El mundo del arte se encuentra de luto por la triste partida del pintor cartagenero Agustín Rivera Martínez, cuyas obras han dejado una huella imborrable en el corazón de Cartagena. Agustín Rivera, nacido el 3 de junio de 1957, llevó el mar y la vida cotidiana de su amada ciudad a sus lienzos con una destreza excepcional.
Nació y creció en el barrio Lo Amador, cerca de la emblemática plaza de la Virgencita en Cartagena, el artista fue un talento innato y un egresado destacado de la Escuela de Bellas Artes de Cartagena. Además, tuvo el privilegio de ser alumno de reconocidos maestros como Pierre Daguet, Juan Sebastián Horrillo, Pedro Ángel González y Miguel Sebastián Guerrero.
Las obras de Agustín Rivera Martínez se caracterizaban por su profundo vínculo con el mar, sus olas estaban presentes en cada obra. Sus pinturas retrataban a pescadores lanzando sus atarrayas al amanecer, capturando peces de todos los tamaños, en medio de un paisajismo que, de manera preciosa bordeaba la soledad. Lea aquí: Agustín Rivera, el pintor que retrata a Cartagena y su cotidanidad

El legado artístico de Agustín Rivera no se limitaba solo al mar. Sus obras abarcaban un amplio espectro de la vida en Cartagena, desde marineros y capitanes hasta escenas de madres bañando a sus niños en el mar hasta árboles envejecidos que se doblegaban ante la sombra del Castillo de San Felipe.
Pintar era la pasión de Agustín Rivera, una fuente inagotable de creatividad que le permitía explorar sin límites. Sus lienzos eran ventanas al infinito, donde el mar no tenía orillas y los viajeros del mundo llegaban y departían durante la soledad de la noche. Lea aquí: Agustín Rivera: Un artista que brilla en el silencio
La partida de este ilustre pintor deja un vacío entre quienes conocieron de cerca su talento artístico, pero su legado perdurará en cada pincelada que plasmó en sus obras. Sus pinturas seguirán recordándonos la belleza de Cartagena, la grandeza del mar y la pasión inigualable de un artista entregado a su oficio.
Buen viento y buena mar.