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Cultural

Cumple 100 años y todavía hace bollos

Ramona es la primera de su familia en cumplir un siglo de vida, en el corregimiento de Arroyo Grande. Coce, hace bollos y come de todo.

Cumple 100 años y todavía hace bollos

Ramona Licona Vélez tuvo 6 hijos, 15 nietos y 8 bisnietos. // Foto: cortesía.

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Doña Ramona Licona Vélez es más vieja que la plancha eléctrica. En 1920, cuando ella nació, ese electrodoméstico no estaba patentado, ya que, al menos en Colombia, ni siquiera se habían instalado las redes de cableado en los hogares. (Lea también: 112 años tiene el segundo más viejo del mundo).

Por aquellos años 20, cuando luego de tantos años de lucha las mujeres por fin pudieron votar en los Estados Unidos, o cuando el movimiento no violento del líder indio Gandhi se iniciaba en el otro lado del mundo, doña Ramona veía los primeros rayos de sol. Años después esta matrona usaba planchas de hierro que se calentaban a carbón y con ellas alisaba las telas, pues a este oficio se dedicó por muchos años, en los quehaceres de su casa y donde necesitaran de sus servicios domésticos.

Por aquellos años 20 el país no era la potencia cafetera mundial que es hoy. Incluso, era — junto al vecino Venezuela — considerado como uno de los países de mayor potencial petrolero de Suramérica.

Así de longeva es doña Ramona, quien procede del corregimiento de Arroyo Grande, donde dice haber vivido las mejores épocas de su vida cuando la comida “era buena de verdad”, ya que era sacada de esa tierra que entonces se dedicaba a la siembra y a la cría de ganados.

Y aquella buena comida le dio la fortaleza para llegar al siglo de existencia valiéndose por sí misma en casi todos los aspectos de su vida.

Rompió récords

Hoy, doña Ramona rompió dos récords de un solo jalón: iniciar el primer día de diciembre del 2020 cumpliendo 100 años, y el ser la primera de su familia en llegar a un siglo de vida.

Ramona tiene la gran dicha de acordarse de todo lo que ha hecho en su vida. Rememora lavar con manduco y tabla junto al río cercano al rancho donde vivía, y ni hablar de la comida. Su esposo, como buen campesino, llevaba alimentos de primera a la mesa.

Solo por eso, esta señora asegura que no tiene nada que envidiarle a esta nueva era. Incluso esa buena vida la hicieron desistir de radicarse en Cartagena, pues no podía perderse de la tranquilidad que, según dijeron sus hijos, la llevaron a cumplir 100 años de vida. Ella es la única, de cinco hermanos, que sigue con vida.

“Mi mamá come de todo. Sus platos favoritos son el arroz con carne y el pescado. Además habla, camina, barre su patio, lava su ropa y se acuerda de todo”, dijo su hija Cura Guzmán, quien aclaró que el único achaque de Ramona, producto de la vejez, es la falta de escucha.

Licona Vélez tuvo 6 hijos, de los cuales dos viven con ella. Tiene 15 nietos y 8 bisnietos.

Todos ellos la admiran por su fuerza y templanza, además por el talento de la culinaria y manualidades, pues en sus tiempos libres se dedica a coser y a cortar el maíz para hacer bollos de mazorca y de yuca.

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