En la subida hacia Turbaco (Bolívar) justo en el pequeño bulevar en el que reposa una imagen de la Virgen María, hay una cantidad considerable de personas, quienes adornan a María con flores y velas. Hay niños, mujeres y adultos mayores, todos reunidos en una celebración que busca homenajear a la santa patrona de camioneros, pescadores y marineros. Pero la fiesta no se concentra sólo en espacios específicos, en las carreteras, las mulas conservan el carril izquierdo y avanzan en procesión, una tras otra, decorando los vehículos con globos y haciendo ovación a la virgen del Carmen con bocinas.
Otros conductores de autos se unen al homenaje mientras en la vía, las personas saludan a los choferes con un ademán y aguardan sentados junto a los altares que han preparado para la reina de los cartageneros.
Su historia
La Virgen del Carmen es una figura venerada en la tradición católica y considerada la patrona de los marineros, pescadores y miembros de la Armada Nacional. Su historia se remonta a los tiempos del profeta Elías, en el Antiguo Testamento. Según la historia bíblica, el profeta Elías vivió en el siglo IX a.C. en Israel, durante el reinado del rey Ajab. En aquel tiempo, el pueblo de Israel había idolatrado a otros dioses, alejándose así de los mandatos de Dios. Por eso, el profeta luchó por guiar al pueblo hacia la fe verdadera y abandonaran los cultos paganos. Un día, mientras Elías se encontraba en el Monte Carmelo, recibió un mensaje de Dios en el que le pedía que subiera a lo alto de la montaña y dirigiese la mirada hacia el mar. El profeta obedeció y vio como una nube se acercaba a él. De repente se convirtió en una fuerte lluvia y entendió el mensaje divino: se había acabado la sequía. Lea aquí: Libro de Laura Ardila sobre los Char se publicará antes de las elecciones
Al pasar de los años, el lugar se convirtió en un espacio de contemplación para personas que decidieron llevar una vida alejada del bullicio de las grandes ciudades. A ellos se les conoció como ermitaños del Monte Carmelo.
El inicio de la devoción
Se dice que en el siglo XIII, la virgen María se apareció a Simón Stock, un superior de la Orden del Carmen, y le entregó el escapulario, una pequeña prenda de tela que simboliza su protección maternal. La virgen le prometió que aquellos que llevasen el escapulario y fuesen fieles a su devoción serían protegidos. A medida que se difundía la devoción a la virgen del Carmen, su figura se asociaba cada vez más con la protección de los marineros y pescadores. Hoy en día, la Virgen del Carmen sigue siendo venerada por millones de personas en todo el mundo. Para Cledys Romero, periodista e investigador cultural, la celebración de la virgen del Carmen es la fiesta de religiosidad popular más masiva y de mayor influencia en Latinoamérica: “No hay pueblo, vereda o municipio que no la celebre. En el caso de Colombia, es considerada la patrona de los conductores y de los pescadores. Por eso en la zonas ribereñas es muy fuerte”. Además agregó que “en otros municipios como Bocachica, la celebran con mucha devoción y en Cartagena pues hay dos celebraciones que son muy concurridas, la primera es la de Blas de Lezo y en el barrio Bruselas, celebraciones a las que acuden muchos cartageneros y lo hacen a través del fandango, de verbenas”. Sin embargo, esta celebración permea todos los rincones de la ciudad, logrando que vecinos y conocidos se reúnan en un mismo espacio para compartir.

Juan Carlos Sibaja, líder de acción comunal de Manzanillo del Mar, quién dio sus primeros pasos en el trabajo comunitario en el año 1990, al ser elegido como presidente del comité de fiestas religiosas del barrio Bosque, habló sobre la importancia de convertir las fiestas de la virgen del Carmen en un legado: “El impacto es mantener la tradición y devoción y ante todo inculcar estas tradiciones a nuestros jóvenes y niños para que con el paso del tiempo no se pierdan”, además mencionó que el 70% de los habitantes de la comunidad profesan la fe católica, por ende también la devoción a esta advocación mariana. Lea aquí: Sound of Freedom, película grabada en Cartagena, ya es un éxito en taquilla
Una celebración religiosa
Luis Eduardo Pelufo nació y creció en El Carmen de Bolívar, en medio de una comunidad que desde el primero de julio inicia las celebraciones religiosas. El amor que cultivó hacia la virgen María en sus diferentes advocaciones y especialmente en la del Monte Carmelo, lo llevó años más tarde a convertirse en sacerdote. “Carmelo que se respete es devoto a nuestra señora, ella es la que protege a mi pueblo, la que está conmigo y quien me seguirá acompañando en todo momento”.

El padre Pelufo, como lo conocen los feligreses de su parroquia en el barrio Villagrande de Indias, se crió viendo signos tradicionales de la devoción en su pueblo: “Acá estamos acostumbrados a procesiones cortas de dos o tres horas, pero allá la virgen sale desde las cuatro de la tarde y después del recorrido vuelve al templo en la madrugada”. La devoción que ha robado el corazón de muchos colombianos, ocupa incluso un lugar entre los jóvenes, como es el caso de Sebastián Abuabara, un malangueleño de 24 años que creció viendo como en la Albarrada, una carretera a la orilla del Río Magdalena, los chaluperos y pescadores celebran la advocación mariana adornando altares con flores y festejando con música. “Muchas personas tienen devoción a la virgen por la misma sencillez que esta simboliza. Los conductores que tanto aman a nuestra señora, la buscan a ella porque como estrella que nos ilumina, nos puede llevar a un destino seguro”. Lea aquí: ‘La fiesta de los bárbaros’, una nueva colección de cuentos de Gustavo Tatis
Además, aseguró que con el paso de los años le ha dado un sentido más religioso al 16 de julio: “He podido comprender que la virgen es una madre que nos ama y el santo escapulario nos los entrega como una señal de protección para llevarnos a la vida eterna”. Lo que sí es cierto es que la Virgen del Carmen es la patrona de muchos cartageneros, quienes encuentran en su figura maternal, la imagen de una mujer que les brinda compañía y auxilio en distintos momentos de la vida.