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Cultural

Ficci, el esplendor de días de cine

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Cartagena es una película con un ritmo vertiginoso.

Los que vienen por primera vez sienten el impacto de la metamorfosis, poco después de aterrizar en el aeropuerto de la ciudad.

A la actriz británica Tilda Swinton no le alcanzarían siete días para complacer a la multitud que le pidió autógrafos y hacerse una foto colectiva e individual con estudiantes de cine de Cartagena y el resto del país.Una joven le dijo llorando que había decidido seguir el camino del cine porque la había visto en una de sus películas, siendo muy niña. Para todo el mundo, Tilda Swinton tuvo tiempo y les dijo sí, con una sonrisa que resplandecía en sus serenos ojos de gacela. Ha tenido tiempo de conversar con tantas personas al tiempo, y escaparse al Aviario, a susurrarle canciones a las lechuzas y cantarle a los pájaros. Y a quedarse muda frente a la mirada aérea del Cóndor de los Andes, ese que no deja de aletear en los acrílicos de Obregón. Y aún más perpleja ante la soledad y belleza enigmática de las águilas arpías.

También el actor Owen Wilson, que paralizó el corazón amurallado de Cartagena desde que llegó, ha sentido el influjo vertiginoso de Cartagena, y ha terminado cantando a dúo vallenatos con el acordeonero ManuelVega, acompañado del gerente de Cine Colombia, Munir Falah.

Todo lo puede el cine, la organización de Ficci y el embrujo de Cartagena. Desde la noche inaugural hasta hoy, la ciudad entró en el vértigo sin tiempo y en el tren sin descanso del cine, y de la mano de estrellas como  la diva española Maribel Verdú y el director francés Bruno Dumont.

En menos de siete días, los sueños del país y del mundo se atornillan en Cartagena. También la memoria se despierta y se conocen secretos guardados en el tiempo, como la vida oculta y desconocida del artista Tito Lombana, en el documental de Daniela Abad que abrió el Festival. Empresarios y artistas diseñan su mapa de proyectos y utopías en tierra, gracias a Ficci.

Lo que se eligirá esta nocheEl final de la fiesta también está cargado de sorpresas. Es la noche de clausura y la entrega de premios a las mejores películas en competencia, los mejores cortos y documentales, la mejor película colombiana, el premio a la sección Gemas, los nuevos realizadores, entre otros.

El productor y director alemán Frieder Schlaich, la directora española Mercedes Moncada y el productor creativo y ejecutivo norteamericano Jim Stark, son los tres jurados de la Competencia Oficial de Ficción en Ficci.

Tendrán que elegir entre nueve filmes como ‘As boas maneras’, de Juliana Rojas (Brasil, 1971) y Marco Dutra, un filme sobre los mundos que parecen irreconciliables  como lo bello y monstruoso,  lo blanco y negro, el bien y el mal, lo sofisticado y ordinario. Filme que ganó un premio especial del jurado en el Festival deLocarno en 2017, y otro premio en el  Festival de Rio de Janeiro en 2017.

La película ‘Cocote’, de Nelson Carlo de los Santos Arias (República dominicana, 1985), que fue la Mejor Película de la Sección Señales de Vida del Festival de Locarno en 2017 y Mejor Película Latinoamericana del Festival del Mar del Plata en 2017. El filme es el contrapunto conflictivo entre la fe y la venganza de un jardinero que regresa a su pueblo para asistir al entierro de su padre, al que han asesinado. El dolor y la fe entran en pugna cuando el hijo ve a su padre.

La directora mexicana Marta Hernaiz Pidal compite con su filme The chaotic life of nada kadic, coproducción de México/Bosnia y Herzegovina, sobre una madre que viaja a los Balcanes con su pequeña niña con síndrome de autismo, a la que consagra todo su tiempo y paraliza todo lo que ha iniciado, con tal de darle todo el afecto.

Los artistas chilenos Cristóbal León (1980) y Joaquín Cociña (1980) compiten con un filme de animación ‘La casa Lobo’, que recrea el horror secreto de los cuentos de hadas, a través de un asentamiento alemán en Chile, enlazando dos historias: la del centro de tortura Colonia Dignidad, fundada por los nazis,  replicada en los tiempos de Pinochet.

El director español Alberto Gracia trae a Cartagena el filme ‘La estrella errante’, que se mueve entre dos paisajes de una Galicia nostálgica del pasado de tres décadas y el vértigo de una banda de punk. Y un paisaje aún más intimista, donde las ilusiones parecen quedar sepultadas, en medio del ímpetu de las emociones. El director venezolano Gustavo Rondón Córdova (1977) presenta su ópera prima, ‘La familia’, en la que fija su mirada a la sobrevivencia en Venezuela, de un padre con su hijo, desamparado por las calles de Caracas.

La cineasta chilena Valeria Sarmiento (1948) codirige el filme póstumo  del  chileno Raúl Ruiz (1941-2011)  ‘La telenovela errante’, que interpela la cursilería del melodrama televisivo y lo confronta con una visión política.

Marcelo Martinessi(Paraguay, 1973) trae su ópera prima ‘Las herederas’, que es un viaje hacia la pérdida del viejo esplendor de una casa donde viven Chela y Chiquita, un amor de mujeres que no sobrevive a la ruina, cuando condenan a una de ellas por fraude, y la otra empieza a rematar lo que tiene. La pérdida de lo material va minando el alma de las dos mujeres. 

Lucrecia Martel (Argentina, 1966) trajo a Cartagena una de las películas más ambiciosas, avasallantes y rigurosas de la competencia: ‘Zama’, que nos devuelve al universo exuberante y contradictorio del conquistador europeo en América, que intenta escapar de un paisaje que lo va atrapando y sucumbe al embrujo de las tentaciones y los deseos.

La noche nos deparará otras singulares sorpresas en el universo de los cortometrajes y los documentales que en esta versión 58 cobraron una sorprendente y alta dimensión estética. 

Tilda, durante el homenaje que se le rindió el jueves en el Teatro Adolfo Mejía. MARUJA PARRA
Tilda, durante el homenaje que se le rindió el jueves en el Teatro Adolfo Mejía. MARUJA PARRA
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