Ayer a las 11 de la mañana, en la Capilla del Hotel Santa Teresa, se cumplió el concierto ‘La música pianística cosmopolita de Liszt’ y ‘nacionalismo’ de Bartok, en la agenda del Cartagena Festival de Música.
Intervino Marie-Ange Nguci, quien interpretó a Franz Liszt (1811-1886): ‘Rapsodias húngaras N° 6’, ‘Años de peregrinación’. Luego, a Bela Bartok (1881-1945): ‘Seis danzas folclóricas rumanas Sz. 56’, ‘Allegro bárbaro Sz. 49’.
La primera obra nos reveló uno de los rostros que identifican la música de Hungría, en una obra de Franz Liszt, surgida de un viaje del músico a Italia y bajo el influjo evocador de la tradición pianística de Occidente.
En la segunda obra de Bela Bartok, ‘Las danzas folclóricas rumanas’ y el ‘Allegro bárbaro’, nos sumergen en el otro rostro de la identidad sonora nutrida de la cultura musical popular del este europeo.
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En este concierto se prueba que un músico tiene sus fuentes de creación e inspiración en la tradición que él mismo asimila, transforma e interpela. Y dentro de esa tradición, las fuentes que el pueblo ha forjado.
Cuando un pianista está ante su piano, dentro de él resuena todo el pasado musical y su experiencia personal. Los dedos que se deslizan por el teclado tocan la yema de los dedos de sus antecesores, la invisible partitura eternizada.
Una criatura visionaria
Marie-Ange Nguci, la pianista que intervino en la mañana de ayer, es una criatura prodigiosa.
Entró en el Conservatorio de París a los 13 años en la clase de Nicholas Angelich. Toca el órgano y el violonchelo, y pasó un año estudiando Dirección de Orquesta en la Universität für Musik und Darstellende Kunst, de Viena.
Su primer álbum publicado en 2018, ‘En Miroir en el sello Mirare’, integra obras para piano de compositores más conocidos como organistas e improvisadores: C. Franck, J.S. Bach, C. Saint-Saëns y Thierry Escaich. Este álbum ganó el Choc de Classica de 2018, que los músicos del mundo anhelan.
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Marie-Ange Nguci ha dejado suspirando de embelezamiento a audiencias en sus presentaciones con la Orquesta de París, la Konzerthausorchester de Berlín, la Orquesta Sinfónica de la BBC en el Barbican Hall, la Orquesta Tonkünstler para su debut en el Musikverein, la Orquesta Sinfónica Nacional de Dinamarca, Orquesta Sinfónica de Barcelona, Symfonieorkest Vlaanderen en gira, Orchestre National de Lyon, Orchestre de Chambre de Paris en el Théâtre des Champs-Elysées, Orchestre National d’Île-de-France, así como las Orquestas Nacionales de Lille, Burdeos y Pau.
Dicen de Marie-Ange Nguci, que tiene “un poder visionario, más que un talento prometedor: una artista consumada” (Classica). Para interpretarlo de otra manera, esta pianista es capaz de ir más allá de lo que interpreta, es decir, ve luces y colores en el profundo pasado y colores sonoros en el improbable porvenir.