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Cultural

Cartagena, Encuentro de Narradores Orales por la Paz

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Todos los cuentos que se narraban al pie de los árboles en los patios o al atardecer en las terrazas, en los rincones guapos de la memoria y en los velorios, eran formas del consuelo y la resistencia contra la muerte, en el espíritu de la tribu.

Cartagena vive con fervor contagioso y festivo, en doce escenarios educativos públicos y privados, y universidades, la séptima versión del Encuentro de Narradores Orales por la Paz.

El encuentro,  que se lanzó con una gala de cuentería en el Teatro Adolfo Mejía, es promovido por la Corporación Festival Iberoamericano de Cuentería Cartagena de Indias y Caza Teatro, liderados por Alberto Borja y Dora Malo, con el apoyo del Ministerio de Cultura, Instituto de Patrimonio y Cultura de Cartagena (IPCC), Alcaldía de Cartagena e Institución Educativa Olga González Arraut.

El cuento de la pazEl joven Luis Ángel Puello Orozco, sorprende con la gracia escénica de sus cuentos de su abuela Herlinda Guerrero, y las historias recogidas en Arjona y Ovejas. En una escena recupera encuentros entre ciudadanos con actores de la violencia en la región.

Adalberto Gómez viene con las historias ancestrales de Barranco de Loba, donde rescata refranes y episodios de la vida en su pueblo. La voz de la anciana que alecciona a su hija y la invita a salvaguardar su dignidad ante el atropello de su marido.

Wilman Santana, de Marialabaja tiene más de cuarenta años de estar contando historias. Desde niño sorprendía a los adultos refiriendo cuentos de tradición en los velorios en su pueblo. Su padre Demetrio Santana Marimón era un sembrador de arroz, maíz, yuca, ñame y plátano, y su madre, Dora De Arco Llerena, ama de casa. De su experiencia frustrada como sembrador de maíz, Wilman creó una de sus historias divertidas: “El sembrador de maíz”, que lanzaba cuatro semillas a los surcos delineados y con el pie iba cubriendo la siembra, pero se puso tan nervioso que empezó por regarlos. “Por aquí no vengas más, que no eres sembrador de maíz”, le dijo el tipo. Wilman se dedicó a sembrar cuentos, a pintar paisajes, a componer canciones y a inventar historias singulares como la de un pueblo llamado Frutarica, en donde se originó un conflicto frutal en una fiesta. Todo empezó con los celos entre  Mango Filipino contra el Mango de Puerco, porque habían compartido la novia Mango de Chancleta.  Las uvas y las manzanas pasaron por el picó El gran melón, y dijeron entre dientes: “Mira esos guaches”. Pura discriminación frutal. Mango de Puerco se quitó el sombrerito para que lo vieran. Mango de Puerco bailaba con Mango Chancleta y le decía: “Chanchi, estás panchita”. La cebolla estaba bailando con el aguacate, pero el aguacate empezó a llorar, incómodo por el mal olor que le llegaba en su abrazo con la cebolla. Y le reclamó por sus andanzas con la Yuca Jorra. Platanito entró a la fiesta dispuesto a todo y diciendo: “Yo me hago pelar”. Papaya bailaba con el Coco, y se quejaba por el pelo de Coco. Pepino celebraba la corona de Piña y la abrazaba, pandeándose con ímpetu en el baile. Le echaron cerveza en la cabeza a Mango de Puerco y se formó el tutifruti. Botellas volaron. Una de ellas cayó en un gajo de Corozos. “Me dieron con una botella”, dijo Corozo. Mataron a Mango de Puerco y llevaron a la cárcel a Mango Filipino. “San Basilio mete la mano”, dijo Corozo.“Que no la meta porque también se la picamos”. Una historia insólita contada con gracia y sentido del ritmo, y dos moralejas: aprender a convivir en las diferencias, evitar el abuso del alcohol y las armas punzantes. La imaginación, otra forma de vencer a la guerra.

Luis Ángel Puello Orozco, narrador oral cartagenero, que recupera historias de su abuela. Zenia Valdelamar-El Universal
Luis Ángel Puello Orozco, narrador oral cartagenero, que recupera historias de su abuela. Zenia Valdelamar-El Universal
Wilman Santa de Marialabaja, crea un cuento singular cuyos personajes son las frutas del Caribe en una fiesta conflictiva. Zenia Valdelamar-El Universal
Wilman Santa de Marialabaja, crea un cuento singular cuyos personajes son las frutas del Caribe en una fiesta conflictiva. Zenia Valdelamar-El Universal
Adalberto Gómez Vásquez, narrador oral de Barranco de Loba, con historias de su pueblo. Zenia Valdelamar-El Universal
Adalberto Gómez Vásquez, narrador oral de Barranco de Loba, con historias de su pueblo. Zenia Valdelamar-El Universal
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