Hacer que las personas con discapacidad lleven una vida sin tantos obstáculos es el propósito de Elizandro Freitas, un joven nativo de Colombo, Brasil, de 33 años, quien tuvo la increíble idea de reutilizar elementos inservibles como lo son las sillas de ruedas dañadas que prácticamente se convierten en chatarra, para luego renovarlas y dejarlas como nuevas. Le puede interesar: Milagros de Dios necesita de nuestra ayuda.
La fibra sensible que tocó a Freitas para realizar esta obra social nace de la discapacidad que tiene su hermana con parálisis cerebral, pues durante mucho tiempo no tuvo acceso a una silla de ruedas por ser de bajos recursos. Hoy su hermano dona cientos de implementos para quienes más lo necesitan.
Luego de que las sillas se transforman en nuevos implementos, son enviadas a distintas familias que han necesitado con urgencia, sobre todo con la crisis de la pandemia de Covid-19.
“Empecé solo, pero hoy unos amigos me ayudan en la publicidad y la recaudación de fondos. Tengo unos amigos voluntarios que me ayudan con la restauración, costura y pintura de los equipos. También compro de mi propio bolsillo“, dijo Elizandro.
El joven siempre se dirige a un depósito de chatarra donde encuentra sillas de ruedas viejas e implementos usados que después transforma, pues además de ayudar a otras personas su principal motivación sigue siendo su hermana quien por causas de su parálisis su movilidad es casi nula.
“Dejé los juegos para asumir las responsabilidades de un hombre. Eso terminó por hacerme querer ayudar a más personas“, agregó el brasilero.