Sucedió hace exactamente cuatro años. El 28 de noviembre de 2019 una imagen capturada por el lente de Rafael Andrés Bossio Acosta se viralizó en redes sociales. La llamada ‘Marcha de antorchas’ que se realizaba en Cartagena de Indias en homenaje a Dilan Cruz, el estudiante que murió por el disparo de un policía, se concentraba en la avenida Venezuela, en pleno Centro Histórico, con destino al sector turístico y residencial de Bocagrande.
Antes de que estudiantes, docentes, sindicalistas y demás ciudadanos iniciaran la marcha, la Policía Metropolitana puso barricadas y talanqueras para impedir el paso hacia ese punto de la ciudad. Así que a los manifestantes no les quedó de otra que parar justo en la línea donde una gran fila de miembros del antiguo Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD) yacía imponente. Lea aquí: Casa de Bolívar, punto de encuentro cultural en Cartagena
Bajo el título ‘Noli Me Tangere’, que significa ‘No me toques ni me retengas’, la foto de Rafael Bossio retrató una situación que refleja una parte de lo que es la ciudad: desigual, injusta y racista.
Rafael completa siete años en este arte de la fotografía. En medio de la pandemia del COVID-19 se arriesgó y se fue hasta la central de abastos más importante de Cartagena: el Mercado de Bazurto, y ahí se encontró con un panorama desalentador... El bullicio que caracteriza este lugar se enmudeció por las restricciones propias de un virus que acechaba, pero Rafa no temió.
Sacó su lente, conversó con Esterlinda, Wilman y otro par de vendedores de la plaza de mercado para conocer sus penurias y vicisitudes de aquellos días grises. La fotografía que tomó ese 21 de mayo de 2020 hizo parte de la exposición ‘Enredarte: reconoce la resilencia’ que se exhibió en el Centro de Formación de la Cooperación Española. Lea aquí: ¡Prográmese! Muestra Internacional de Cine Universitario del Caribe
Rafa ha encontrado una conexión estrecha en sus dos pasiones: la filosofía y la fotografía. A ambas les saca partido, lo mueven y le permiten conocer la ciudad que le rodea.
“Siempre me he hecho muchas preguntas sobre la ciudad y la cámara llegó a mí para responderlas. O tal vez es una manera de dar una respuesta que también se convierte en otra pregunta. Es como crear una posibilidad para que entre todos respondamos esas preguntas (...) La fotografía me permite ser más empático, estar más atento a lo que hace el otro, no es solo ese hecho de ir disparando tu cámara como loco, esa no es mi fotografía. Mi fotografía es escuchar, es hablar, es observar y eso se conecta muy bien con la filosofía porque si nos vamos a la antigua Grecia, el filósofo era esa persona que se sentaba en cualquier pedazo de tierra a visualizar y a observar. La fotografía es entonces una herramienta filosófica por excelencia”, reflexiona.
Este cartagenero de 35 años culminó sus estudios de Filosofía en la Universidad de Cartagena. Recuerda que tras enfrentarse a ese momento de ‘crisis existencial’ sobre qué hacer con su futuro, tomó los 450 mil pesos que le entregó su mamá para que hiciera un diplomado en Docencia Universitaria y los invirtió en una handycam. Desde ese momento Rafa no ha dejado de retratar, documentar y ponerles altavoz a los problemas e idiosincracias del Corralito de Piedra. Lea aquí: ¡Qué orgullo! Tres bolivarenses nominados a los Premios Afrocolombianos 2023
“Me interesa representar esas maneras de vivir distintas porque el problema de Cartagena es que hay un espejismo con esto de la turistificación de la ciudad, pero tú también te das cuenta de que el cartagenero tiene unas formas de vivir, va a El Coreano, se encuentra con amigos para compartir unas frías, habla de lo que pasó en su calle, se encuentra al papá de Kevin Flórez, es decir, hay unas maneras de ser cartagenero que se han invisibilizado por esta imagen de progreso que trae esa turistificación y gentrificación”, expone.
La fotografía del disfraz, su apuesta $>
Rafa culminó recientemente su Máster de Fotografía Artística enfocado en su tesis ‘El disfraz como representación ciudadana en las Fiestas de Independencia de Cartagena’, trabajo que construyó gracias a un proceso riguroso de investigación y observación de aquellos actores festivos que emplean toda su creatividad durante estas festividades. Lea aquí: Nicolás de Zubiría, el chef cartagenero que conquista con su esencia Caribe
“Las Fiestas de Independencia son como un espacio lúdico. La gente sale a la calle a jugar y a gozar de la vida, de su corporalidad, del otro, mientras en los otros meses del año nos estamos peleando con el otro. El disfraz como ese espacio de creatividad también está exponiendo una idea, incluso, un mensaje político que reinvidica un montón de discursos y ahí también entra la fotografía”, explica.

Imagina Cartagena, el proyecto$>
Rafa es socio y director creativo de Imagina Cartagena Lab, una empresa creada en la ciudad con enfoque cultural, que busca proponer espacios de reflexión a través del arte y las comunicaciones.
Y es que para Rafa, Cartagena de Indias es “una ciudad que se tiene que pensar con el cuerpo. Todos somos únicos y el cuerpo es lo primero que se pone en el espacio público o en la vida. Y esto a la final nos define como sociedad que a su vez trae unas violencias porque de alguna manera la sociedad no está hecha para todos”, sustenta. Lea aquí: Fotos: Revellín de la Media Luna, la primera puerta de acceso a Cartagena
Mientras alista su fotolibro, Rafael Bossio quiere continuar narrando a Cartagena en imágenes y poner en marcha muchos más proyectos de formación con Imagina Cartagena.
