El pasado 16 de septiembre, la folclorista cartagenera Sandra Bernal Pérez compró un tiquete directo al cielo donde hoy pasa una mejor vida. Ella era conocida en su gremio por ser gestora cultural y líder del cabildo que se realiza cada año en el barrio Ciudadela 2000, en tiempos de fiestas novembrinas.
Es verdad que allá arriba ahora está bajo la sombra protectora de Dios, pero deja un vacío inmenso en los corazones de sus familiares y de todos los cartageneros que alguna vez la vieron mover la cintura al compás de los tambores y de la música de cumbia junto a su grupo de baile, quienes participaban especialmente en el carnaval de la Algodonera Fiestas y Tradiciones en Ciudadela 2000, y en el bando.
Su esposo de 60 años de edad, Mario Cuesta, conocido como Sami Cuesta, quien además es cantante, compositor y gestor cultural del barrio, la recuerda como una mujer entregada a su comunidad, tanto así que ella luchó hasta el cansancio por conseguir el centro cultural de Ciudadela 2000 que apenas va a tener apertura. (Lea también: Hospitalizado el maestro Rafael Cassiani, del Sexteto Tabalá).
“Ahora en su honor, ese mismo centro cultural que tanto anhelaba poner en marcha, llevará el nombre de ella como homenaje, es decir, será nombrado: ‘Centro Cultural Sandra Bernal’, en Ciudadela 2000”, dijo Sami Cuesta, quien seguirá el legado de su difunta esposa.
¿Qué apagó sus ojos?
Sandra Bernal falleció a los 55 años de edad. Luchaba contra un cáncer hepático en su colon que le fue diagnosticado hace un año.
A pesar de recibir los tratamientos necesarios para mejorar su salud, los médicos le informaron que su enfermedad ya había hecho metástasis hace aproximadamente un mes.
Sandra dejó 4 hijos y 4 nietos, todos bailarines.
Sus logros como gestora
Cuando Sandra llegó a vivir a Ciudadela 2000 en 2004 junto a su esposo y sus hijos, se percató de que no había ningún comité cultural que resaltara el folclor de su barrio que tanto identifica a los cartageneros.
Entonces en su experiencia y en la de su familia como participantes de diferentes festivales y carnavales, emprendieron un proyecto para realizar su propio cabildo, pues fue una buena noticia para todos los jóvenes y adultos que, desde cada mes de agosto, ya se preparaban con sus coreografías y vestuarios para sorprender con su alegría festiva.
Fue entonces cuando Sandra decidió crear la escuela de danza y formación ‘Son Makuriba’ en el barrio, destinada para todos los jóvenes que habitan en otras comunidades que hacen parte de la vía Perimetral, pues los que ahí pertenecen son más o menos 30 jóvenes desplazados que decidieron dedicar su tiempo libre al arte de la danza. Este grupo tiene la costumbre de ir como invitados a otros festivales y carnavales regionales.
El concejo cultural de la localidad 3 le hace reconocimiento a Sandra por su labor incansable durante 16 años, los mismos que llevaba viviendo como habitante en Ciudadela 2000.
