero, sobre este grupo, y él empezó a escucharlo y me compartió su asombro ante esta joven banda colombiana. Al final, los caminos de Venus Blues acercaron a Neiva a Cartagena, juntando perplejidades comunes entre el placer y enigma de crear canciones.
Le pregunté a Venus Blues cómo surgió en Neiva una banda tan cohesionada y ella me dijo:
“Venus es el universo que palpita en mis profundidades. Aunque ahora utilice el vehículo de banda de rock (con influencias bluseras y folclóricas) para transportar de adentro hacia afuera lo que siento, la banda tocaba en mi cabeza desde Apartadó, Antioquia. Y allí mismo tomó forma humana bajo el nombre de Venus Rock And Blues, más o menos desde el 2018”. El proyecto aterrizó en Neiva hace aproximadamente dos años, y vio la luz del mundo con el primer EP, “Efímero”, el 1 de abril del 2023 en el teatro de la corporación Alarte. Aunque han sido varios los músicos que han transitado por el proyecto Venus Blues, actualmente sus integrantes principales son Orlando Laguna Medina (bajo), Jorge Andrés Chaparro (batería), Oscar Javier Escandón (guitarra principal) y Venus Blues (voz). Lea aquí: Carlos Vives, a lo colombiano, celebró sus 30 años de carrera musical en Bogotá
Cuéntenos sobre cómo es la gestación de su vocación musical, cómo era el ambiente musical y cultural en casa en su infancia.
Desde muy pequeña sentí un llamado que me empujaba a conocer mi voz, a explorarla. A los 14 años di mis primeros pasos en un coro de ópera de Neiva. Por mis propios medios, me inscribí en el Conservatorio Departamental de Música y Canto del Huila, fue allí donde adquirí conocimientos musicales y las herramientas necesarias para educar mi voz. Por otra parte, en mi casa se escuchaban distintos géneros tradicionales, música colombiana y baladas de los 70s. En aquella época, aunque no fue ésta la música que me impactó en primera instancia (quizá por mi edad), la escuchaba cómodamente. Lea aquí: ¡Larga vida al rey de la bachata! Así cerró Romeo Santos su gira 2023
¿Qué hay del carácter o personalidad de sus padres y de su familia, y qué tanto influyó el entorno en su formación musical?$>
Aunque parte de mi familia tiene sangre del arte. A veces la ausencia forma con firmeza, más que la presencia. Al final la vida es decidir.
¿De qué manera dialoga usted con la música tradicional o contemporánea de Neiva, y luego, cómo dialoga con el rock de Colombia y América Latina?$>
El encanto de la música colombiana me cayó encima desde el colegio, gracias a maestros de música que tuve y me sembraron una capacidad diferente de lectura de aquellos sonidos, quizá no tan atractivos para los nenes de mi edad. El rock colombiano por otra parte, aunque escaso, me dejó grandes influencias como Aterciopelados y Kraken. Y en Latinoamérica, el rock Argentino tejió mi sensibilidad por este género con artistas como Fito Páez, Luis Alberto Spinetta, Charly García, Gustavo Cerati, Patricia Sosa. Pero también me llegó a El Tri y Los prisioneros. Lea aquí: Se cumplen 10 años de la Vida del artista, el último álbum que sacó Diomedes Díaz en vida
¿Desde que empezó a componer, sobre qué universos temáticos ha gravitado?$>
Mis líricas son por ahora muy personales, como una suerte de charla sonora en mi espacio interior que luego expulso con la guitarra, el instrumento elegido para componer. Con frecuencia escribo sobre momentos claves, muy íntimos, y de las emociones generadas con las almas “que el camino me dejó”.
¿Cuáles han sido en esencia sus grandes influencias universales en la música?$>
Desde la preadolescencia descubrí un gusto, más por los artistas que por el género, pues mi atracción era vocal y no instrumental, era la voz el instrumento que quería potenciar. De allí surge mi gusto por Celia Cruz, Edith Piaf, Jim Morrison, Julio Jaramillo, John Lennon, Nina Simone, Janis Joplin, Amy Winehouse, Big Mama Thornton, Willie Colón, Omara Portuondo, Concha Buika, Adele, Mick Jagger. Lea aquí: Festival Jaguar Palomino, un encuentro musical en la naturaleza
¿Cómo ves el movimiento musical de Colombia en el mundo?$>
El rock en general dejó de ser la música oficial del sistema, entonces creo que en Colombia surgió algo tarde. Y de las músicas que resuenan de Colombia para el mundo, reconozco artistas como Monsieur Periné, Juanes me parece un guitarrista rítmico de fábula y Shakira me parece una gran artista, pero no me siento muy identificada con estas músicas.
¿Cuéntenos cómo surgió “Efímero”?$>
Para mí es muy instintivo y momentáneo, me van saliendo fragmentos, trozos de vida que en general aparecen en desorden. Creo que esa experiencia compositiva es única de cada canción. Guiar las emociones fuertes hacia cierto viento es más práctico para mí, que sentarme tranquilita a escribir por ejercicio; la tensión y emoción del momento me estimula con mucha más fuerza que la tranquilidad de la nada. Para poner un ejemplo, la canción “Efímero”, que es mi primera composición, la escribí a pedazos por no ser capaz de decir lo que pensaba como mujer acerca del sexo, un tema que aparentemente es de libre tratamiento para los hombres, pero que a nosotras nos cuesta por el peso que la sociedad le descarga a la mujer en ese aspecto. Aunque lo vivimos entre hombres y mujeres, solo ellos se expresan con libertad, o al menos así lo sentía yo. Me costó, pero al final y como dije antes, la vida es decidir.