comscore
Cultural

¡Larga vida a Ente Caribe Festival! Un festival de Cartagena de Indias

Nace un nuevo ente Caribe. Esta vez en el ámbito de la cultura y como festival de artes escénicas.

¡Larga vida a Ente Caribe Festival! Un festival de Cartagena de Indias

Ente Caribe Festival. //Foto: Cortesía - Iliana Restrepo Hernández.

Compartir

Nace un nuevo ente Caribe. Esta vez en el ámbito de la cultura y como festival de artes escénicas. La ciudad ya cuenta desde hace muchos años con un Festival de Cine, uno de Música, otro de Literatura y hoy recibimos con beneplácito este nuevo que complementa la oferta. ¡Bienvenido!

La inauguración, a cargo de El Colegio del Cuerpo con la presentación de la obra Espíritu de Pájaro estuvo grandiosa; un soberbio homenaje a los pueblos indígenas de nuestro país. Aunque faltaban algunos elementos técnicos y que el espacio del Centro de Convenciones es un auditorio y la pieza está concebida para un teatro, la presentación estuvo impecable. Un gran acierto inaugural. Lea aquí: Una exposición que fusiona el arte con el trabajo informal en Cartagena

Al día siguiente estuvimos en Pontezuela en el Athanor de El Colegio del Cuerpo que, quienes fueron ese día, o hayan ido antes, saben que el solo hecho de visitar ese espacio es ya una experiencia única. Allí, como introducción, disfrutamos dos fragmentos de obras de la Compañía profesional Cuerpo de Indias. Uno, hace parte de un espectáculo dedicado a Kazuo Ono y Leonard Cohen y el otro de la pieza Fuegos, inspirada en el libro homónimo de Marguerite Yourcenar, con una interpretación muy dinámica de una pulla vallenata acompañada con textos de Justine del Cuarteto de Alejandría de Lawrence Durrell. Los he visto ya muchas veces y no me canso de repetirlos.

Después, se presentó Sofía Monsalve con un sketch de teatro muy interesante, pero un poco largo y repetitivo. Además, sentí que por momentos no lograba transmitir las emociones que pretendía. Me parece que le falta algo de carisma, aunque cuenta con la calidad escénica necesaria y se le nota la buena formación teatral, pues fue alumna del mundialmente reconocido, Odin teatret de Dinamarca. A continuación, asistimos a una pieza corta, fascinante. La maestra de maestras del Odin Teatret, Iben Nagel, nos ofreció Corales de la memoria, un solo en tres actos de una versión de Edipo Rey, muy bien concebida. Es una mujer mayor con una vasta experiencia como artista, quien nos asombró y deleitó con su plasticidad, la fuerza de su voz y el histrionismo que despliega. Hace el papel de Edipo, de Yocasta y del fantasma de Edipo. La acompañaban un violín y textos de una versión muy resumida y bien escogida de la conocida tragedia.

En la noche asistimos al homenaje que le hacían dos de los artistas más reconocidos del Teatro la Candelaria, a su mítico Director, Santiago García. No logré conectarme. Lea aquí: Bertha Arnedo, la mujer que se atreve a escribir sobre béisbol

Me pareció un homenaje bastante soso y repetitivo; creo que entendí lo que trataron de evocar y soy consciente de la calidad actoral de los intérpretes, pero el libreto me pareció un poco flojo... trataron de ser graciosos, sin lograrlo... en fin, solo sé que nada sé. De pronto es una obra de culto... y eso contribuyó a que no me conectara y no sintiera las emociones que se querían trasmitir.

Al día siguiente, asistimos a Las bromas de Dios que me dejó anegada en lágrimas, por la calidad de la danza, por lo que logran los bailarines en escena, por los textos que acompañan y por la música elegida. Pero, por encima de todo, por constatar que lo logrado por El Colegio del Cuerpo, supera todas las expectativas, pues el Director de la obra, Eduard Martínez (Eduar Mar), es uno de sus egresados. Se formó allí como artista desde los 11 años. Eduard, no solo vino al mundo con un cuerpo excepcionalmente dotado para la danza, sino que contó con la suerte de tener maestros dedicados que le trasmitieron todo su saber y como le escribí a él, me emocionó verlo, tan dueño de sí mismo, tan apropiado de su papel de coreógrafo y como siempre, bailando con ese lirismo tan suyo que paraliza el corazón. Lea aquí: Ópera italiana es Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad

A continuación asistimos a Los desvelos de Yerma del Teatro Urgente de España. Era el resultado de un taller de tan solo 5 días con estudiantes de teatro locales, con poca trayectoria y varios muy principiantes.

Una pieza corta muy contemporánea. Una recreación bien hecha de Yerma, una de las obras de teatro más conocidas de García Lorca, con sus textos y parlamentos presentes y los actores y actrices con una gracia en las interpretaciones, que ya quisieran muchos profesionales. La simplicidad de los elementos escenográficos y la música elegida estuvieron muy acertados. No es fácil jugar así con piezas tan archiconocidas y creo que el resultado fue más que bueno. Lea aquí: Starlin Periñan, el docente cartagenero que canta vallenato

Por último, asistimos a la clausura con El estribillo de Madero Teatro de Valledupar, una interpretación muy interesante y única inspirada en varios textos de García Lorca, como el poema Niña ahogada en el pozo, fragmentos de poemas del Romancero gitano, como El romance de la luna, luna, algunos parlamentos de Bodas de Sangre y termina con el gran poema de Machado a la muerte de Federico El crimen fue en Granada.

La manera de combinar los textos de Lorca con elementos escenográficos sencillos pero muy significativos para cada uno de ellos, el uso de una marioneta, manejada con maestría, con la que se interpreta el dolor de una madre por la pérdida de su hijo, un acertado vestuario y sobre todo, la capacidad histriónica de los actores, nos permitieron disfrutar a plenitud. Con escenas poéticas que acompañaban muy bien los textos, sin pretender ser, ni ilustrativos, ni literales. Pura poesía en escena con solo una guitarra de fondo interpretando tonadas gitanas que se oían a lo lejos, con alguna canción, también gitana, bien entonada por una de las actrices. Lea aquí: Dragón Rojo es Cartagena y está de gira en Estados Unidos

Ya hacia el final, nos sorprendieron con una mezcla al estilo Guiñol, pero sin títeres y muy a la colombiana, la que al principio resultó un poco extraña, porque rompía la atmósfera poética que traía, pero que a la postre estuvo bastante divertida por el uso apropiado de las extraordinarias máscaras de Bernardo Rey, –maestro de teatro y del arte de la máscara– no solo por lo bien elaboradas, sino porque estuvieron muy bien utilizadas. Esto último le imprimió a la pieza un toque de humor inesperado; y ya para terminar, rompieron la risa para enfrentarnos de nuevo a la poesía al incluir sorpresivamente el poema de Machado, con un grito urgente que irrumpe desde atrás en la sala: ¡Mataron a Federico!, seguido por el poema de Machado. ¡Black out!, y aplausos cerrados.

La literatura estuvo muy presente durante estos días. La mayoría de las obras partían de textos literarios muy reconocidos. Esta es la crónica de lo que tuve la oportunidad de ver; estoy segura de que se me quedaron más por disfrutar... Lea aquí: No todos los libros son “moneda” de corruptos, algunos cambian vidas

Me alegra mucho que Cartagena cuente desde ahora con este nuevo festival. Gracias especiales a Anamarta de Pizarro porque sé que su experiencia y rigor fueron vitales para que se lograra tanto en tan poco tiempo y con tan pocos recursos. Un aplauso también para todo el equipo y para los patrocinadores que apostaron, con confianza y esperanza, al nacimiento de este nuevo Ente en el Caribe.

Estoy segura de que las siguientes versiones serán mejores y mejores cada año.

Únete a nuestro canal de WhatsApp
Reciba noticias de EU en Google News