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Cultural

Picasso, el mundo en un jarrón

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Una serie de 140 cerámicas de Picasso se exhibirán este miércoles en el Centro Kennedy, en Washington. Una faceta poco conocida del artista.

Pablo Picasso creó miles de piezas de cerámica hacia finales de su carrera que reflejaron sus raíces españolas y mediterráneas, una faceta ampliamente opacada por sus famosas pinturas y esculturas.

Ahora una importante exhibición de las cerámicas de Picasso debuta en Estados Unidos como parte de un nuevo festival ibérico de artes en el Centro Kennedy, en Washington. Muchos desconocen a Picasso el ceramista, así que los curadores reunieron más de 140 de estas obras para mostrar su trabajo.

En estilo de Picasso representó una desviación de las tradiciones centenarias de las cerámicas delicadas y pulidas mientras creaba sus propias formas en arcilla y las pintaba con su propio estilo colorido. Los curadores dijeron que esperan que la exposición sorprenda a muchos visitantes que ya conocen parte de la obra de Picasso.

“Él de verdad reinventó la cerámica ... cambió completamente el modo en que uno trabajaba con arcilla”, con un labrado más tosco, dijo Josephine Matamoros, una curadora basada en París que creó la muestra. 

El mundo en un plato

La exposición abre el miércoles y es gratuita, aunque se requieren boletos con horario prefijado. “Picasso, ceramista y el Mediterráneo” estará abierta hasta el 22 de marzo. Originalmente se concibió para el festival cultural Marsella-Provenza 2013 en Francia y el año pasado se presentó en el Museo Nacional de Cerámica cerca de París.

Como ceramista, Picasso transformaba formas tradicionales de arcilla, como las jarras de agua que los granjeros llevarían al campo. A un jarrón le dio la forma de una mujer, creando una especie de escultura. En el caso de un platón ovalado, Picasso pintó en éste una cancha de toreo rodeada de espectadores, evocando un tema favorito de su nativa España.

Aunque vivió gran parte de su vida en la Riviera francesa y juró que no volvería a España bajo el régimen fascista, Picasso idealizaba su tierra, dijeron los curadores. Sus cerámicas son una ventana al profundo arraigo de Picasso por la cultura mediterránea, dijo Matamoros. El artista murió en 1973 sin haber regresado a España. 

Festival Ibérico

El festival de tres semanas y con costo de 6 millones de dólares, “Iberian Suite: Global Arts Remix”, también incluye teatro, música, danza, arte, diseño y moda de España, Portugal y regiones que éstas han influenciado alrededor del mundo por siglos.

Se destacan las actuaciones de la bailaora de flamenco española Sara Baras, la cantante española Buika y el artista cubano Iván “Melón” Lewis, así como grupos de teatro de Portugal, España y Brasil.

Artistas contemporáneos de Portugal como Nuno Vasa crearon instalaciones de arte. Vasa, de Lisboa, hizo un tranvía tamaño real con corcho, un gran producto de exportación de su país, como un homenaje al poeta portugués Fernando Pessoa, quien escribía sobre tranvías.

La curadora del festival Alicia Adams dijo que quiso mostrar la mezcla de culturas y tradiciones.

“De hecho es sobre el intercambio cultural y la transformación a lo largo de un muy extenso periodo debido al impacto de los exploradores del siglo XV de la península ibérica y adonde fueron”, dijo Adams. “Estas exploraciones cambiaron el mundo”. Un artista integralPicasso era un artista integral: grabado, dibujo, pintura, escultura.

En julio de 1946 había asistido, procedente de Golfe-Juan, a una exposición de cerámicas en la villa de Vallauris, conociendo, casi inmediatamente, pocos díasdespués, el taller Madoura -propiedad del matrimoni o Ramié-. “Aquel día –recuerda Georges Ramié- salieron tres piezas de sus manos: tres piezas que fueron, y siguen siendo para los testigos de aquellas horas apasionantes, como los más poderosos talismanes. [...] Una vez terminadas, se quedaron sobre el tablero en espera de un completo secado y de una futura cocción y su autor desapareció sin más noticia.

Pasaron los meses, y varias veces hubo ocasión de conocer las piezas abandonadas. [...] Pero, como ocurre en Le Roman de la Rose, un año más tarde, día tras día, Picasso, nuevamente de vacaciones, reemprendió el camino de Vallauris y de su exposición.

Con alegría encontró el taller de su primer intento y, con maravillosa sorpresa, las tres piezas del año anterior que, en un exceso de pesimismo irracional, había creído desaparecidas para siempre en quién sabe qué definitivo infortunio”.

Así, en agosto de 1947, Picasso, con el modelado de un pequeño toro, inicia unadensa y fructífera labor como ceramista, patente también en los numerosos estudios que sobre jarrones y figuras zoomórficas ejecutó en sus cuadernos de dibujo.

Platos, fuentes, vasos, jarrones, mosaicos, vasijas, figuras torneadas, placas, tejas... componen la base del mundo picassiano para los temas que siempre le fueron propicios -los talleres, la tauromaquia, los desnudos, la gastronomía, la vida familiar...-, sin abandonar nunca su interés por la obra gráfica, la escritura y la pintura.

Instalado hacia la primavera de 1948 en La Galloise, una casa cercana a Madoura, desde aquí afianzará, con maestría, su incursión en este nuevo y singular campo de la cerámica, manteniendo un estrecho contacto con los artesanos del Midi francés. Este mismo año, en septiembre, expondrá por vez primera sus trabajos como ceramista en el Musée Grimaldi de Antibes (”Picasso. Céramique.

Peinture. Dessin”), una muestra que abrirá paso a otras donde el pintor dará a conocer su producción en este nuevo lenguaje artístico que no abandonó.el arte en un jarrón en las manos de Picasso.

Obra de Picasso. Cortesía
Obra de Picasso. Cortesía
Pablo Picasso, pintando en un jarrón. Cortesía
Pablo Picasso, pintando en un jarrón. Cortesía
Picasso pintando sus cerámicas. Fundación Picasso
Picasso pintando sus cerámicas. Fundación Picasso
Obra pintada por Picasso. Fundación Picasso
Obra pintada por Picasso. Fundación Picasso
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