Las cenizas de Mercedes Barcha reposan desde ayer en el Claustro de la Merced de la Universidad de Cartagena, junto a las de su esposo Gabriel García Márquez.
En una ceremonia privada presidida por sus hijos Rodrigo y Gonzalo García Barcha, amigos y familiares, e invitados de España, México y otros lugares del mundo, se realizó el acto, cumpliendo el deseo de la esposa, musa y guardiana de la obra literaria del autor de ‘Cien años de soledad’. Lea aquí: Las cenizas de Mercedes, junto a Gabo
Mercedes Barcha nació en 1932 en Magangué (Bolívar), y falleció en 2020. Era la mayor de seis hijos de Demetrio Barcha Velilla y Raquel Pardo López. Elías Barcha Facure, su abuelo, vino de Alejandría a Colombia en 1932. Su origen era libanés, con ancestros egipcios. Su familia se fue para Majagual, regresaron a Magangué y se quedaron en la localidad de Sucre (departamento de Sucre). Su padre creó una botica o farmacia en cada pueblo donde iba.
El joven Gabriel José García Márquez de 14 años, la conoció en noviembre en Sucre, y tenía 9 años. La familia Barcha vivía enfrente de la familia de Cayetano Gentile (Santiago Nasar) y eran vecinos de la familia García Martínez, en Sucre. Mercedes trabajaba en la botica de su padre y era la atracción de los niños del barrio. En 1945, en una fiesta en Sucre (Sucre), el joven Gabriel bailó con la joven Mercedes, de 13 años. Se inició su cortejo amoroso y le pidió que se casara con él.
No solo fue la esposa, musa y personaje de muchas de sus novelas y cuentos, sino la secreta guardiana de su obra literaria y de su glorioso destino de escritor. Mercedes fue clave en el proceso de creación de muchas de las obras célebres de GGM, y en especial de Cien años de soledad. Fue su esposa durante 56 años, guardiana de su vida privada y guardiana del espacio y tiempo de GGM en su habitual y espartana disciplina de 9 a 3 de la tarde durante más de medio siglo de comunión, y guardiana del destino de toda la casa, con sus dos hijos. Mercedes aparece como personaje de novela en el último capítulo de ‘Cien años de soledad’, en el segundo capítulo de ‘Crónica de una muerte anunciada’, en ‘El otoño del patriarca’, ‘El amor en los tiempos del cólera’, que está dedicado a ella, y en el cuento ‘Espantos de agosto’. Lea además: Los últimos días de Gabriel García Márquez contados por su hijo
