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Cultural

Tu hijo puede ser un músico y aún no lo sabes

Un niño con interés innato por la música siempre avanzará en el aprendizaje demostrando capacidad de creación.

Tu hijo puede ser un músico y aún no lo sabes

Giovanni Vallejo Lasso, maestro de música, con especialización en dirección sinfónica. //Foto: Cortesía

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Los interrogantes sobre las capacidades de los niños han existido a lo largo de la historia. Los grandes genios no fueron descubiertos precisamente en un primer intento y aunque una vez se conoce el talento especial la idea es potencializarlo, muchas veces no se cuenta con esa fortuna, pues los padres o tutores desconocen cómo aprovecharlo.

Cuando se trata de capacidades artísticas y en especial la música, se puede incurrir en el descuido por parte de los mayores a cargo, se confunde con un juego más e incluso se le puede ver como un pasatiempo que no debe interferir en las obligaciones académicas.

Nada más alejado de la realidad si se está ante un músico en potencia, para quien descubrir sus fuentes creativas es toda una aventura y exteriorizarlas, mucho más. Ante este reto familiar, la atención es un mandato inicial, seguido de las medidas que se han de implementar para que el talento encuentre un espacio para dinamizar.

El aprendizaje musical potencia la autoconfianza en el niño, al poder presentar su talento ante un público”.

Giovanni Vallejo Lasso, músico.

Ahora bien, el tema en cuestión gira en torno a si el talento, en este caso musical, es innato o aprendido, ante lo cual el maestro Giovanni Vallejo Lasso explica que puede ser relativo, toda vez que algunos niños desarrollan esas capacidades con academia, mientras que otros las tienen de una forma natural, por tanto se les facilita prender y hacer música.

Este último grupo es aquel que en sus primeros intentos no requiere de una enseñanza formal, su desarrollo va avanzando con pocas herramientas, y con la disposición firme llegan a interpretar un instrumento por sí solos. “Son pocos los niños privilegiados con este don, lo que les hace especiales y merecedores de una observación permanente”, afirma el maestro Vallejo.

El proceso indicado

Como en todo aprendizaje, se dan casos donde son los padres los más interesados en involucrar a sus hijos en un proceso musical, cuando estos carecen de competencias para ejecutar un instrumento o afinar la voz, el desarrollo allí no alcanzará mayor facilidad para crear, aun cuando logre un grado de interpretación.

Existen muchas señales que advierten sobre ese talento innato. Una de ellas es detectar el ritmo, y generalmente esto se logra mediante un diagnóstico que tras una entrevista que incorpora sonidos primarios, puede indicar la capacidad para reconocer ecos, que a su vez se le van aumentando en dificultad y debe sortear.

Estos exámenes sirven, entre otras cosas, para ubicar al aprendiz en lo que realmente desea interpretar, que no necesariamente debe ser un instrumento musical, la voz también cuenta y es cuando se puede estar frente a un futuro cantante a quien se le procederá a trabajar su fortaleza.

Como indica el experto, la música es una asignatura más en los centros educativos, allí está el primer nivel para acoger esos talentos nacientes que son fácilmente detectables al demostrar interés o avanzar más rápido que el resto del grupo.

El nivel de estos infantes es tan alto, que se debe potencializar con la ayuda de otros profesores que le impartan variedad de conocimientos, a fin de que pueda ingresar al Básico de una universidad, un programa creado para alcanzar una escala mayor en su aprendizaje.

Con respecto a la edad de inicio, Vallejo Lasso manifiesta que este aspecto depende de los profesores encargados del proceso, del acompañamiento de los padres y el compromiso de implementar la práctica más allá de los tiempos establecidos, entonces se habla de que a los cinco años ya se establecería esta rutina didáctica.

Descubriendo la fortaleza

Cuando llegan niños a un proceso musical, lo ideal es explorar con ellos el ritmo y la memoria, esto, según manifiesta el maestro Giovanni Vallejo, facilita la identificación del instrumento que lo representa.

Otra manera de comprobar, y tal vez la más acertada, es verificando esos gustos que profesa abiertamente, cuando indica que quiere ser como uno u otro artista, que desea ejecutar un instrumento como lo hace alguien en especial y las razones que manifiesta para hacerlo. Con la voz sucede algo similar.

Una vez la decisión está tomada, algunos se decantan por varios instrumentos, tienen habilidad y en sus inicios desean explorarlas todas, sin embargo, lo indicado es decantarse por uno en específico. Lo anterior se justifica en la complejidad del aprendizaje de cada uno, más si se enfoca en el plano profesional.

“Que le gusten varios instrumentos, muy bueno, que aprenda a interpretarlos, mejor aún, pero lo ideal es canalizar la competencia en uno, para que más allá del estudio, llegue a la perfección”, manifiesta el maestro.

La iniciación en cualquier proceso musical no se maneja con atención a un género específico. El proceso se encamina por el nivel de dificultad, y en ese sentido las canciones infantiles son precisas para un nivel cero, en este caso, “Estrellita, dónde estás”, la popular melodía francesa, que con sus múltiples versiones, se adapta para iniciar el aprendizaje.

Giovanni Vallejo apela a su experiencia profesional para recomendar que todos los niños tengan algún tipo de inmersión musical al iniciar su formación académica, independiente de si se va a dar continuidad al mismo, es un proceso que le ayudará a desarrollar su creatividad.

La música es infinita, un idioma que se lee, se habla y se escribe, anota este músico egresado de la Universidad del Cauca que se ha desempeñado en la dirección desde las orquestas sinfónicas, especialista en gerencia y gestión cultural y actualmente cursa la maestría en Dirección Sinfónica en la Universidad Nacional.

Aportes de la música

Las bondades del arte, en cualquiera de sus expresiones, se reflejan en todos los aspectos de la vida. Desde lo más sencillo, que es actuar positivamente sobre el estado de ánimo, hasta convertirse en el proyecto de vida de quien tomó ese camino.

En ese contexto, el experto agrega que en los niños surte un efecto que direccionará, incluso, varios aspectos de su vida, y enumera esos aportes.

1. Mejora la capacidad intelectual y la memoria.

2. Fomenta la imaginación y la creatividad.

3. Amplía su vocabulario al empezar a interpretar canciones.

4. Mejora la capacidad de autoconfianza, esto generalmente ocurre cuando interpreta un instrumento.

5. Actúa positivamente sobre el estado de ánimo.

6. Ayuda a desarrollar habilidades sociales.

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