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Cultural

Restauran pintura colonial del siglo XVII en templo de Soledad, Atlántico

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El Ministerio de Cultura, a través de su dirección de Patrimonio, entregó a la comunidad del Atlántico la restauración de la pintura ubicada en el muro testero de la parroquia San Antonio de Padua del municipio de Soledad.

La obra es un vestigio artístico que data de mediados del Siglo XVII y tiene unas dimensiones de 4,66 metros de ancho por 7,62 metros de de alto, pintados por un autor anónimo en técnica de temple, que consistía en mezclar pigmento con clara de huevo.

La restauración tuvo un costo de cerca de 76 millones de pesos y tardó dos meses, en los que un equipo de cuatro profesionales se dedicaron de lunes a sábado a trabajar, con minucioso cuidado, sobre la pared dejando al descubierto la pintura que reposaba bajo las capas de las diferentes intervenciones que ha recibido el templo.

El mural debió ser realizado entre el año 1610, cuando se construyó el templo, y 1744, año en que se colocó el retablo.

La parroquia San Antonio de Padua, su retablo y la restaurada pintura mural constituyen un Bien de Interés Cultural de Carácter Nacional, según la Ley 532 de 1999.

“La obra es una representación del cielo, del Padre eterno sentado en su trono, con una serie de niveles en los que hay ángeles y músicos que son los que hacen la alabanzas al Padre”, así explicó en la presentación de la restauración Juan Guerrero, Director Nacional de la Fundación para la Conservación y Restauración del Patrimonio Cultural, Funcores, que llevaron a cabo la restauración. Agregó que a la pintura, actualmente le faltan elementos que se perdieron debido a todas las intervenciones que se le realizaron a la parroquia a lo largo del tiempo y no corresponde a los procesos restauradores agregar a las piezas lo que en ellas no está, de modo que sean lo más cercanas a su originalidad.La Directora de la Obra, Andrea Strauch, explicó que la presencia del mural permite inferir que la parroquia de Soledad correspondió a un templo doctrinero, en el que la comunidad de Dominicos evangelizaba a los indígenas, y a falta de la comunicación por la diferencia de lenguaje, el dibujo del mural se convertía en un medio de evangelización. Así, esta pieza artística es un vestigio que permite identificar detalles estéticos, iconográficos, históricos, pictográficos y sociológicos del municipio, que en aquel entonces correspondía al Partido de Tierra Adentro.

Eugenia Cerpa Isaza, Coordinadora del Grupo bienes culturales muebles de la Dirección de Patrimonio del Ministerio de Cultura, resaltó que el mural constituye el único ejemplo de este tipo de arte en el Atlántico y aseguró que el Ministerio seguirá preservando el valioso templo soledeño, con una intervención que contempla una cubierta y sobrecubierta a su cúpula y techo, evitando las filtraciones que perjudican la joya histórica que este representa para la Nación.

Finalmente el párroco, David de la Hoz, aprovechó la ocasión para hacer un llamado a toda la comunidad: “Sepamos encontrar un especio para apreciar los valores culturales e históricos del municipio de Soledad e impulsemos a las nuevas generaciones a que conozcan el legado de nuestros antepasados”.

Obra restaurada. EL UNIVERSAL - BARRANQUILLA
Obra restaurada. EL UNIVERSAL - BARRANQUILLA
Obra restaurada. EL UNIVERSAL - BARRANQUILLA
Obra restaurada. EL UNIVERSAL - BARRANQUILLA
Obra restaurada. EL UNIVERSAL - BARRANQUILLA
Obra restaurada. EL UNIVERSAL - BARRANQUILLA
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