Nadia Celis ha escrito un ensayo riguroso y científico, con grandes virtudes narrativas y documentales sobre la historia secreta de la novia devuelta en la novela ‘Crónica de una muerte anunciada’ de Gabriel García Márquez.
Su investigación intensa y exhaustiva “empezó en los archivos personales de Gabo en Austin y me llevó varias veces de regreso a nuestro amado Caribe, en busca de la historia de amor detrás del “crimen atroz” contado por ‘Crónica de una muerte anunciada’”. Lea también: Un intercambio literario: tres Cartagena se encontrarán en España
Va a descifrar la vida secreta de los personajes reales en contrapunto con los personajes de la ficción, y encuentra desencuentros y algunas similitudes, va al origen de la tragedia y se adentra en la tragedia real del joven asesinado Cayetano Gentile Chimento (Santiago Nasar), la novia devuelta Margarita Chica Salas (Ángela Vicario), el esposo que la devuelve Miguel Reyes Palencia (Bayardo San Román) y los hermanos Víctor Joaquín Chica Salas, que vengan el honor mancillado con cuchillos de destazar cerdos.
En su primer capítulo ‘Crónica de una historia inconclusa’, Nadia verificó en los archivos del Harry Ransom Center, que García Márquez omitió un epílogo de la novela, que se convertiría autónomamente en una columna titulada ‘El cuento del cuento’, publicada en El Espectador, y luego en varios diarios del mundo, en donde comparte algunos secretos de un nuevo posible final de la novela, sugerido por su amigo Álvaro Cepeda Samudio. En este final omitido, el marido no solo devuelve a su esposa en la noche nupcial al descubrir que es no es virgen, sino que la humilla ante toda su familia y la sociedad patriarcal de su tiempo, sembrando el embrión fatal de aquella tragedia en la madrugada del 22 de enero de 1951 en Sucre-Sucre. Como machista no solo la devuelve al sentirse ofendido, sino que, en la propuesta de Cepeda Samudio, la busca años después para iniciar una relación secreta más allá de la tragedia.
Nadia se hizo estas preguntas: ¿Por qué fue la novia devuelta catalogada como “la culpable” del crimen en cuestión, tanto en la realidad como en la novela? ¿Por qué sigue siendo ella la víctima menos obvia de la violencia encarnada en los hechos y su recreación en la ficción? Y al responder las dos preguntas, generó otra pregunta para pensar en esta tragedia que ocurrió hace 72 años: ¿Qué puede decirnos la historia de la muerte de Cayetano y la condena de Margarita a los lectores del siglo XXI sobre nuestras maneras de entender a los hombres, las mujeres, la sexualidad, la violencia y el amor? Lea también: El encuentro literario entre estudiantes de la UDC y estadounidenses
La muerte atroz del joven nativo Cayetano, con ancestros italianos, obligó a Gabriel Eligio García Martínez y Luisa Santiaga Márquez, padres del escritor, a salir de Sucre-Sucre, rumbo a Cartagena en 1951. Cayetano era ahijado de la madre del escritor, cercano a Julieta Chimento, madre de la víctima, y amigo también de la familia de los victimarios. De igual manera, Gabo era amigo de infancia y juventud del joven asesinado. Al final de este primer capítulo, Nadia cierra con otra pregunta: ¿Cómo resistir las formas de violencia ejercidas y toleradas en nombre del amor -tanto en la agenda política como en lo personal- sin renunciar a amar?
Ella entrevistó a los hermanos de García Márquez, especialmente a Jaime, que aparece en la novela junto a sus hermanos y sus padres como testigos de la tragedia. Confirma que el epílogo del escritor está sustentado en un episodio real, y es que Miguel Reyes (Bayardo) busca a Ángela (Margarita) cuando se enteró que ella se ganó una fracción de lotería, con la que compró su casa en Sincelejo. La realidad con su crudeza y sus paradojas dolorosas, terminó superando la ficción del escritor. La novia devuelta se ganó la vida en Sincelejo, dignamente, durante más de treinta años, bordando trajes de bodas, muy lejos del lugar de la tragedia. La aparición de la novela treinta años después del crimen de Cayetano, la puso en la mirada de todos, y fue como entrar otra vez en el reino de la desgracia.
Los capítulos sobre ‘La crónica de una novia rebelde’ y ‘Crónica de la esposa devuelta’ reconstruyen y reivindican la verdadera historia de Margarita Chica Salas, condenada por una sociedad patriarcal y machista, por ejercer el derecho a amar y ser amada. Conmueve el rigor con que Nadia va juntando las piezas dispersas para comprender el origen de la tragedia y los espejos de dos fondos entre la ficción y la realidad, en la que al culminar la lectura uno siente la necesidad imperiosa de conocer la novela real aún no escrita sobre Margarita Chica Salas. Lea también: Hoy se cumplen nueve años sin el mago mayor de las letras
En la única entrevista que concedió Margarita a la prensa, en 1981, le contó al periodista Blas Piña Salcedo que a sus nueve años estudiando en el colegio de las Misioneras de Sucre-Sucre sintió una poderosa atracción por el joven Cayetano (Santiago Nasar). Ella iba al camellón con sus amigas a verlo pasar. La familia se mudó a Sincelejo y luego a Barrancabermeja, y regresaban en vacaciones a Sucre-Sucre. A los trece años, Margarita aprendió con una hermana a bordar. Se convirtió en maestra de escuela en Chaparral. A los catorce años comenzó a tener relaciones con Cayetano, de veinte años, quien estudiaba Medicina.
Fue su primer amor “espontáneo y hermoso”. Cayetano le escribía cartas. La madre de Cayetano sabía y celebraba este amor secreto. Estuvieron dos años encontrándose, hasta que ocurrió el encuentro prohibido, y “él no lo hizo para deshonrarme, y yo tampoco lo hice por maldad. Era muy niña cuando cometí el error”. Su mayor error fue callarlo, según la misma Margarita. Si se lo hubiera contado a la madre de Cayetano, “los habrían hecho casar y su suerte habría sido otra”, precisa Nadia en su magistral libro. “No me hubieran reducido en la forma en que me han reducido”, dijo Margarita.
Hoy habría que hacer una relectura de lo que ella consideraba “un error”, en este tiempo brutal e implacable en que vivimos en el que la virginidad ya no es ninguna virtud, y las mujeres ejercen el derecho de pensar y de decidir sus propias formas de vivir, elegir y amar. Cuando ocurrió la tragedia, Margarita se desterró en Sincelejo, y vivió la otra inquisición social y familiar, el sentimiento de culpa de una tragedia absurda y demencial, compartida con sus hermanos. La sociedad de aquella época pervertida bajo la Constitución de 1886, legitimaba lavar el honor mancillado con sangre. Lea también: FILBO 2023: Gustavo Tatis presentará su libro ‘Caribe, realismo mágico’
Si García Márquez hubiera conocido las revelaciones que nos ofrece Nadia Celis, muy probablemente hubiera sentido que su visión fue también patriarcal y con muchas inconsistencias, pese a que es una novela maestra, el escritor dejó de soslayo la tragedia personal de su protagonista más allá del crimen. Y la sociedad tanto de la novela como de la realidad siguió condenando a la mujer como la única culpable de la atrocidad, cuyo génesis comenzó con la soberbia de Miguel Reyes al devolver a su esposa. El libro de Nadia Celis abre la puerta para completar desde otra perspectiva, el lado humano de la novia devuelta.