comscore
Cultural

Antonina Canal revela el poder sanador de la danza

Con el impulso nómada que la caracteriza, ha vivido en Egipto, Turquía y Marruecos, donde aprendió la danza de las sacerdotisas.

Antonina Canal revela el poder sanador de la danza

La bailarina empezó una nueva etapa personal y profesional en Cartagena. FOTO CORTESÍA

Compartir

La bailarina que casi todo el país conoce conecta de inmediato con su interlocutor. Tiene un poder más allá de su profunda mirada y su voz, gesticula, sonríe, explica lo que está por hacer, y allí viene la magia que la rodea en un aura mística que la presenta diferente.

Este preámbulo define a Antonina Canal, experta en danza oriental, coach y escritora, un trabajo grato, pero también exigente en tiempo y preparación, y ella se le ha dedicado por completo en las tres últimas décadas, más de la mitad de su vida, periodo en el cual también ha hecho un gran aporte al crecimiento personal de quienes acuden a su academia.

Ahora su vida transcurre entre Bogotá y Cartagena. Llegó a la Costa Caribe a completar ese proceso de crecimiento que siempre ha compartido, asume los retos siempre amparada en la premisa de que el diamante fue carbón, y gracias a la temperatura y presión pudo pulirse. Cuando empezó su trasegar artístico no era común bailar danza árabe en Colombia, entonces su misión fue volverlo un show de talla internacional, al punto de llegar a nombrarse cinco veces campeona del mundo.

Desde 1999 fundó su academia llamada “Prem Shakti”, influenciado a muchas mujeres con el poder sanador de la danza.

Antonina desarrolló un sistema que se llama “Prem Shakti”, dos palabras en sanscrito que traducen “amor supremo” y “principio creativo del universo”, donde el trabajo es muy profundo, toda vez que busca sanar cuerpo, mente, corazón y espíritu a través de la danza. Adicional, ha creado la única academia avalada por la Secretaria de Educación de un país, en ofrecer un programa de dos años, cuatro semestres, es decir, tiene mayor duración que un diplomado.

Impartido de forma presencial y virtual, el programa de danzas de Oriente, que es el estudio de toda la excelencia técnica, que incluye instrumentos, ritmos, vestuarios y todos los estilos; y la danza consciencia, que abarca diferentes disciplinas para la evolución. Todo este proceso cuenta en la actualidad con 300 alumnas alrededor del mundo, un sistema que encontró en la tecnología su mejor aliada. (Lea aquí: Antonina Canal celebra sus 30 años de vida artística)

La gran aventura incluyente

Este desafío ha tomado parte en la vida de la bailarina desde hace tres décadas, en las cuales también ha cumplido la tarea de formación de más de 150 docentes, trabajado con comunidades vulnerables, mujeres desmovilizadas y de todos los estratos, porque se trata de un trabajo sin límites, donde tienen cabida todas las edades, las razas, profesión o camino de vida, como lo comenta con orgullo.

El espectáculo incluyente de Antonina Canal cuenta con 300 bailarinas y recorre ciudades con un mensaje que ella refuerza en su faceta como terapeuta, conferencista y escritora, que logra darle profundidad a su proceso, “porque no es sólo bailar con el cuerpo, también se debe hacer con la mente, el corazón y el espíritu”, aclara.

El sistema creado por ella tiene entre otros beneficios, la liberación del estrés, empoderamiento, amor propio, alineación de los centros energéticos, salir de los arquetipos negativos de la mujer, y, a través de la terapia de la danza poder equilibrar todos los brazos de la diosa de cada una.

Antonina es bogotana, pero sus raíces están en Santa Marta y Cúcuta, sin embargo, desde hace 25 años llegó a Egipto y al mundo árabe a representar a Colombia en el Mundial de Danza y con todo lo aprendido, hoy afirma que tiene el corazón hindú, la cadera árabe y la piel Caribe.

Siguiendo su corazón, pudo dar rienda suelta a su creatividad y deseos de encontrarse, de tal forma que a los 18 años partió a Nueva York a estudiar Artes plásticas y Literatura rusa, estudios que alternó con arduo trabajo para su manutención y al final tras graduarse con honores, conoció de cerca la magia del yoga y partió a la India. “En esa época nadie viajaba a Asia, dijeron que yo estaba loca, pero ahora esos son mis pacientes”, concluye afirmando de manera divertida.

El aporte literario

La experiencia de Antonina Canal no se limita a ser impartida en sus clases magistrales. Sus nueve libros recogen todo ese valor que promueve y el más reciente, “PPW”, que bien puede leerse “Perrenque, Power y Wepajé”, producto de una conferencia dictada hace algún tiempo en Cartagena, donde lleva a la automotivación y no esperar a que las cosas pasen, porque siempre pasan.

Su enseñanza en este compendio va guiada a cambiar todo por un manifiesto permanente, lo define como un manual de autoliderazgo, empoderando a la mujer a ser la arquitecta y diseñadora de su destino, a la vez que se sanan los pensamientos limitantes del árbol genealógico.

El baile es inherente a Antonina Canal, sin embargo, el propósito está presente en cada paso, ama escribir y estos libros los diseñó en un lenguaje fácil, porque su público debe tener todo a la mano para levantar sus niveles de energía, al tiempo que cambia el chip.

Con la llegada del Año del Dragón, decidió crear la Agenda de la Diosa con el fin de planificar cada uno de los momentos que se vivirán. La primera parte habla de herramientas de amor propio, mientras que detalladamente envía el mensaje que se guarda para cada mujer en los próximos doce meses.

Únete a nuestro canal de WhatsApp
Reciba noticias de EU en Google News